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Maria Dioceli Montoya Vargas tiene 73 años y vive en el municipio de Urrao. Para ella ser mujer es poder desempeñarse y valorarse por lo que es, sintiéndose orgullosa de lo que hace y lo que puede hacer por otras mujeres, que no han tenido las oportunidades que tan generosamente le han sido brindadas. “Es poder ser yo misma, poder ejercer mi autonomía para actuar y hablar en cualquier escenario sin ningún temor ni prevención por el qué dirán. Ser mujer es empoderarme de mis derechos”.

Dioceli se dedica a hacer lo que quiere y puede, como educadora jubilada su vocación sigue siendo educar a niños, niñas y jóvenes, por eso da catequesis en su parroquia y participa en la Comisión Arquidiocesana.

Es integrante de la acción comunal de su barrio en Urrao y colabora en el programa radial de ASOMUR -Asociación de Mujeres de Urrao, “Voces por los derechos de las mujeres”, donde habla sobre el cuidado, el trabajo doméstico y el derecho a una vida libre de violencias.

La maestra no deja de enseñar

“Como socia de ASOMUR y AliHada -nombre dado por el proceso formativo AliHadas-, formada por la corporación Vamos Mujer, acompaño a las mujeres que nos buscan por haber sufrido violencia. Me gusta pasear con mi familia y algunas veces me dedico a la labor doméstica”.

“Doy a conocer la ley 1257 en algunos espacios de participación. Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres”.

Su sueño de niña fue siempre mejorar sus condiciones de vida preparándose. En el Suroeste empezó a participar en diferentes procesos de formación con la corporación Vamos Mujer: Instituto Feminista, AliHadas, encuentros subregionales, y formación política en la Universidad de Flacso Ecuador, allí se preparó para participar en la construcción de la primera ruta de atención de Urrao, prueba piloto en el Suroeste.

“Empezamos a juntarnos las organizaciones del Suroeste y conformamos la Asociación Subregional de Mujeres del Suroeste “ASUBMUS” con el objetivo de contribuir al desarrollo del Suroeste con equidad de género y sin violencias hacia las mujeres”.

“Con esta asociación realizamos marchas y plantones en diferentes municipios exigiendo justicia y visibilización de nuestros derechos y acompañé varios foros con candidatos propuestos a cargos de elección popular”.

Retos para las mujeres del Suroeste según Dioceli:

  • Empoderamiento de nuestros derechos.
  • Conocimiento de las leyes que nos benefician.
  • Incidencia en las administraciones municipales para lograr transformaciones benéficas a las mujeres.
  • Fortalecimiento de las organizaciones municipales.
  • Exigir justicia para las mujeres víctimas de violencia.

“Mi mensaje para todas las mujeres es que no toleremos ningún tipo de violencia, no dejar pisotear nuestros derechos, ejercer nuestra autonomía con altura y responsabilidad, buscar ayuda cuando vean que se están vulnerando sus derechos, unirnos con otras y otros para construir una mejor subregión, sin miedos ni violencias”.

El dato. El 8 de marzo de 1908 en Nueva York, Estados Unidos, 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, producido luego de que se declararan en huelga, exigiendo la reducción de su jornada laboral (10 horas), un salario igualitario y mejores condiciones en sus lugares de trabajo. Este es uno de los referentes que hace que el 8 de marzo no sea una fecha para celebrar, sino una oportunidad para reivindicar los derechos de las mujeres, para recordar, visibilizar y continuar la búsqueda histórica por la equidad y la igualdad.

 

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