Por Diego Leandro Garzón Agudelo y Leandro Renato Vélez Orozco
El pasado 24 de noviembre del 2023 reunimos a un grupo de personas en la sede de Cultivarte (Amagá) con la excusa de charlar un poco sobre Juan de Dios Restrepo (Emiro Kastos), quien fuera un famoso escritor del siglo XIX antioqueño. Dicha fama no ha perdurado como se esperaría; hasta el punto de que no es recordado ni leído, y su nombre Juan de Dios Restrepo Ramos, parece no decirle mucho al pueblo de Amagá que lo vio nacer en agosto de 1823. Con la mejor de las suertes, asociamos su seudónimo más famoso con el parque principal o con la Biblioteca Municipal, con la calle 50 que atraviesa al pueblo de oriente a occidente o con una institución educativa de un corregimiento. Sin embargo, nadie parece saber más de él.
Ese olvido y desconocimiento nos motivó para planear un encuentro donde habláramos sobre el escritor y su obra; un encuentro en el que, sobre todo, lo leyéramos. Quisimos hacer de forma presencial lo que habíamos iniciado en el mes de agosto como una actividad virtual para conmemorar los doscientos años del nacimiento de Juan de Dios Restrepo. Se nos ocurrió que llevar a las personas interesadas del pueblo los textos físicos de Emiro Kastos suscitaría un renovado interés por escritos hasta ahora desconocidos por muchos. Esto, por supuesto, exigió de una estrategia de apropiación para que los participantes tuvieran la experiencia de leer a Emiro Kastos y conversar al respecto; se trató de un verdadero leer con los asistentes, no simplemente leer para ellos o imponer interpretaciones de otros.
El encuentro pretendió traer a la actualidad algunas de las ideas políticas, económicas, estéticas, etc., que circularon sobre todo en la primera mitad del siglo XIX, como una manera de brindar a los participantes elementos para una lectura situada del autor. En este punto conocimos un poco sobre su origen, su familia, sus años de formación, sus relaciones interpersonales y sus influencias, entre otros elementos. Apoyarnos en algunas nociones básicas sobre él y su época, nos permitiría dimensionar el alcance de su aguda escritura. Ahora bien, no es que para leer a Emiro Kastos se requiera de una preparación especial; lo hicimos de ese modo porque nos iba a permitir poner sobre la mesa elementos para el debate, para la discusión, que es el objetivo de toda lectura.
En el contexto académico es bien sabido que a Juan de Dios Restrepo Ramos, mejor conocido como Emiro Kastos, se le leyó a nivel nacional entre 1845 y 1894, periodo en que circularon y se comentaron sus reflexiones. Esa suerte de proeza, léase bien: está escrita con mayúsculas sostenidas porque no cualquiera se vuelve, aunque sea por unos años, un escritor de carácter nacional. Hacemos hincapié en el desconocimiento de este último dato pues se ha quedado en pequeños espacios y eventos académicos donde usualmente solo tienen cabida algunos entendidos o expertos; y porque en él encontramos el impulso que suscitó la realización del encuentro con la lectura.
Con estos elementos claros, se procedió a la lectura compartida y en voz alta del artículo “Un poco de charla”, publicado en El Tiempo en el número 231 del 31 de mayo de 1859. Elegimos este texto por considerar que reúne todos los elementos que nos interesa destacar en la obra de Emiro Kastos: orientación política, enfoque crítico y liberal, crítica de las costumbres, diálogo con la tradición literaria y filosófica, dominio de procedimientos escriturales. Además, se trata, como muchos otros de su autoría, de un texto que aún puede decirnos cosas a sus coterráneos, a poco más de siglo y medio de que su pluma y sus reflexiones circularan en múltiples periódicos no solo locales y regionales como se podría llegar a pensar.
La lectura permitió llevarnos sorpresas, como cuando escuchamos que, para algunas de las personas asistentes a la charla, Juan de Dios Restrepo Ramos y Emiro Kastos eran personas distintas. Se dijo, además, que lo conocían por ser un poeta. Se preguntó qué tanto se le podría considerar amagaseño si había nacido por puro accidente en el pueblo y no había alcanzado a vivir muchos años en Amagá. También hubo quienes establecieron relaciones entre su escritura y la de escritores contemporáneos, como Fernando Vallejo. Alguien admitió su sorpresa por la actualidad de los pensamientos de Emiro Kastos acerca de la mujer y su educación. En fin, este fue un espacio donde todos tuvimos la oportunidad de conocer, leer y opinar como una forma de apropiar la obra de este admirado escritor.
Desde el mes de agosto, cuando iniciamos la actividad en redes sociales acerca del bicentenario de Emiro Kastos, nos hemos preguntado qué tan acertado es emplear el mote de “costumbrista” para caracterizar al autor y su obra. Pues bien, este encuentro con la lectura fue el escenario propicio para presentar las interesantes consideraciones del crítico Saturnino Restrepo quien en abril de 1897 publicó un extenso artículo en el periódico El repertorio titulado “Emiro Kastos”, donde advierte que hay en él un observador social que logra en algunos textos realizar una suerte de “estudio sociológico de verdadera profundidad”. No hay en los textos llamados costumbristas de Emiro Kastos la nostalgia por el pasado ni la apología de las costumbres que es común en los escritores costumbristas de mediados del siglo XIX en Colombia; el escritor nacido en Amagá es, ante todo, un crítico; quizá una manifestación muy temprana (a lo mejor fundacional) de ese otro relato que es la fisura de lo antioqueño, como nos lo ha presentado recientemente Pedro Adrián Zuluaga.
Para finalizar el encuentro, se donó un libro de Emiro Kastos a la Biblioteca Municipal, se sortearon otros dos entre los asistentes, se obsequiaron separadores con la imagen y un texto del autor y, animados por el café, nos comprometimos a continuar con estos espacios de encuentro el próximo año. No todos los pueblos pueden decir que vieron nacer a un escritor que cumple doscientos años, y no todos los escritores pueden decir que perviven entre las luces y las sombras que cobijan la memoria después de un siglo y medio de haber publicado.
Lea también: Actualidad de Emiro Kastos. En sus 200 años