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“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Nelson Mandela

Uno de los fundamentos básicos de toda sociedad es su sistema educativo. Hay una directa correspondencia entre el nivel educativo de esa sociedad y su grado de bienestar; las posibilidades ciertas de progreso.

Si hay más educación y mejor nivel educativo se produce mayor bienestar general para la sociedad, y esta que es una realidad palpable para las sociedades europeas y norteamericanas, no lo es en nuestro contexto social.

En el Suroeste antioqueño, como en toda Colombia, estamos preocupantemente lejos de que dicha fórmula sea una realidad que redunde en el bienestar de todos.

Sabemos que la gran mayoría de personas que coinciden en esta región, en este medio, conocen por experiencia propia del sistema educativo público y de sus grandes deficiencias. Este acervo comunitario del conocimiento del estado actual de las cosas resulta especialmente preponderante en este momento de dinámica electoral.

Ya hemos hecho un llamado desde aquí a fomentar la responsabilidad ciudadana, que recae en cada uno de nosotros, es decir, el ejercicio de la política y de debatir ideas que implican el interés de todos, y a desligarnos del ejercicio irresponsable de la politiquería, del todo vale, de las discusiones sin fundamento y de las manipulaciones mediáticas.

En esta ocasión los invitamos a inquietarse puntualmente con la educación como pilar de nuestro desarrollo social. Es un punto neurálgico, fundamental, trascendental para todos, y que está en crisis.

Inquietarnos significa preguntarnos a nosotros mismos, a nuestros familiares, amigos, vecinos, qué se puede hacer para que nuestra sociedad mejore. Creemos coincidir con ustedes en que si mejora el sistema educativo público colombiano la sociedad mejorará en su conjunto. 

Hay un hecho implícito en dicha aspiración, la formación integral de cada colombiano redunda en la sociedad que somos. Y aunque sabemos que no es la única herramienta ni la única institución responsable, el sistema de educación pública tiene un papel protagónico que cumplir para con la formación integral de los colombianos.

Estamos en un momento en que sus inquietudes pueden ser escuchadas y reflejadas en los programas de gobierno o no de los candidatos a la presidencia. Orientar nuestro interés como ciudadanos en esta línea concreta de los programas de gobierno es un buen incentivo para el cambio que como sociedad empezamos a construir desde nuestro entorno familiar y vecinal.

Y no dejen de tener en cuenta que el bienestar social y su progreso se mide de abajo para arriba, es decir, y para ejemplificar la situación, puede que en Colombia haya personas que sean tan ricas como los ricos de Estados Unidos, que los bancos y banqueros colombianos ganen tanto o más que los bancos o banqueros europeos, y sin embargo nuestra sociedad Colombia sigue siendo mucho más pobre y más violenta que esas otras sociedades. El bienestar social se mide por los que menos tienen, son estos los más expuestos a la penuria de la pobreza, de la violencia, de la ignorancia.

Los que menos tienen en esas otras sociedades no sufren la pobreza y necesidades que nosotros sí. De allí la importancia del sistema educativo público, de la posibilidad de formación intelectual y humana para la gran mayoría, para quienes son los que en una guerra empuñan las armas y aguantan hambre.

Más y mejor educación, es la clave para una sociedad mejor, más democrática y menos violenta.

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