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50 jóvenes del grupo Pensamiento juvenil, cûdrarâ kûrîsia –en su lengua, andan con sus teléfonos celulares, tienen tatuajes y hablan un español fluido, pero tienen claro que primero están las costumbres de su pueblo Emberá-Chamí.

Se reúnen todas las semanas en la Casa de la música a las afueras del resguardo Marcelino Tascón, a pocos minutos del casco urbano de Valparaíso. Allí practican las danzas que cuentan las historias de su pueblo, tocan las canciones de sus ancestros y se instruyen en técnicas de artesanía, maquillaje y okama, sus tradicionales collares.

“Tuvimos la necesidad de buscar un espacio diferente a lo que las instituciones han ofrecido. Quisimos que acá los jóvenes se sintieran identificados y que las actividades realmente nacieran desde sus propuestas. Todo fue concertado: el nombre, el objetivo, qué sirve, qué no, qué podemos rescatar, qué podemos revitalizar o fortalecer”, explica Wilson Vélez, líder social del resguardo.

Sus voces indígenas representan al resguardo, su arte es el reconocimiento político de su historia y presente. “La danza propia la vemos como una oportunidad donde ellos se pueden recrear y autoreconocer como pueblos indígenas, además de llevar un legado. En la danza como en los tejidos, hacemos una representación de lo que es la cultura Emberá”, concluye Vélez.

Ahora participan en la primera Plataforma Juvenil Indígena de Colombia. Reconocimiento que fue más allá cuando José Tascón, uno de sus integrantes, fue elegido como vicepresidente de la Plataforma Juvenil del departamento en el marco de la realización del diplomado en Políticas públicas de juventud e innovación. (Leer también: Valparaíso tendrá la primera plataforma juvenil indígena del país)

Cuando representantes de la Gobernación de Antioquia les preguntaron a los jóvenes del resguardo indígena Marcelino Tascón qué objetivos tenían con su recién creada Plataforma Juvenil Indígena, la respuesta fue clara: mantener viva su tradición artística.

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