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Entrega 40

Por Rubén Darío González Zapata
Nacido en la vereda La Lindaja
Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)
Ciudad Bolívar

Las nuevas realidades 

La historia sigue su marcha. Estamos en la década de los setenta, un momento en el que ese paraje llamado San Gregorio de hace un poco más de 40 años empieza a ser solo un lejano recuerdo para quienes, en aquellos tiempos idos, eran ya unos adultos curtidos en las luchas por la vida; cuando el lugar estaba cubierto en gran parte por densas selvas por las que era muy difícil caminar de lo tupidas que estaban y el sitio más cercano en donde se podía hacer un mercado de las cosas más básicas para la semana, por unos centavos de plata, era la tienda del Alto de San Gregorio, de propiedad de un señor llamado Roberto Restrepo. Momentos aquellos en los que los fundadores, hoy ya abuelos, bisabuelos y hasta tatarabuelos, les cuentan a sus nietos cómo se las arreglaban para sobrevivir, para sacar adelante sus familias; cómo se las arreglaban para construir un patrimonio económico gracias al cual estos nietos de hoy han podido crecer con las comodidades y las ventajas que sus padres no les pudieron ofrecer. Cuando, siendo ellos a su vez unos niños, los padres de entonces contaban largas e increíbles relatos de hombres extraordinarios, seres humanos dotados de una fuerza física tan increíble que les permitían detener una mula cargada que iba directo al precipicio y subirle de nuevo al camino; relatos de hombres que, con su esposa e hijos, se internaron alguna vez en profundas y tenebrosas montañas a varios días de camino del caserío más cercano, para construir allí una choza y abrir un arado. Montañas tan profundas y lejanas que, con frecuencia, terminaban tragándoselos, sin que luego se pudiera volver a saber de ellos. Historias que, desafortunadamente, corren hoy el riesgo de desaparecer de la memoria histórica colectiva, pese a esfuerzos como las novelas Un Hombre Ancestral, de Luz Adiela Guerra y El Paraíso de los Desterrados, de José Dionel Benítez y Luis Fernando Restrepo, más las Historias de la Arriería en Antioquia y Le llamaban Soto, de Álvaro Fernández; esfuerzos valioso por no dejar perder algunos de estos viejos recuerdos que, de esta manera, han ido quedando registrados en forma escrita, sobre personajes y hechos del pasado ocurridos en el corregimiento.

Para estos momentos, una nueva generación de hombres y mujeres está tomando el relevo y empiezan a ser ahora los que asumen la tarea de llevar sobre sus hombros el peso de la economía de una aldea que ha seguido creciendo, tal vez sin sujeción a un plan ordenado y sin una visión de lo que se quiere ser dentro de un horizonte de largo plazo. Son los descendientes de los Gil Arroyave, de los Guerra, de los Londoño, de los antiguos Uribe, Galeano, Sánchez y otros tantos apellidos cuya lista sería muy larga de hacer aquí sin caer en omisiones injustas. Son mujeres y hombres jóvenes, algunos todavía unas muchachas y muchachos, que empiezan a llevar la responsabilidad de los negocios en la parte urbana o son ahora la mano derecha de los abuelos que un día llegaron al paraje de San Gregorio buscando nuevas oportunidades y cuyas fincas y cultivos son la base de la economía de la comarca. Es la hora también del nacimiento de proyectos de infraestructura de importancia fundamental, cuatro de los cuales serán de una enorme trascendencia para el futuro del corregimiento: la carretera Bolívar San Gregorio, la electrificación urbana y rural, el acueducto urbano y la creación del colegio Juan Tamayo Gómez.

La colonia de San Gregorio. ¿Cuándo se inició? ¿Cuándo terminó por desaparecer? ¿Qué obras impulsó y cuál fue su impacto en la calidad de vida de los sangregorianos? Es información que sería de mucha utilidad poderla conocer y discutir sobre ella. (Foto suministrada por Róguell Sánchez, año 2009)

Desafortunadamente, no se tiene información precisa y bien documentada en torno a quiénes son las personas que en estos momentos le están dando impulso a este tipo de obras o si las mismas son el resultado exclusivo de iniciativas oficiales originadas en las instituciones municipales y departamentales. Lo mismo habría que decir con respecto a la nueva conciencia que empieza a hacerse evidente sobre la necesidad de impulsar acciones de naturaleza cívica, muchas de las cuales habrán de terminar convertidas, en el futuro inmediato, en hechos reales como la Colonia de San Gregorio con sede en Medellín o, décadas más tarde, en las Fiestas de la Mula y el Café. Es de suponer que detrás de estos proyectos hay habitantes de San Gregorio, hombres y mujeres, que ya sobresalen por su capacidad de liderazgo y carisma. ¿Quiénes son esos líderes? ¿Qué tipo de liderazgo se perfila ya en cada uno de ellos? ¿En qué otros aspectos de la vida de la comunidad, aparte de los ya señalados, inciden éstos? Son interrogantes que quedan abiertos a la espera de que personas del corregimiento que posean documentos sobre trabajos de esta naturaleza deseen complementar esta información.

Una de las consecuencias de la confrontación entre las élites que tienen el poder en los países de América Latina y los movimientos que buscan la transformación social, han sido casos como la muerte del padre Héctor Gallego, originario de San Gregorio, asesinado en Panamá en 1971, con el argumento de que era comunista. (fundaciongallego.filesordpress.com)

Otro aspecto que será de enorme trascendencia para la convivencia social es el componente del clima político que se vive en estos momentos. Estamos lejos de la confrontación partidista de los años 40; ahora el debate político nacional ha cambiado sustancialmente y las fronteras ideológicas de los partidos Conservador y Liberal, luego de la creación del Frente Nacional en el año de 1957, se han ido desdibujando para quedar reducidas a unos insulsos enunciados, útiles solamente como herramienta de consecución de votos en las épocas de campaña electoral. El debate ideológico ya no es, pues, entre liberales y conservadores, sino que éste se ha situado en el terreno de una confrontación mucho más compleja entre una élite que tiene el poder político y económico y un numeroso y variopinto grupo de colombianos – sindicatos, grupos rebeldes armados, hasta movimientos religiosos encabezados por sacerdotes que igualmente cuestionan el sistema tradicional de la Iglesia Católica, etc. — Nota que ponen en tela de juicio la legitimidad y la razón misma de ser del Estado (el Sistema), el que ha gobernado históricamente al país, dentro de la vertiente ideológica de los países llamados capitalistas; movimientos de oposición que actúan, a la vez, bajo el ropaje ideológico y apoyo, soterrado o abierto, de un marxismo al estilo de la Unión Soviética, China y Cuba. De una forma más o menos consciente, el país ha terminado siendo viviendo dentro del concepto de una confrontación planetaria que se ha dado en llamar la Guerra Fría.  Todo lo cual se ha traducido en nuevas fenómenos de violencia que, como sucedió en los años 40 y 50, también han terminado por afectar la vida del corregimiento de San Gregorio, cuya comunidad habrá de experimentar dentro de muy poco lo que significa la presencia, cada vez más activa, de frentes de guerrilleros, con todo lo que ello implicará en términos de muerte y que habrán de evolucionar más adelante hacia formas aún más complejas de violencia, cuando nuevos actores entren a formar parte del entramado de confrontación social: el paramilitarismo y el narcotráfico. ¿Qué clase de aprendizajes nos traerá esta nueva realidad?

Nota:

Ha sido muy conocido el movimiento de sacerdotes contestatarios denominado Grupo Golconda, que propone una nueva visión de la Iglesia Católica frente a la problemática de la desigualdad social en Colombia, basado en el concepto de la “Teología de la Liberación”.

Clic aquí para acceder a la entrega 39


 

Por Rubén Darío González Zapata
Nacido en la vereda La Lindaja
Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)
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