Editorial. El verdadero significado de la conmemoración de los derechos humanos de las mujeres

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Por Aicardo Villa
Coordinador del Colectivo de Nuevas Identidades Masculinas del Suroeste
Editorialista invitado

Marzo es un mes dedicado a la conmemoración de los derechos humanos de las mujeres. El día 8 en algunos municipios se llevaron a cabo acciones para “celebrar el día de la mujer”, se sigue evidenciando que no se ha logrado entender el verdadero significado de esta fecha, en parte porque el sistema patriarcal capitalista sabe acaparar y poner a su favor estas fechas, generando una distorsión de los logros que han costado sacrificios y muertes, en este caso a muchas mujeres.

No es celebrar. Es conmemorar y recordar, traer a la memoria a esas mujeres, a esas ancestras que dieron su vida y que lucharon para que las mujeres pudieran hoy estar hablando y reclamando sus derechos.

Traer a la memoria a millones de mujeres que fueron quemadas vivas por su sabiduría, a esas mujeres trabajadoras que impulsaron huelgas, que reclamaron mejores condiciones laborales, a esas que lucharon y dieron su vida para que las mujeres pudieran votar, a las que están en las casas realizando el trabajo doméstico, ese que le aporta el 42% al PIB del país.

Sería interminable la lista; las mujeres han estado a través de la historia y están en todas partes aportándole al desarrollo de los territorios y esto ha sido desconocido, subvalorado e invisibilizado.

En el Suroeste antioqueño, las mujeres han tenido un papel muy importante en el desarrollo de la región, pero esto no se les ha reconocido, se ha ignorado y se ha invisibilizado.

Este territorio que es supremamente conservador, cuya base de la economía se fundamenta en la agricultura cafetera y en la minería; lo que lo convierte en un territorio tremendamente patriarcal.

No ha tenido la grandeza de reconocerle a las mujeres sus aportes a la sociedad: desde el trabajo doméstico, los trabajos en la agricultura, los trabajos del cuidado en los que los hombres nunca se involucran, la conservación de las semillas y de la vida, hasta los trabajos como educadoras, como sostén de muchas instituciones patriarcales como las iglesias, las mismas familias, las educativas y las políticas, estas últimas con sus votos.

Las mujeres y las niñas en el Suroeste antioqueño padecen tremendas situaciones de violencias y de discriminaciones y esto no parece importarle a ningún gobernante de la región que en su gran mayoría son hombres. En estas problemáticas de discriminaciones y violencias, los hombres tienen una gran responsabilidad y esto no lo hemos querido ver, pensamos que esto no tiene que ver con nosotros y nos volvemos indiferentes.

Es nuestra responsabilidad como hombres actuar para que estas situaciones desaparezcan y reconocerle a las mujeres el lugar que ocupan y sobretodo trabajar para que vivan una vida libre de violencias.

Este mes se deberían estar realizando foros, conversatorios sobre todo tipo de actividades para dar a conocer y empezar a cambiar la dura realidad que padecen las mujeres en el Suroeste, y a esas actividades deberíamos asistir masivamente los hombres, sobre todo aquellos que tienen poder político. No podemos hablar de democracia si el 52% de la población que son las mujeres están en desventaja y en inferioridad de condiciones.

Recordemos NO ES CELEBRACIÓN, ES CONMEMORACION. El reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres no se puede reducir a compartir una tortica y cantar “Mujeres divinas” y ya. No hay nada que celebrar y sí… mucho que reflexionar y cambiar.

Invito a los hombres a que nos bajemos de los privilegios y a que trabajemos de la mano entre nosotros y con las mujeres para cambiar las situaciones de discriminaciones y violencias que padecen las mujeres, y así poder lograr el desarrollo del territorio con equidad entre los géneros y libre de violencias hacia mujeres, niñas y niños.

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