En todos los pueblos hay cementerios, pero en el cementerio del municipio de Concordia hay algo extraño. Se dice que alguien entra al cementerio con una mula. Los ancianos cuentan que los viernes santos uno puede ir al cementerio de Concordia, buscar la tumba de un hombre llamado Juan Vélez, él un hombre demasiado rico, era un pionero en
la búsqueda del oro, dueño de minas, fincas en Concordia, Salgar, Titiribí, Bolívar y Betulia.
La gente comentaba que él se perdía a enterrar sus tesoros, que andaba en un macho negro y con dos perros a su lado, aunque dicen que él era ayudado por el diablo.
Cuando murió fue enterrado en el cementerio de Concordia, allí fue cuando todo empezó, pues Dios no deja salir del purgatorio a quien tenga cosas guardadas.
Si quieres ir por los tesoros de Juan Vélez, asiste al cementerio de Concordia a las 12 de la noche, toca su tumba tres veces y dile las siguientes palabras: “Juan Vélez, vengo a sacarlo de penas, pero no me hieles”. Se dice que de repente uno siente un frío recorriendo
todo el cuerpo, que los árboles se mueven y que se escucha un silbido como si alguien llamara. Uno, preso del miedo, cierra los ojos y, al abrirlos de nuevo, se encuentra montado en una mula negra -Entonces sígueme, y sácame de penas -responde Juan Vélez, lo lleva a uno a un lugar extraño. Allí en ese lugar, tal vez por la quebrada del higuerón, aparece una serpiente, y uno escucha una voz que le dice: “Tócala”. Se cuenta que, si uno toca la serpiente, esta se convierte en un libro que contiene los mapas de los tesoros enterrados de Juan Vélez.
Lea también: El espíritu del agua, de cuentos, mitos y leyendas del Suroeste
Ilustración: Danitza María Posada Quintero Del libro EL ESPÍRITU DEL AGUA - De cuentos, mitos y leyendas del Suroeste de Antioquia, Colombia Autor: Javier Alejandro Arredondo Raigoza