La más reciente elección presidencial da cuenta de una renovada, vital y esperanzadora forma de hacer política, de una ciudadanía más consciente de la gran responsabilidad que implica el ejercicio y goce de sus derechos.
La culminación de este proceso electoral marca una oportunidad para el progreso de la sociedad colombiana, en el sentido que la comprensión del ejercicio de la política ha empezado a avanzar más allá de la contienda electoral.
Esta nueva compresión y dimensión del ejercicio de la política tiene su nicho en millones de jóvenes; en la consciencia de estos se está gestando la nueva ciudadanía colombiana. Saben que el bienestar social es una responsabilidad compartida, que el gobierno y las otras ramas del poder deben garantizar los derechos de todos los colombianos, no hacerlo es convertir los derechos legales y constitucionales en privilegio de unos cuantos al costo más alto que puede pagar una sociedad: condenar a sobrevivir indignamente y a morir en la pobreza a millones de sus semejantes.
El ejercicio de la política implica para ellos una atenta y cotidiana vigilancia del ejercicio de gobierno, tanto a nivel local como nacional. Están dispuestos a movilizarse y a poner en la agenda de los medios tradicionales de comunicación los temas que les preocupan, a participar activamente de los espacios de control político, a exigirles a sus representantes el cumplimiento de lo prometido en campaña.
Estos jóvenes ciudadanos han contagiado a millones de colombianos de su legitimo interés en los asuntos de interés público.
Por eso hoy, somos muchos más los que hacemos parte de esta sociedad que estamos conscientes de que el poder de los gobernantes de turno es limitado, en la medida no solo en que las instituciones, las leyes y la constitución lo prescribe, sino también en la medida en que como ciudadanos estamos mejor informados de manera clara y precisa de cómo somos cotidianamente gobernados.
Desde la región, seguimos aportando para fortalecer cada eslabón de la cadena, esta cadena que conformamos todos los colombianos, más y mejor informados de lo que pasa con los recursos que son de todos, los recursos públicos, que como bien dicen por ahí, son sagrados.
En esta publicación ponemos a su disposición información relevante de lo que pasa con estos recursos en cada uno de nuestros municipios. Esperamos propiciar en ustedes un interés legítimo en indagar más, bajo su criterio y responsabilidad sobre cómo los gobiernos locales están gestionando e invirtiendo los recursos que son de todos y para todos. La democracia y el buen gobierno se construyen entre todos.