En mayo de 2016 nos encontramos con Ancízar y Luis Alcidescon el propósito de entrevistarlos e intentar comprender algo de todo lo que ocurrió esa noche y las siguientes…su diálogo espontáneo, tan íntimo y honesto, nos cautivó.
Antes de arrasar con todo en su camino la quebrada, con un ‘bugido’, avisó la fuerza con la que venía, así lo recuerdan algunos de los que esa noche no perdieron la vida, y fue por eso, que muchos salgareños como Ancízar Penagos, ‘El Salvador’, pudieron saltar de la cama para huir de la furia de la naturaleza. A otros, la madrugada los envolvió en profundos arrullos y solo despertaron al sentir el peso de las piedras y el pantano aprisionando sus vidas. Uno de ellos, es Luis Alcides Torres, a quién llamaremos ‘El Salvado’. Habitantes los dos del sector El Mango, crearían esa noche un lazo más fuerte que la muerte.
El Salvado: “sentí ese guarapazo y empezaron a caerme cosas…yo lo único que dije fue ¡Bendito sea el señor se me acabó el combustible! Me quedé como amarrado de pies y manos, todo tapado. No me explico cómo aguanté tanto tiempo prácticamente sin aire, ahora es que todo mundo me dice que Dios no me tenía pa’ llevarme. Venga preguntémosle a aquel muchacho: oiga ¿cierto que cuando usted me sacó yo estaba tapado totalmente?”
El Salvador: “sí, yo lo destapé, escuché un ruido, como un quejido, solo se le veía la cabeza, el resto estaba enterrado. Toda la vida siendo vecinos aquí en El Mango, de una lo reconocí. Yo vivía en un segundo piso y me despertó ese ‘bugido’ entonces me asomé y vi que bajaba esa creciente, me tiré y me fui para aquel ‘filito’”.
El Salvado: “a mi esposa la encontraron en este mismo lado muerta, y al hijo según cuentan, lo encontraron por allá abajo en Bolombolo. Yo desperté en el hospital a los tres días”.
El Salvador: “a mí solo se me salvó un hermano. Después de ayudarlo a él, a Luis, a nosotros nos sacaron con sogas porque esto estaba vuelto nada de pantano”.
El Salvado: “Ancízar ¿se acuerda que hacía 15 días habían retro excavado aquí? Todos dijimos que donde hubiera una crecida de la quebrada se llevaba todo, y vea lo que pasó”.
El Salvador: “¡ah sí!, 15 días exactos”.
El Salvado: “yo estuve en cuidados intensivos y me sentía muy solo porque nadie venía a visitarme y ¿sabe de qué me acordaba? De la canción el Cristo de la pared…’Con el corazón partido, sin esperanza y sin fe, lloro un cariño perdido que nunca, nunca, yo encontrare. Se fue lo que más quería, todo mi amor se me fue, solo me hace compañía el Cristo de la pared’.
Le pedí mucho a mi Dios que no me dejara morir solo y vea a los días fue a verme una prima que yo ni conocía. Cuando me dieron de alta no quería volverme para acá, entonces me fui un tiempo para Betania donde una hermanita mía para terminar de recuperarme porque a mí me tuvieron que hacer reconstrucción facial. Pero a los días unos paisanos me llamaron para decirme que si yo no me devolvía para Salgar, no me daban la casita”.
El Salvador: “yo estoy trabajando en construcción, en las casas que van a entregar. A nosotros sí nos están pagando el arriendo pero yo contento no estoy. La casita sí nos la van a dar pero cuándo, no sé”.
El Salvado: “al volver aquí donde pasó todo, claro que uno sí se siente contento de estar vivo, yo le agradezco mucho a Dios. Aunque no faltan momentos de aburrición porque yo me quedé solo, perdí a mi compañerita, y uno ahora es que echa de ver la falta que hacen los seres queridos. Aunque bueno, sí me quedó una nietecita viva”.
El Salvador: “uno se queda sorprendido de ver que de 8 casas que habían aquí en esta zona no queda nada, es que esto fue increíble porque el río otras veces había echado borrasca y nada pasaba, todo seguía normal. Lo que sí deberían hacer es ubicar a tiempo a la gente que todavía está en casas que quedaron afectadas”.
El Salvado: “cuando me den la casita me toca irme solo para allá, será formar otro hogar”.
El Salvador: “Yo no anhelo mucho, me gustaría tener mi propio negocio o manejar un taxi”.
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Por: Nataly Mira Londoño