“Hay asesinatos que suceden por el hecho de ser mujeres, tipificados como feminicidios, producto de relaciones machistas y desiguales, donde las mujeres son asesinadas por incumplir con el rol biológico asignado culturalmente, por decidir una separación de pareja, por denunciar actos de violencia física o sexual, por resistirse a relaciones hegemónicas, por presunta infidelidad, y en general, por razones que obedecen a la estructura patriarcal que relega a las mujeres a obedecer los deseos de sus parejas sentimentales y al salirse de ese patrón, los victimarios se creen con el legítimo derecho de terminar con las vidas de las mujeres”. (Corporación Vamos Mujer y Corporación para la Vida Mujeres que Crean, 2016: 13).
Erika María Taborda
Ella trabajaba como mesera en un bar del parque de Andes. El lunes -18 de diciembre- como de costumbre estaba en su lugar de trabajo, era de madrugada tras un fin de semana más…al lugar llegó Wilson Osorio a la 1:30 a.m. según información de la secretaría de Gobierno, Erika había terminado una relación con él hace algún tiempo, “el agresor oriundo del Tolima llegó al municipio desde hace varios meses para laborar en la recolección de café”.
En este mismo sentido, Cristian Rueda subteniente de la Policía municipal señaló que “este señor le doblaba la edad y siempre la buscaba y le decía que volviera con él. Ella nunca puso ninguna denuncia sobre un posible maltrato”.
Ante la negativa de Erika para retomar la relación, Wilson Osorio la atacó con un arma blanca propinándole cinco heridas y tras dejarla tendida en el suelo se dio a la fuga, “él se tiró por un barranco”, señala el Subteniente.
Erika fue ingresada al Hospital San Rafael del municipio de Andes a las 2:00 a.m. y a las 7:00 a.m. fue trasladada al Hospital San Vicente de Paúl en Caldas y allí murió a las 9:00 a.m. por la gravedad de las heridas.
Algunas mujeres del pueblo que conocieron a Erika la describen como ‘amiguera’, fuerte y muy trabajadora, una persona que luchaba día a día para que nada les faltara a sus cinco hijos y a su mamá, quién según nos contó una amiga de la familia que pidió no ser identificada, “la señora se encuentra muy enferma”.
Por su parte, Aleyda Álvarez integrante de Asociación Subregional Mujeres del Suroeste -ASUBMUS y de la Corporación de Mujeres en Acción por Andes -CORMAPA, opinaque“Erika era una mujer empoderada, creemos que quizá pensó que podía manejar la situación, de todas maneras en Andes tenemos una Mesa de Erradicación de las Violencias muy bien formada, pero en algunos casos los trámites siguen siendo muy dispendiosos; vaya a una cita allí, cuente allí, allá, la atendemos dentro de ocho días…y muchas mujeres que trabajan les queda difícil cumplir con esas citas”.
Aleyda agrega que por ello es tan necesario el trabajo en red que llevan a cabo las organizaciones de mujeres en el municipio, donde han identificado que la violencia intrafamiliar y la psicológica, son las más recurrentes, “si nosotras nos reconocemos, nos capacitamos, somos capaces de ayudar a otras mujeres, nosotras compartimos capacitaciones, asesorías, talleres, todo lo que tiene que ver con nuestros derechos. No podemos seguir naturalizando las violencias, hay que deshabitar los miedos”.
Sobre la ruta de atención, Natalia Marín secretaria de Gobierno explicó que:
“El municipio de Andes rechaza cualquier tipo de violencia contra las mujeres. Se analizó la situación y se evidenció que la ruta de atención que se tiene en el municipio por decreto municipal no fue violada en ningún momento y tampoco hubo negligencia por parte de las autoridades competentes, ya que la señora Erika nunca hizo ninguna denuncia oficial. Las mujeres pueden poner la denuncia en la Comisaría o la Fiscalía, o desde el hospital cuando llegan mujeres agredidas ellos alertan a la Mesa de Erradicación sobre los casos”.
Datos de la Comisaría de Andes registran para este año 35 denuncias de violencia contra las mujeres y cuatro feminicidios.
“La subregión que se destaca en el 2015 por la violencia intrafamiliar es el Suroeste, con una tasa de 25,39 casos por cada cien mil habitantes. En los años 2015 y 2016 se presentaron un total de 9.910 casos, siendo las mujeres las más afectadas con el 84% de los casos (8.354), frente al 23% de los hombres (1.556)”.
Son algunos de los datos señalados en el XV Informe sobre la Situación de Violación de Derechos Humanos de las Mujeres en Medellín y en territorios de Antioquia, titulado “Entre silencios, culpas y negligencias: Reflexiones y cifras sobre las violencias contra las mujeres y las rutas de atención”, realizado en articulación por la Corporación para la Vida Mujeres que Crean y la Corporación Vamos Mujer, donde además se destacan diversas razones por las cuales el Suroeste es considerada la región más insegura para las mujeres.
Sobre el feminicida, las autoridades señalan que el caso ya está en manos de la Fiscalía y que hasta el momento cuentan con “pistas valiosas” para dar con su paradero.
La hija mayor de Erika, quien tiene 19 años, quedó a cargo de sus cuatro hermanitos. El sepelio de su mamá fue el miércoles 20 de diciembre, de camino al cementerio la comunidad expresó el rechazo por su muerte.
Luisa Fernanda Mejía
-¿Qué soñaba Luisa?
– *“¡Ella quería ser médica, era muy buena estudiante y nunca peleaba!”.
-¿Y qué piensas frente a las violencias contra las mujeres?
-*“Que los hombres no deben maltratar a las mujeres, y ellas no deben dejarse maltratar, sino denunciar”.
Nos contó una compañerita de Luisa Fernanda Mejía, durante la marcha realizada el 20 de diciembre en Amagá para rechazar su feminicidio y todo tipo de violencias contra las mujeres.
Según las declaraciones de la comunidad del sector de Corazón de Jesús donde vivía la menor con su mamá, y los hechos que han podido establecer hasta el momento las autoridades, el hombre de 18 años que habitaba en el primer piso acosaba a la menor de 13 años con la propuesta de establecer una “relación amorosa”, y ante la negativa de la niña irrumpió en su intimidad.
“Estaba obsesionado con la menor de edad, él ingresó por la parte de atrás de la vivienda y trató de abusar de ella y al resistirse la mató”, dijo el alcalde Wilser Darío Molina.
Patricia Álvarez al intentar defender a su hija, también resultó herida. Tras una intervención quirúrgica se recupera en un centro asistencial de Medellín y ya brindó sus declaraciones.
El feminicida identificado como Juan Diego Martínez huyó del lugar de los hechos en la madrugada, y en las horas de la noche fue hallado por la Policía en el municipio de Caldas, gracias a la información suministrada por tres personas que recibirán la recompensa de 10 millones que ofreció la Gobernación de Antioquia, informó Victoria Ramírez secretaria de Gobierno. El hombre que presentaba heridas en sus manos producto de las puñaladas que les propinó a Luisa y a Patricia, fue llevado por los uniformados al hospital de ese municipio. En la mañana del miércoles su captura fue legalizada y el centro de reclusión aún está por definir.
Martínez tiene antecedentes penales y estaba bajo libertad condicional.
Informes de Medicina Legal de 2015 y 2016 evidencian que Antioquia es el segundo lugar de Colombia donde más exámenes sexológicos por presuntos delitos sexuales se realizaron con un total de 2.710 y 2.163 casos respectivamente. De otro lado, la Fiscalía General de la Naciónreporta que en el 2017 van denunciados más de 340 feminicidios en diferentes regiones de Colombia.
Solicitamos a la Comisaría de Amagá el balance de este año en cuanto a los casos y a la atención brindada, y nos contaron que:
“Este año van 34 denuncias de violencias contra las mujeres, los tipos de violencia de mayor ocurrencia son los casos entre cónyuges y compañeros permanentes, el proceso inicial que se aplica para este tipo de violencia es el compromiso familiar, con el objetivo de sensibilizar y prevenir estos casos y no tener que llegar a la etapa de la denuncia de violencia intrafamiliar. Respecto a abusos sexuales donde las víctimas son mujeres, la Comisaría ha atendido 40 casos, de los cuales 38 corresponden a mujeres menores de edad. El equipo interdisciplinario actuó desde el área de psicología realizando las respectivas entrevistas a las víctimas, solicitadas por las autoridades competentes”.
Ante lo ocurrido, Patricia Martínez, coordinadora del Plan Departamental para erradicar las violencias contra las mujeres, llama la atención sobre la urgencia de crear la mesa municipal para este fin, “ya se agendó con el señor alcalde Wilser Darío Molina para el mes de enero y además es preciso que se haga por decreto y que se creen y se adopten las rutas de atención para las mujeres víctimas, eso es lo primero”.
Con relación al tema, en el XV Informe sobre la Situación de Violación de Derechos Humanos de las Mujeres en Medellín y en territorios de Antioquia, se destaca que:
“En el entramado de obstáculos que se evidencian para garantizar el acceso de las mujeres a los organismos de justicia, se encuentran, entre otros: la naturalización del maltrato y de la violencia en la vida de las mujeres; los obstáculos íntimos como el miedo y la vergüenza a denunciar lo que sucede con el cuerpo; las barreras institucionales que impiden el acceso efectivo a la justicia; los prejuicios de las y los servidores públicos; y el desconocimiento en asuntos de género y equidad para la atención de las mujeres, entre otros aspectos”.
Por su parte, Luz Imelda Ochoa, secretaria de las Mujeres de Antioquia, analiza lo que se ha logrado en el departamento y lo que falta con relación a la eliminación de las violencias y a la construcción de nuevos relacionamientos entre hombres y mujeres:
“El trabajo se está haciendo, todos los días, pero nos falta mucho, aunque seguimos avanzando en que las mujeres entiendan que ellas son las que se tienen que proteger, las que se tienen que amar, las que tienen que decir no a la violencia en sus vidas; las que tienen que participar en la política, entre otros; pero la cultura es una construcción que hemos hecho hombres y mujeres, y las conductas machistas están siendo aceptadas de lado y lado, en la medida en que cada hombre y cada mujer va cambiando, lo hace la cultura, es por eso que trabajamos fuertemente con hombres enseñándoles nuevas masculinidades. Sumado a esto, en todo el departamento tenemos quejas de comisarias mujeres con unos valores un poco extraños, hombres con ideas muy raras con respecto a las violencias contra las mujeres, entonces el año entrante seguimos los seminarios, los talleres, continuaremos con todas las apuestas, y vamos a hacer mucho énfasis en las comisarías. También tenemos quejas por parte de nuestros funcionarios que les toca atender las rutas de violencias contra las mujeres, muchos lo hacen mal por desconocimiento pero también porque les falta un proceso propio para resolver los temas de equidad de género, nosotros tenemos que trabajar en todos los niveles, el tema de la equidad de género no solo es un tema de mujeres sino de hombres”.