Jaime Alberto Zapata Cano, humanismo al servicio de Venecia

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A un costado de la Plaza Tomás Chaverra, de gran importancia histórica por haber sido el lugar donde se fundó Venecia y por donde pasó el camino de Bolívar, nos encontramos con la tranquilidad de una casa que encierra tantas historias como los años que tiene. Un jardín lleno de árboles frutales fue el escenario desde el que contemplamos las montañas y cielo de esa tarde en Venecia. Allí hablamos con Jaime Alberto Zapata Cano, un hombre que encontró en la medicina, el arte, el deporte y la cultura la fórmula para llevar con serenidad su vida al servicio de la comunidad.

Con una familia que ha dejado su legado al servicio de los venecianos, el doctor Jaime Alberto Zapata Cano nos cuenta: mi hermano mayor fue médico, mi padre, Emilio Aníbal Zapata Patiño, concejal por 50 años y mi hermana trabajó durante 37 años como notaria del municipio. Nos dedicamos a sembrar frutales en el patio, nos encanta el jardín y la naturaleza. Ese es el atractivo de esta casa, una de las primeras construidas en Venecia. Una casa con vida gracias al amor y el cuidado de los jardines”.

El “doctor Jaime Zapata” como lo conocen, estuvo 20 años al servicio del hospital San Rafael de Venecia. Un médico que fue el primer campeón de vóleibol en Antioquia participando por su municipio, que ocupó el tercer puesto en básquetbol, y que se dedicó a las artes escénicas y la pintura. Una vida ofrecida a sus aficiones, gustos y lealtad por los venecianos.

Noble, humanista, de carácter sereno y tímido, así describimos a este hombre que sigue ayudando a los más necesitados. Fue director del Centro de Protección Social al Adulto Mayor Bernardo Ángel Correa. Ha cooperado en aspectos religiosos y obras sociales, amante a las heliconias, coleccionó 180 especies de esta planta tropical y participó en exposiciones. “He viajado a alrededor de 60 países, disfruto mi estadía unos días y luego no veo la hora de regresarme a Venecia. Yo vivo muy orgulloso de ser de este municipio”, nos dice.

Este amante coleccionista de música, sombreros y platos de diferentes países, nos sigue relatando: “tuve un quebranto de salud hace unos meses, pero al mismo tiempo las personas me expresaban su alegría porque estaba de nuevo en el municipio, para mí eso fue muy satisfactorio, sentí que me admiraban y estimaban”. Y es por ese aprecio y gratitud que la Casa de la Cultura lleva ahora su nombre: Jaime Alberto Zapata Cano, un hecho que para él es un honor porque es un reconocimiento concedido en vida.

Años atrás, el doctor Jaime Zapata vio la importancia de impulsar en Venecia varias cosas, y hoy su mensaje es claro: “A pesar de que nos vimos confinados, hay necesidad de evolucionar al futuro. No solo el profesional es importante sino también el agricultor. Desplegar las alas al arte, la cultura, el deporte, la música, manifestaciones de observación y conservación. Debemos integrar el pasado con el futuro, que el joven se sienta seguro de lo que está haciendo y capaz de tener otras actividades que apunten al bien de la comunidad”.

Con su sabia experiencia y trabajo por la comunidad, les recuerda a quienes dirigen los destinos de los municipios del Suroeste que “el que está en un puesto público debe pensar primero en la gente, hay que llegar a los que están abajo porque son los que más lo necesitan, nuestro alcalde lo ha hecho. Es muy importante que toda la comunidad se pueda beneficiar de quien está dirigiendo un municipio”.

Nuestra visita terminó con una invitación del doctor Zapata para los turistas: “Venecia está cerca de la ciudad, es un municipio verde. Un imán, es tranquilo, plano, agradable, de buen clima, con buena gastronomía. Con atractivos culturales, turísticos y ecológicos. El verde, el cielo y la belleza de sus gentes es motivo para venir a visitarlo”, unas características similares a las que encontramos en la casa de él cuando EL SUROESTE lo entrevistó.

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