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Y otros cuentos 

  • Título: ¿Dónde andará Baitey? y otros cuentos
  • Autor: Gilberto González Arango
  • Naturaleza: Ficción
  • Edición: Tipográficas Ltda. Medellín, 2024

Uno de mis propósitos al escribir a través del Periódico Regional El Suroeste es conocer y hacer visibles las obras, ya sea de emprendimiento, escritura, trabajo social o educativo, que llevan a cabo personajes de la región del Suroeste antioqueño y, de manera especial, del municipio de Ciudad Bolívar. Estoy convencido de que en esta parte del departamento existen personas muy talentosas, cuyo potencial con frecuencia termina desperdiciado porque no encuentra el camino para que este salga a flote, sea conocido y aprovechado por todo el país. En el caso concreto de la literatura, por ejemplo, C. Bolívar ha contado siempre con hombres y mujeres con vocación de escritores, cuyas obras escasamente he tenido la oportunidad de conocer, y es eso me impulsa a hacer un esfuerzo para obtenerlas, analizarlas y comentarlas, como parte de ese objetivo que tanto me atrae.

En desarrollo de este propósito, hoy quiero hablar sobre el libro ¿Dónde andará Baitey? y otros cuentos, escrito por Gilberto González Arango, oriundo de C. Bolívar, procede, por lo demás, de una familia amante de las letras. Una obra cuyo atractivo reside en ser una incursión en ese género literario tan caro para los colombianos de carriel y alpargatas, cuya infancia transcurrió en medio de las narraciones de aventuras que se tenían lugar en inolvidables veladas familiares, alrededor de los abuelos y luego de duras jornadas de trabajo: el cuento. ¿Un género obsoleto, pasado de moda y anticuado para alguien nacido en la era de la inteligencia artificial? ¡No! El cuento es, de hecho, un recurso literario del que la tecnología moderna puede sacar mucho provecho, si quien se lo propone sabe desentrañar su potencial como fuente de enseñanza y de reflexión, que constituyen, en mi opinión, la esencia de su naturaleza, además de ser un medio muy adecuado para el entretenimiento.

Ya adentrándonos en su contenido, una lectura atenta de cada una de las narraciones de este libro termina siendo un recorrido por los escenarios de la existencia humana, en cuyo proscenio van desfilando los dramas de personajes más o menos intrascendentes, pero todos con una carga de vida que lleva a la reflexión. Tres de estas narraciones me impactaron de manera especial:

La primera, y que es la que le da el nombre al título del libro, es ¿Dónde andará Baitey? En esta narración queda expuesto el despertar romántico del pintor de medio pelo Roberto Álvarez que, en su adolescencia, convierte a su profesora en el objeto de un amor apasionado con una carga de erotismo imposible de disimular. ¿Cuántos casos como ese ocurren en las aulas escolares y de qué forma manejan esas situaciones los profesores o profesoras a los que les toca hacerles frente? E ahí un buen tema de reflexión en torno a un elemento tan crítico como es el del erotismo en la edad de la adolescencia, sobre todo cuando el Estado no contaba con una política de educación sexual en la que al amor y el deseo físico pudieran convivir de manera armoniosa.

La segunda narración, la de Las confesiones de Georgina, es un cuento en el que también el elemento sexualidad aparece, pero esta vez dentro de la atmósfera de una realidad humana muy triste, desafortunadamente muy frecuente en una sociedad como la nuestra: la de la prostitución, cuya práctica se concreta en el burdel, con la doble máscara, a la manera de las tragedias de la antigua Grecia, del sitio para el desahogo del hombre (o el recién salido de la adolescencia) que busca el placer por sí mismo sin que los sentimientos de la mujer que lo proporciona tenga importancia alguna y, por otra parte, la mujer que ha caído allí empujada por los prejuicios y la doble moral de una sociedad injusta con ausencia de oportunidades, en un medio social sin alma ni corazón. El que una madre y su hijo se hayan reconocido en esas circunstancias, según lo sugiere el relato, no hace más que añadirle una dosis adicional de tragedia y dolor.

Finalmente, la tercera narración seleccionada para este comentario es el relato de un asesinato ocurrido dentro del clima del paramilitarismo, que, como lo recordamos, tanto dolor ha causado a los colombianos, más cuando los agentes de esa violencia actuaron en tantos casos con la complicidad de representantes del Estado, especialmente de la Policía y del Ejército. Al leer un relato como ese es inevitable preguntarse cuál sería el futuro de aquella esposa y sus hijos, viuda y huérfanos por decisión del cobarde que le dio un balazo por la espalda al esposo y padre, en cuyo cadáver se encontró el oso de peluche que le llevaba a su hija menor. Que la reacción del inspector que practicó el levantamiento haya sido la de pensar con indiferencia que el muerto sería talvez algún ladrón de juguetes no es más que una muestra de la indiferencia e inoperancia de un Estado que ha rehuido asumir su obligación de hacer justicia y velar por la vida y bienes de sus ciudadanos.

Los casos anteriormente citados son una muestra clara del papel que puede jugar la figura literaria del cuento como instrumento de concienciación, pedagogía y denuncia social, del cual el libro ¿Dónde está Baitey? es un buen ejemplo.

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Por Rubén Darío González Zapata 
Nacido en la vereda La Lindaja 
Corregimiento Alfonso López 
(San Gregorio) - Ciudad Bolívar 

 

 

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