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Por: Laura Franco Salazar, periodista El Suroeste

Árboles de chachafruto, quiebrabarrigo, pringamosa, guadua, drago, churimo, madroño y pomo crecen repartidos en bolcitas negras como si se tratara de un vivero. Las manos de varios jóvenes del municipio siembran y cuidan los brotes de estas especies, en vía de extinción, que crecerán y reforestarán los bosques de las veredas de Fredonia.

Muy cerca del parque principal está el Aula Ecoambiental coordinada por quienes saben cómo se apaga el fuego que destruye los bosques de nuestra región. Hace siete años el Cuerpo de Bomberos asumió el reto de hacer pedagogía ambiental y ahora previene los desastres ensañando a sembrar árboles. “Trabajar con el medioambiente es un cuento de armonía, te cambia un cien por ciento. Por ejemplo, si los niños siembran un arbolito, lo ven crecer y lo cuidan, van a ver que es un proceso muy complicado como para talarlo o quemarlo luego”, cuenta el comandante del Cuerpo de Bomberos, Duván Bermúdez.

Durante los últimos dos años se han reducido eventualidades como quemas y deslizamientos. “Antes había mucho incendio forestal, y yo digo que este proyecto ha contribuido a que disminuyan. Puede ser la consciencia que se ha sembrado en la comunidad. También es función de nosotros prevenir”, agrega.

La intención desde el principio fue sembrar la ‘semillita’ de consciencia ambiental en los niños y niñas, “porque los grandes ya tenemos el chip reseteado”, dice el comandante, “todos vieron la pertinencia de la iniciativa y el compromiso del Cuerpo para desarrollarla, iniciamos con cositas pequeñas y fuimos creciendo con el apoyo de la Mesa Ambiental, la Umata, Corantioquia y la Gobernación”.

Esta aula de aprendizaje no tiene muros, permite una relación directa con la naturaleza para que las capacitaciones ambientales no sigan siendo en un salón. El aula sin estar aún terminada ya cumple su función.“A uno lo impacta el proyecto porque empieza a emplearlo en su vida, los árboles son como nuestros compañeros, uno se da cuenta del daño que le hace al medioambiente e intenta no hacerlo más”, afirma Verónica Bermúdez que lleva cuatro meses realizando allí sus horas de labor social. Su compañera, María Fernanda Bermúdez, relata por su parte que ha entendido que no necesita ser una experta en el tema para aportar a la preservación del ecosistema.

El Cuerpo de Bomberos y los jóvenes cuentan además con un inventario de árboles de la región para tener pronto un banco de semillas comunitario y ofrecerlas de manera gratuita a la comunidad según sus deseos o necesidades. “Sería muy bueno mirar si por medio de proyectos o alianzas la iniciativa se puede compartir con otros municipios, porque aquí ha funcionado de maravilla”, afirma el comandante entre plataneras, cilantro y árboles que rodean el Aula Ecoambiental que resultó ser más poderosa que las mangueras y extintores del Cuerpo de Bomberos.

Suroeste científico

  • La deforestación o tala de árboles, además de acabar con uno de los elementos fundamentales para la purificación del aire y la producción de oxígeno, causa la extinción de fauna.
  • La ausencia de árboles impide a las aves desplazarse de un lugar a otro para escapar a climas frescos, huyendo de los aumentos de la temperatura debido al calentamiento global.
  • La tala de árboles acaba no solo con el hábitat de las especies, también con la posibilidad de que puedan protegerse del cambio climático. Los colibríes tropicales, por ejemplo, se ven ahora obligados a buscar sombra, cuando antes su prioridad era buscar néctar.
  • La Amazonía es la región más afectada por la deforestación, allí se registra el 75% de esta práctica que utiliza el fuego para la destrucción de bosques, la limpieza de zonas agrícolas, y la expansión de la ganadería.

Este artículo hace parte del especial ambiental Suroeste Vivo. Amar es elemental publicado en la versión impresa del Periódico El Suroeste, edición 163 de junio de 2019.

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