Por Lucila González de Chaves Maestra del idioma Lugore55@gmail.com
Nuevas palabras
Términos que llegaron con el covid
En el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) ya aparecen 16 palabras relacionadas con covid-19. Esta institución suele aceptar, cada cierto tiempo, palabras que van apareciendo en la cotidianidad de las personas que hablan el idioma español. Desde 2020, los términos que nacieron con la llegada de la pandemia por este virus han sido la novedad.
La mayoría de las incluidas se documentaron por primera vez en marzo del año 2020. Estos son los nuevos términos:
Covidfobia: Miedo patológico al covid.
Covidcidio: Exterminio de multitud de personas causado por la pandemia del covid.
Covidivorcio: Divorcio producido tras el confinamiento por la pandemia del coronavirus. (Su sinónimo es coronadivorcio).
Autocovid: Prueba diagnóstica de covid en que la toma de la muestra se realiza en el automóvil del paciente.
Covidiota: Persona que se niega a cumplir las normas sanitarias dictadas para evitar el contagio del covid. (Esta palabra fue calcada estructuralmente de la palabra inglesa “covidiot”, consignada en el Diccionario del estudiante avanzado de Oxford).
Coronabebé: Bebé nacido durante la pandemia del coronavirus. (También calcada del inglés).
Coronacompra: Compra realizada durante la pandemia del coronavirus, generalmente con sobreprecio.
Covidemia: Pandemia causada por la expansión del covid.
Covidauto: Lugar donde se realizan pruebas diagnósticas de covid mediante la toma de la muestra en el automóvil del paciente.
Coronaboda: Boda celebrada durante la pandemia del coronavirus.
Coronabicho: Virus del género “Betacoronavirus” de tipo 2 que puede causar el covid.
Coronabono: Bono de deuda que emiten entidades bancarias e instituciones gubernamentales para contribuir a paliar la crisis económica causada por la pandemia del coronavirus.
Covidengue: Coexistencia de la covid y del dengue en una misma persona. (Su sinónimo es coronadengue).
Otras son covidencia o covidianidad, que significan convivir con esta pandemia y adaptarse a ella; o covidesco, adjetivo utilizado para referirse a algo relativo a la época de la pandemia.
Traducción de nombres propios
En la traducción de nombres propios hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
-La transferencia, es decir, el nombre propio sin cambio alguno (John Wayne).
-La traducción literal (Nueva York).
-La naturalización o adaptación (Londres para London).
-La sustitución, es decir, una descripción que reemplaza al nombre propio («el sello amarillo» para Deutsche Grammophon; «el banco central británico» para Bank of England).
Hay también formas mixtas:
El nombre de una institución puede transferirse acompañado entre paréntesis de una explicación acerca de un posible equivalente en uno de los países de la lengua de destino.
A la hora de aplicar un criterio, hay que tener en cuenta que puede haber decisiones estilísticas basadas en lo establecido por la editorial, la naturaleza del escrito, el público al que se destina el texto, etc.
Los nombres propios extranjeros que se transfieren no llevan cursiva por el mero hecho de ser extranjeros, ya sean de una persona, un lugar, una marca, una institución… Además, las traducciones fieles de nombres propios (con los márgenes que toda traducción tiene) llevan también las mayúsculas correspondientes en español.
Los nombres de personas (o antropónimos) hoy no suelen traducirse; pero, sí los nombres de santos, reyes, papas…, aunque en los miembros de las casas reales se utiliza la transferencia (Frederick de Dinamarca).
También se traducen los nombres amerindios del tipo Caballo Loco (como se hace en inglés), aunque es una práctica rechazada por la comunidad indígena. Ciertos nombres de pila israelíes pasan a los correspondientes españoles (Isaac, Simón).
En nombres japoneses y húngaros se invierte el orden original y va primero el apellido y luego el nombre para adecuarlo al español (Belá Bártok, no Bártok Belá; Akira Kurosawa, no Kurasawa Akira).
En cuentos infantiles hay traducciones ya asentadas: la Cenicienta para Cinderella. En libros destinados a niños es también frecuente cambiar los nombres originales por otros españoles (no necesariamente los correspondientes), que les puedan resultar más familiares: Carlitos para Charlie (Brown); Piolín para Tweety (nombre inventado). A veces se aplica este criterio a otros documentos y escritos.
Nombres de entidades
Los nombres de organismos y entidades públicas cuyo nombre está formado a partir una serie de elementos descriptivos se suelen traducir: el Ministerio de Defensa alemán, el Banco de Inglaterra… Algunos se dejan en la lengua original porque se singularizan: el Foreign Office.
Es frecuente preservar los nombres originales en los Parlamentos: Bundestag, Duma…
Los nombres de los partidos políticos son más variables, pero los de traducción más o menos directa suelen usarse en español: Partido Socialdemócrata Alemán, Ley y Justicia… Pero Sinn Féin, no pasa a: Nosotros Mismos, que sería su traducción (o una de las posibles). En España, los nombres de los partidos regionales se dejan a menudo en la lengua original: Euskadiko Ezkerra. Las asociaciones de cierta relevancia con nombres descriptivos también se suelen traducir.
Los nombres de empresas rara vez se traducen (y cuando se hace suele ser por decisión de la propia empresa):
Deutsche Bank, Qatar Airways, Societé Générale, MøllerGruppen
Los nombres de equipos deportivos en sí, no suele traducirse y se respeta la grafía original, aunque a veces sí se traducen. Se recomienda que el nombre que lo acompaña que indica la ciudad donde tiene su sede, sí se traduzca siempre:
el Manchester United, el Barça, el VfB
el Milan [sin traducir y sin tilde], el River Plate
el Dinamo de Moscú, los 49ers de San Francisco
los Bears de Chicago que alterna con los Osos de Chicago
el Estrella Roja de Belgrado, pero el Steaua de Bucarest [steaua es ‘estrella’]
Yes check.svg el Bayern de Múnich
Red x.svg el Baviera de Múnich
Red x.svg el Bayern (de) München
En los torneos deportivos, los nombres de naturaleza descriptiva se traducen: Campeonato del Mundo de Tenis de Mesa, Juegos Olímpicos. Por razones de marca cada vez es más frecuente dejarlos en la forma original (normalmente inglesa): Champions League. Es frecuente en el uso que la voz masters se conserve e incluso se castellanice como másters (el Masters de Miami).
Los centros de enseñanza superior suelen traducirse cuando es directo: la Universidad de Cambridge, el Instituto Tecnológico de Massachusetts. También suelen traducirse los nombres de museos: el Museo Británico, el Museo de Arte Moderno de París.
Las orquestas cuyo nombre tiene origen descriptivo con orquesta, sinfónica, cámara, etc., se traducen: Orquesta Filarmónica de Berlín, Orquesta de Cámara Inglesa. En ocasiones la traducción es parcial: Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam (literalmente sería la Orquesta de la Sala de Conciertos de Ámsterdam), Musica Antiqua de Colonia.
Nombres de lugar
Los topónimos se encuentran entre los casos más complejos y es difícil dar una pauta segura. Sobre los topónimos, la OLE (p. 645) dice:
[…] el uso actual revela una clara predilección por la transferencia de la forma original. Este procedimiento se ha venido aplicando con nombres de lugar para los que no existía una denominación española tradicional […] y es la fórmula habitual hoy para aquellos términos que irrumpen en nuestro repertorio toponímico […]. Ahora bien, siempre que exista un exónimo [es decir, nombre español] tradicional asentado que siga vigente, esto es, que siga siendo mayoritariamente empleado por los hispanohablantes, se recomienda conservarlo […].
O se transfieren o se naturalizan, pero rara vez se traducen (es Burkina Faso y no Patria de Hombres Íntegros). Un caso excepcional es Côte d’Ivoire, que se traduce como Costa de Marfil.
Las vías y espacios públicos no suelen traducirse (ni el genérico ni el específico), aunque algunos tienen nombres asentados o, por basarse en un número, tienen traslación directa: la Quinta Avenida, el paseo de los Ingleses, la plaza de España (Roma), pero, se usa: Trafalgar Square, Alexanderplatz, Grand-Place, Central Park.
Es frecuente que los monumentos y edificios monumentales con nombres descriptivos se traduzcan, al menos en el genérico: Palacio de Buckingham (que, en ocasiones, se deja como Buckingham Palace).
Nombres de objetos
Los nombres de marcas, modelos, series… rara vez se traducen (y cuando se hace suele ser por decisión de los propietarios de la marca). Su grafía original se respeta:
Philips Silver Line, Jeep Cheroke, El Capitan, De’Longhi.
Los nombres específicos de medicinas pueden variar de un país a otro. En estos casos conviene dar el nombre genérico en su lugar o como nota aclaratoria. Si el texto es solo para un país, puede aclararse también cuáles son los específicos equivalentes.
(RAE)-
Por Lucila González de Chaves lugore55@gmail.com lucilagonzalezdechaves.blogspot.com