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Llegó la desaparición. 

Después de los grados de Camilo sí hubo un momento de mucha felicidad, una vez por la mañana me levanté, me organicé y estaba con mi esposo, y le dije: amor tengo tanta felicidad, yo soy tan feliz, tengo una felicidad que tengo hasta miedo; tengo miedo de sentir esto, porque estamos bien, porque estamos juntos, porque los muchachos están bien, porque la niña está bien -porque mi esposo tiene una hija-, todos estamos bien, pero le manifesté en ese mismo momento que tenía un temor. 

Claudia, la mamá de Andrés Camilo, tenía un presentimiento, sentía que algo iba a pasar, y pasó. El martes 22 de marzo de 2022 fue el último día que vio a su hijo. 

Yo me madrugué para Medellín porque Andrés Camilo había botado el celular el fin de semana y la línea estaba a nombre mío, entonces me fui a encontrarme con él, porque tenía que viajar hacia el Norte de Antioquia. Hicimos todo el trámite. Él estaba cogido del día, no madrugó porque yo viajaba a hacer esa vuelta y el operador no abría hasta las 8 o 9 de la mañana. Esa fue la última vez que vi a Andrés Camilo, no lo volví a ver, él desapareció 12 días después, el domingo 3 de abril.

Andrés Camilo iba a viajar a Canadá en el mes de mayo, desde enero le otorgaron la visa por estudios de maestría. 

Él quería seguir estudiando. Natalia, la novia, se fue en enero, y la idea era que ella se iba antes y él se iba después. Cuando le llegó la noticia, me dice: madre, deme un sabio consejo, es que me llegó la visa, ¿qué hago? Justo en enero él había empezado a trabajar con el Consorcio Energía Colombia, contratista de Hidroituango de EPM, yo le dije: renuncie, váyase. Y me dice: no madre, es que yo acabo de empezar con esta empresa, siempre hay mucho trabajo, yo apenas arranqué, yo no quiero dejar mi puesto como yo lo recibí, yo quiero dejar una cosa más organizada. En la vida hay oportunidades, y esta fue una que le llegó a usted. O sea, si a usted le llegó la oportunidad y le dieron la visa, es porque usted se tiene que ir. También le dije que todo lo que se había propuesto lo había logrado, incluso lo que yo no pude; yo tuve que estudiar vieja, porque no teníamos, económicamente, cómo estar en una universidad. Me dijo que lo iba a pensar, y se quedó pensando y pensó mucho tiempo. Él decía que quería trabajar para llevar más platica, pero yo le insistía que lo iba a apoyar, incluso yo le regalé los tiquetes. Le insistí mucho, y nunca me hizo caso, le insistí mucho, mucho. 

Andrés Camilo, ingeniero forestal, desapareció en 2022 en el Norte de Antioquia, en San Andrés de Cuerquia. 

Entre el 22 de marzo y la noche del domingo 3 de abril, nos comunicábamos por celular. Ese domingo 3 de abril hablamos mucho en la noche por WhatsApp, estaba muy mala la señal en San Andrés de Cuerquia, donde él desapareció. Yo iba para Palestina en el departamento Caldas, en el viaje se cayó un árbol gigante, y entonces nos tocó esperar, en ese lapso hablamos por ahí 45 minutos, se colgaba, volvíamos y nos conectábamos, se colgaba y volvíamos, y así nos la pasamos. Me decía que estaba muy cansado, que tenía mucha hambre, que iba a ir a buscar pollito, y que iba a descansar porque al otro día el transporte lo recogía en la mañana, que había estado en una reunión. Hablamos de la ida para Canadá, que ya casi se iba, hablamos de la novia, de su hermano, de él, de mi esposo, hablamos de todos, de muchos proyectos que teníamos pendientes. 

Me arrepiento todos los días de mi santa vida, que cuando llegamos a Palestina, Caldas, a un hotel, pensé en llamar a Andrés Camilo, cuando miré el reloj eran las 12, y pensé que ya estaba muy tarde, y de pronto lo despertaba y se desvelaba; mejor dejémoslo, que duerma, pero me arrepiento de no haber hecho esa llamada, porque como decimos: lo que pudo ser y no fue. Esa llamada que yo le hubiera hecho, de pronto él me hubiese contestado, y yo le hubiera dicho: usted qué está haciendo a esta hora despierto, o en la calle, niño, no, váyase para el hotel, tiene que madrugar. Pero yo no sabía que él había salido a quedarse en la calle, y todos los días me arrepiento de no haberlo llamado a esa hora, pero no lo llamé precisamente porque no lo quería despertar, porque pensé que estaba durmiendo, pero bueno, hay gente que me dice que todo pasa por algo, y que las cosas tenían que pasar así, pero me arrepiento.

No sé con quién se encontró, porque Andrés Camilo no era de trago, se tomaba una o dos cervezas, pero cuando se ve pasar en la cámara, él se ve con las manos atrás como preocupado, no borracho, él no estaba borracho, la cámara lo puede determinar, y esa fue la última vez, a las 12:57 de la mañana, el 4 de abril, fue la última vez que se vio en esa cámara, y ya Andrés Camilo desaparece hasta el día de hoy, que no se sabe nada.

Cuando Andrés Camilo desaparece, el Consorcio Energía de Colombia con su encargado del Departamento de Seguridad pone la denuncia de desaparición, y se activa el mecanismo de búsqueda, entra el Ejército, los guardabosques, la misma gente, los bomberos de San Andrés de Cuerquia, la alcaldía, empiezan a buscarlo por todas partes, y Andrés Camilo nunca apareció por ninguna parte. El papá de Andrés Camilo se trasladó a San Andrés de Cuerquia, estuvo mucho, mucho tiempo en la búsqueda de él, salía todos los días con los bomberos, con gente del pueblo, a buscarlo, pero nunca, nunca lo encontraron. 

Hoy hay dos capturados, porque una persona dijo: estos dos estaban a las tres de la mañana con Andrés Camilo, con el ingeniero, yo vi que arrancó con ellos. Pero ellos se han declarado en todas las oportunidades inocentes, y que no saben nada de Andrés Camilo, que ellos no tienen nada que ver. Hay varias hipótesis: que lo secuestraron, que se metió con la mujer de un bandido, que descubrió que le estaban robando a EPM, que descubrió minas ilegales. No sé. Lo único que sé es que la Fiscalía a estos capturados los tiene por encubrimiento de desaparición forzada. Encubren a alguien, ¿a quién? No sabemos.

¿Pero y qué te dice tu corazón? Ay, mi corazón me dice que Andrés Camilo está vivo.

Los buenos somos más, como decimos. Tengo gente que ora por mí todos los días, pide por mí, que Dios me dé fortaleza, que la Santísima Virgen me acompañe. Y yo agradezco mucho todo eso, porque eso finalmente sí lo ayuda a uno a vivir fortalecido. Todos los días rezamos el Rosario, un grupo de personas se conecta todos los días. Lo rezamos por Andrés Camilo, lo rezamos por todas las personas que oran por él, lo rezamos por aquellas personas que tienen información para que el Señor los ilumine y nos puedan dar eso tan anhelado que esperamos, que nos digan dónde está Andrés Camilo. Por las necesidades de cada uno, porque todos tenemos necesidades. Todos los días rezamos esperando ese milagro.

Alguna vez, a un Mayor del Ejército le dije: mi Mayor, entonces mi hijo Andrés Camilo está muerto, según las investigaciones, y me dijo: señora Claudia, su hijo está desaparecido. Su hijo no se sabe si está vivo o está muerto. Su hijo está desaparecido. Y esas palabras me quedaron súper grabadas. Entonces yo todos los días de mi vida siento que Andrés Camilo está vivo. Pero tengo ratos en que se me pasa por la mente que de pronto me mataron mi muchacho. Estos desgraciados, ¿qué hicieron con mi muchacho? ¿Qué les haría, si Camilo no es sino buena gente, humilde, sencillo e ingenuo? Esa era una de las cosas que le criticaba: dejá de ser tan ingenuo, Camilo, ¿vos crees que todo el mundo es bueno como vos? Y me daba rabia. Tranquila, madre, me respondía. Caras vemos, corazones no sabemos, y vos estás en una zona muy difícil. Estás en una zona muy difícil, le decía yo.

¿Y hasta cuándo voy a estar diciéndome lo mismo? No sé. ¿Hasta cuándo voy a estar esperando? No sé. Me parece tan duro y tan triste ver cómo madres mueren sin saber qué pasó con sus hijos; si están vivos o están muertos. Y muchas madres no tienen la misma fortaleza de uno, una situación de estas, las lleva casi hasta la muerte, porque uno como mamá empieza a somatizar todo este dolor. Yo pienso que ese no es mi caso. Yo misma me doy ánimos. 

Así como dicen que está muerto, también me dicen que está vivo. Y yo siento que él está vivo. Cuando mi mamá y mi abuelita se murieron, ellas se despidieron, yo soñé con ellas y se despidieron. Y yo he soñado varias veces con Andrés Camilo, pero Andrés Camilo siempre me dice: madre, yo estoy bien. Ya llegué. Yo estoy bien.

Yo no sé si el día que Andrés Camilo aparezca, y aparezca vivo, yo voy a hacer una fiesta. Yo siempre voy a estar preparada para esperarlo. Yo no estoy preparada para cuando me llamen y me digan: es que ya encontramos lo que queda de Andrés Camilo, a pesar de que también lo he pensado. 

¡Claudia no pierde la fe!

Yo no pierdo la fe ni la esperanza. Yo no voy a bajar la guardia. Yo sigo esperando.

 

 

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