Ojalá cada uno de ustedes tenga presente una lectura de la situación, ojalá la hayan pasado una y otra vez por sus pensamientos y sea una reflexión depurada, en constante revisión y que se nutra de otras reflexiones, sin dogmatismos, y de cara a la cotidiana situación de tantos compatriotas.
No hace falta más que asomarse a la ventana, salir a la calle, escuchar a los vecinos, a sus pares sociales. Incluso desde la perspectiva personal y reflexiva del acontecer social también resulta de gran utilidad contrastar el ejercicio informativo que hacen los noticieros del mediodía.
Si escucha con atención podrá identificar en el tono con el que cuentan las noticas y en el enfoque noticioso, un interés por formar en la audiencia una idea precisa de cómo es la realidad del país. Si escucha con atención, podrá identificar que el relato noticioso a veces se ajusta más a unos concretos intereses económicos y de sesgo ideológico que llegan a distorsionar el acontecer del país.
Frente a este riesgo de desinformación y de distorsión de la realidad, el llamado no es a autocensurarse, a privarse de escuchar. Se tienen a ustedes mismos con su capacidad de análisis, que puede crecer y ser una herramienta útil para sus propios intereses si la nutren con muchas más perspectivas y no se quedan solo con los relatos de las noticias.
En el contexto local, hoy reafirmamos nuestro enfoque como medio de comunicación. A quienes nos leen, también los leemos. También los escuchamos. Intentamos día a día relatar lo que somos, dejar constancia del acontecer regional para un aprovechamiento que fortalezca y brinde elementos para la identidad y la cultura de quienes habitamos el Suroeste antioqueño.
Vendemos pauta publicitaria a empresas que desarrollan actividades legales dentro del territorio y con eso garantizamos la inversión económica necesaria para el funcionamiento y desarrollo de nuestro objeto social como medio de comunicación.
Nuestros lectores podrán no estar de acuerdo con algunas publicaciones y opiniones, pero tenemos la tranquilidad y las evidencias para responderles que en este medio no censuramos ningún tema, ni su tratamiento bajo los parámetros de respeto y de construcción de diálogo social, bajo los preceptos del Estado social de Derecho.
En nuestro medio encontrarán opiniones e información a favor y en contra de temas tan controversiales como el de la explotación minera, afirmaciones y opiniones que convergen en este medio para su difusión sin comprometer la línea editorial, esto es, somos un espacio para el diálogo. Cuando recibimos comentarios lo hacemos sin apasionamientos, de manera reflexiva, e invitando al diálogo permanente. A un diálogo que parte de escuchar con atención, y del respeto y la consideración por la lectura social del otro.
Desde este medio reconocemos que el descontento social es evidente, que los reclamos y la protesta social pacífica son un síntoma y una respuesta obvia frente a la transgresión y vulneración de los derechos de millones de colombianos, que sobre todo los jóvenes están saliendo a las calles para dar ejemplo, para poner en evidencia el hartazgo que produce que este gobierno reproduzca y potencie más de 50 años de guerra y de odio, en desmedro de una sociedad que reclama por oportunidades, por más trabajo formal, por más y mejor educación, por una vida digna para todos y no para unos cuantos colombianos de “bien”.
Es evidente el descontento social. Y cada vez son más evidentes los gobiernos que no escuchan, que le hacen jugaditas a la democracia, que toman decisiones para el favorecimiento personal y de los intereses económicos de algunos amigos, que censuran la protesta, que estigmatizan a quienes opinan diferente, es evidente que son gran parte del problema.
Es evidente el daño que nos hacen los gobiernos, los medios de comunicación y las personas que censuran y quieren desconectarnos del diálogo social, que cierran el micrófono y que solo tienen oídos puestos para sus intereses. Denunciarlos no es polarizar, es evidente que traerlos al diálogo nos pone en el camino de la democracia.