27 de febrero de 2020
Desde principio de año las cifras empezaron a indicar que este sería el año más violento para el Suroeste en los últimos tiempos.
El 26 de febrero en la vereda Las Margaritas del municipio de Salgar ocurrió una masacre: cuatro personas fueron asesinadas y tres más quedaron heridas. ¿Quiénes fueron? No lo sabemos. ¿Por qué lo hicieron? También lo desconocemos. ¿Quiénes eran las víctimas? Personas con derecho a la vida.
Finalizando el segundo mes del año 2020 registramos 63 homicidios. 63 historias. 63 rostros. 63 nombres. Que no se nos olvide esta cifra: son 63 personas y cada una duele. Duele porque nos arrancan la vida.
Y, sobre todo, nos arrancan la esperanza de vivir en paz; alguien se la lleva como si le perteneciera, como si no tuviéramos el derecho a sentirla ni la oportunidad de que recorra nuestras calles, nuestras montañas, nuestros ríos.
Un incremento del 23% en los homicidios respecto a este mismo período en el 2019, lo que demuestra un escalamiento de la violencia en nuestra región. ¿Por qué? Muchos factores que surgen por actividades de microtráfico o la presencia de grupos delincuenciales como La Oficina o el Clan del Golfo.
Urrao, Ciudad Bolívar, Andes, Salgar, Jardín, Betulia, Betania, La Pintada, Fredonia, Venecia, Jericó, Pueblorrico, Tarso… Nuestros amados municipios en los que han asesinado, mínimo, a una persona en este 2020.
Por eso nos preguntamos, ¿cómo parar la violencia en el Suroeste?, ¿qué podemos hacer como comunidad para frenar esta cifra?, ¿cómo mejorar la convivencia y la cultura ciudadana? Es hora de unirnos más que nunca y conversar entre amigos, entre vecinos, entre familiares y hacer algo desde nuestro entorno más cercano.
A las autoridades les preguntamos, ¿es eficiente incrementar las unidades de la Fuerza Pública para desescalar la violencia a la que nos vemos enfrentados?, ¿qué otras estrategias se pueden implementar?, ¿y si se fortalecen los planes de convivencia ciudadana?, ¿y si se crean ambientes en los que las oportunidades que mejoran y permiten una vida digna sean asequibles para todos y todas?
¡La vida es sagrada en el Suroeste! Pedimos y exigimos con urgencia una política para la vida, una estrategia eficiente para acabar con las violencias que nos matan.
Si hay algo que nos enamora del Suroeste es la posibilidad de vivir una vida tranquila y en paz. Por eso le decimos NO A LA VIOLENCIA.
Son 63 personas. NO QUEREMOS QUE SEAN MÁS.