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El pasado 20 de enero el Gobierno Nacional delimitó 30 páramos ubicados en zonas de gran riqueza natural como: Perijá (Cesar), Almorzadero (Santander y Norte de Santander), los nevados de Sotará y Guanacas-Puracé-Coconucos (Cauca y Huila), páramo de Doña Juana-Chimayoy (Cauca, Nariño y Putumayo), y Citará (Antioquia y Chocó), hogar de muchas especies entre las que se encuentra el oso de anteojos. Con la delimitación se deja claro que dentro de dichos ecosistemas están prohibidas las actividades como la ganadería, la minería, y la agricultura. Se espera que antes de terminar este año puedan ser protegidos los seis que faltan.

Foto: Corantioquia

Colombia posee el 50% de los páramos del mundo, convirtiéndose en el país con la mayor superficie de estos ecosistemas que son llamados fábricas de agua porque: “asimilan gran parte del CO2 atmosférico, y son agente regulador de la vida y del equilibrio de la naturaleza”, según datos de Corantioquia.

El Páramo de Citará es un refugio de vida silvestre conformado por 12.512 hectáreas, “dadas sus condiciones climáticas extremas, la oferta hídrica hacia las vertientes de los ríos Cauca y Atrato, y las dificultades de acceso; allí se encuentran especies de aves vulnerables y en peligro de extinción como la caica de páramo, la cotorra montañera o lorito de cara oxidada, el tororoí o chululú bigotudo y la diglosa pechirrufa o mielero”.

Es por esto que la corporación considera que con la delimitación por parte del Gobierno se ratifican las políticas y acciones de conservación que han adelantado en esta zona, como la declaración de área protegida de las 30.075 hectáreas que conforman los Farallones del Citará, que abarca los municipios de Betania, Ciudad Bolívar y Andes.

Uno de los más beneficiados con la conservación de este ecosistema, es sin duda el oso de anteojos, también conocido como oso andino y oso de las nubes, único representante de la familia de los osos del mundo que se encuentra en Suramérica y que se puede encontrar en Antioquia; denominado como una ‘especie sombrilla’, lo que quiere decir que al protegerlo, se protege también a las demás especies que están cobijadas por su hábitat, en este caso a las 164 especies de aves, 823 tipos de plantas y aproximadamente 2.700 ejemplares de insectos que habitan en la Reserva Forestal Protectora Farallones de Citará.

De allí, además surgen las fuentes de agua de La Chaparrala, Los Monos y el río Pedral; afluentes que proveen los acueductos municipales de Andes, Ciudad Bolívar, Betania e Hispania.

Según Marcela Ruiz Saldarriaga, coordinadora de Gestión Ambiental de la Corporación Gaia:

Es un paso muy importante en la consolidación del corredor biológico del oso de anteojos en el Suroeste y Occidente, Farallones de Citará es un área estratégica no solo para Antioquia sino para Chocó y Risaralda. La idea es que esta área protegida sea apropiada socialmente por las comunidades que habitan este territorio tan hermoso, es muy importante esta área porque también se está conservando el agua para los municipios que hacen parte de la subregión.

Precisamente Corantioquia implementa un plan de manejo que busca su protección y vinculación social, a través de comunidad campesina, entidades públicas y privadas del sector, y administraciones municipales por medio de actividades como: estudios de biodiversidad, geología y especies maderables; inventario de la vegetación, programas de saneamiento ambiental, restauración ecológica, alternativas de producción, capacitación y organización comunitaria e implementación de turismo natural. 

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