Informe especial – Sección patrocinada
Con herramientas de la Cuarta Revolución Industrial, el Proyecto Minera de Cobre Quebradona hace una apuesta importante a la innovación tecnológica, que aportará no solo al crecimiento del Suroeste, sino también al bienestar de los habitantes de la zona.
Este proyecto, cuya construcción tardará aproximadamente cuatro años, tendrá una inversión cercana a los mil trescientos millones de dólares, que permitirán operar la mina con alternativas de alta tecnología, como el uso de vehículos semiautónomos, internet de las cosas, big data, drones, realidad virtual y aumentada, entre otros.
Durante la construcción de la mina, el objetivo de la innovación tecnológica está encaminado a generar confianza, seguridad, precisión y productividad en la operación, lo que será fundamental para la sostenibilidad ambiental y el desarrollo social.
La operación de los vehículos permitirá el transporte de roca molida al interior de la mina, lo que potencializaría la precisión y la productividad en la exploración, además mejoraría la seguridad de los empleados que monitorean los equipos, pues reduce la posibilidad de accidentes. En cuanto al internet de las cosas, su objetivo será conectar la mina mediante sensores para hacer seguimientos en tiempo real a los procesos, lo que ayudaría a predecir riesgos y actuar con rapidez ante las diferentes eventualidades.
El uso de la innovación tecnológica también le aportará al tratamiento de desechos de la minería, entre los que se incluyen plásticos, uniformes, elementos metálicos, relaves, llantas y aceites, que servirán como materia prima para otros usos.
Por su parte, la compañía asegura que “la tecnología de punta puede aportar a la formación de talento local y a la consolidación de proveedores regionales más sofisticados. Como cada desarrollo requerirá de conocimiento especializado, venimos forjando alianzas con instituciones de educación en estos temas para lograr que la operación sea ejecutada un 80% por empleados de la zona”. Actualmente, en el mundo existen algunos casos de éxito que han tenido como base un trabajo tecnológico en la operación de la minera. Border Gold Mine en Ontario, Canadá; Kiruna, en Suecia; y Chuquicamata, en Chile, son algunas de las minas que han tecnificado su operación.
