Por Roberto Antonio Caro
Hablar de ciclismo es decir que un deporte popular nos deja huella en cada biela que vemos recorrer las vías de nuestro país cafetero.
Ser ciclista es una pasión y una entrega diaria en su entrenamiento y sacrificio de las actividades y rutinas cotidianas de la vida.
Hoy deseo hacer un homenaje y reconocimiento a un joven que ha demostrado desde muy niño su herencia familiar de montar en bicicleta. Él es de la familia de los Vargas, sobrino de los ciclistas colombianos Óscar de J Vargas, William Vargas y Wilson Vargas, quienes ha llevado el ciclismo en la sangre desde niños, cuando recorrían las vías de Urrao, en el Suroeste antioqueño.
Su nombre es Samuel Mejía Vargas. Un joven que tiene un espejo en la familia de grandes seres humanos que han entregado su alegría y dedicación al deporte de las dos ruedas. Desde sus inicios se enamoró de la cicla, sus primeras etapas fueron en el BMX, donde ganó y figuró al lado de grandes deportistas en Medellín, como uno de sus ejemplos a seguir: Mariana Pajón.
Luego incursionó en el ciclismo de ruta. Siempre de la mano de sus padres, Luis Fernando Mejía y Yolanda Vargas Restrepo, quienes lo acompañan en cada competencia y le abren el camino para que luche por su sueño de figurar y ser un ciclista integral como ser humano que va en la bicicleta, dejando la piel en cada pedaleada.
Su padre vibra en cada una de sus competencias y busca patrocinio con amigos y empresas que apoyan estos grandes talentos en las carreras a nivel regional y nacional. Samuel sueña con estar en un gran equipo de Europa como su tío Oscar de J, gran consejero y mentor en este duro deporte.
Lleva en su memoria el equipo Nueva Generación, lugar donde inició esta carrera deportiva, logrando competir en varias ciudades del país. Estas han sido grandes experiencias que le han ayudado a mejorar cada día y salir adelante en su proyecto deportivo de ser un gran ciclista élite.
Samuel es un joven ejemplo para sus amigos y familiares por la constancia y dedicación en este gran deporte. Esperamos verlo en las grandes carreras mundiales y por qué no, alzar el trofeo de un Tour de Francia o un Giro de Italia.