Por Rubén Darío González Zapata Nacido en la vereda La Lindaja Corregimiento Alfonso López (San Gregorio) Ciudad Bolívar
Es aún muy pronto para hacer un análisis a fondo del papel que pueden jugar (o que de hecho están jugando) las juntas de acción comunal (JAC) actuales en una localidad como la de San Gregorio. Sin embargo, a partir de los contactos iniciales llevados a cabo con los presidentes de las juntas existentes: Punta Brava, señor Fray Ángel Castro M.; parte urbana del corregimiento, señor Porfirio Vargas y Puerto Limón, señora Dora Jiménez (con la señora Marcela Lizcano, JAC La Lindaja, no ha sido posible aun el contacto) y, finalmente, con el señor Julio Higuita, presidente de ASOJUNTAS de C. Bolívar, entidad que agrupa a todas las JAC del municipio, es posible visualizar las líneas generales de lo que podríamos llamar los objetivos estratégicos a los que le están apuntando estas organizaciones sociales. Si bien el plan de acción de cada una de estas organizaciones está seguramente pendiente de su formulación escrita (con excepción de Punta Brava), es evidente que dichas líneas generales están orientadas, en primer lugar, a la atención de los problemas cotidianos de una región como ésta y en la medida en que se van presentando: los generados por los deslizamientos de tierras que han afectado vías y viviendas, más otros aspectos como la organización de las actividades de carácter técnico, social y cultural, bien sea actuando directamente o bien colaborando con otros grupos o instituciones (autoridades municipales, el colegio, la parroquia o iniciativas particulares). Este es un trabajo importante y, en la práctica, la inmensa mayoría de las JAC en el país giran alrededor de estas necesidades inmediatas.
En el desarrollo de la comunidad la educación juega un papel decisivo y para ello las escuelas rurales, como ésta de la vereda La Lindaja, construida seguramente con la participación de la JAC, son el aliado estratégico indispensable.
Sin embargo, el campo de acción más interesante y en el que las JAC estarían llamadas a jugar su papel decisivo, es en el de la proyección futura de sus respectivas comunidades. Si partimos de la base de que este tipo de organizaciones son una herramienta al servicio del desarrollo social puesta en manos de una colectividad, ¿por qué no sacarles todo el jugo que sea posible? Echar mano entonces del recurso de lo que se denomina planeación estratégica como una herramienta de gestión es una decisión muy acertada, algo que, por lo visto, lo tienen claro los presidentes de las JAC y el presidente de ASOJUNTAS y sobre lo cual, de una u otra forma, vienen trabajando y esa es una muy buena noticia y alrededor de ello quisiera profundizar un poco, empezando por ponernos de acuerdo en el lenguaje. Digamos, entonces, que planeación estratégica es, simple y llanamente, decidir lo que queremos llegar a ser en el futuro y a eso le llamamos VISIÓN; en cuanto tiempo (años) queremos lograrlo y a eso le llamaremos HORIZONTE DE PLANEACIÓN; finalmente, decidimos cómo queremos hacer para lograrlo, y a eso le llamaremos ESTRATEGIAS o programación de actividades. Ponemos esto por escrito y ya tenemos nuestro PLAN ESTRATEGICO en sus elementos más elementales. Decidido el plan, nos dedicamos con todas nuestras energías a su ejecución. Pero, para que un plan estratégico funcione se requiere de un elemento esencial: la actitud personal al momento de emprender el proyecto. A este elemento le llamaremos ACTITUD MENTAL. ¿En qué consiste? Podríamos sintetizarlo en tres componentes:
- Componente inspiración.
La inspiración viene de la seguridad que tenemos de que el objetivo o la visión que nos hemos propuesto conseguir es la mejor de las opciones que tuvimos en nuestras manos. Decidir, por ejemplo, qué clase de comunidad queremos que sea la vereda, San Gregorio, inclusive el municipio de C. Bolívar, a la vuelta varios años, se vuelve entonces algo que le da razón de ser a todo lo que se está haciendo hoy y lo que hay que hacer en el futuro inmediato para construir ese sueño, un sueño que puede ser tan ambicioso como queramos, si bien dentro de los límites razonables de la viabilidad. Una visión planteada en esos términos inspira, motiva y permite que todos los astros de nuestras energías estén debidamente alineados. Es en este punto en el que los liderazgos entran a jugar su papel más determinante, porque es el líder el que, con su carisma, contribuye decisivamente a generar el clima mental necesario para que cada quien dé todo lo que pueda dar de sí mismo para lograr esa gran meta.
- Componente autoconfianza.
Es la seguridad que nos acompaña de que tenemos la capacidad para lograr el objetivo que nos hemos trazado; porque creemos en lo que nos hemos comprometido y porque sentimos que los obstáculos y limitaciones casi siempre no son más que cadenas mentales que nosotros mismos nos encargamos de construir y, por ello mismo, cadenas que podemos desechar cuando lo decidamos.
- Componente de trabajo en equipo.
El trabajo en equipo parte de la base de que todos somos necesarios y que nuestras diferencias, más que obstáculos que nos dividen, son elementos que nos enriquecen. Que las diferentes formas de ver las cosas terminan siendo, a la postre, ideas que se complementan. Aquí también el líder juega un papel fundamental: como catalizador y canalizador y articulador de las energías de los diferentes equipos de trabajo para orientarlas al logro del objetivo, condición fundamental para el éxito de un proyecto.
Las actividades recreativas como ésta en la que se ve una amplia participación de la comunidad en San Gregorio, son parte muy importante de la función de una junta de acción comunal, JAC.
Con base en criterios como los aquí comentados y que, con toda seguridad, son ya conocidos y manejados por los equipos de trabajo de nuestras JAC y ASOJUNTAS, estas organizaciones sociales tienen las herramientas para trabajar todas unidas en torno a proyectos de desarrollo comunitario de largo plazo y de impacto profundo en todas las regiones de Ciudad Bolívar, particularmente en nuestro corregimiento de San Gregorio. Este es el espíritu de trabajo que percibo en los planteamientos que hacen los presidentes de estas colectividades. Es algo lo llena a uno de esperanza.
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Por Rubén Darío González Zapata Nacido en la vereda La Lindaja Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)