Dolly Angélica Ortiz Trujillo, una maestra con vocación y sentido de pertenencia en su oficio

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Se marchó la maestra embajadora del municipio de Urrao, el Paraíso Escondido del Suroeste antioqueño, una maestra con vocación y sentido de pertenencia en su oficio


Por Daniel de Jesús Granados Rivera
Maestro Formador de Formadores
IE Escuela Normal Superior Amagá

El pasado 4 de diciembre otra noticia nos llegó para hacernos saber del fallecimiento de una maestra con vocación, compromiso social y gran liderazgo: Dolly Angélica Ortiz Trujillo, nacida en una familia trabajadora, de unos padres emprendedores, humildes y de gran espiritualidad.

La maestra Dolly realizó sus primeros estudios en la Escuela Urbana María Auxiliadora, del municipio de Amagá –hoy sede primaria de la Escuela Normal–. Sus estudios secundarios los realizó en la Normal Departamental Victoriano Toro Echeverri, allí obtuvo su título de Bachiller Pedagógico. Finalmente, su Licenciatura en Educación Básica Primaria la realizó en la Universidad San Buenaventura Seccional Medellín.

A finales de los años 80 fue nombrada como docente en el municipio de Urrao: ‘Paraíso Escondido’, bañado por el río Penderisco, con olor a granadilla y quesito dulce, uno de los municipios más extensos del territorio del Suroeste, de una Antioquia montañera y pujante. Nuestra embajadora laboró en el Parque de las Orquídeas, en la Escuela Rural Calles, en la rural Santa Isabel, y en la Escuela Rural Quebradona Arriba.

Durante los últimos 17 años estuvo en el Centro Educativo Rural El Paso –del mismo municipio– donde destacó por el incansable trabajo realizado en pro de las comunidades educativas, su responsabilidad, compromiso, sencillez y gran carisma para la enseñanza de los niños campesinos de dicha localidad. Estas comunidades la recordaran, no solo por ser una gran maestra, sino también por su espíritu cívico, dinámico y de proyección comunitaria.

Fueron varias las décadas al servicio de la educación del municipio de Urrao, más de un centenar de estudiantes pasaron por su orientación magisterial, –y por qué no decirlo– por ese olor a mamá que con seguridad les pudo brindar.

Se espera que los valores, conocimientos y saberes brindados por esta gran maestra, den el mejor fruto de la cosecha que sembró. Que los largos y arduos recorridos que hacía para llegar a las escuelas que adornan estos bellos paisajes, y todas aquellas alegrías que nos regaló, permanezcan con nosotros. Siempre esa sonrisa de esperanza o aliento, tanto en los momentos de gran resplandor, como en aquellos llenos de turbulencias.

A Dolly el mejor de sus viajes hacia el encuentro con el Padre Celestial. Que tu salón de clase –de hoy en adelante– sea la mejor escuela, la que te recibirá con la añoranza, con tus mejores recuerdos, cuando con alegría llenaste tu morral de amor a la pedagogía y la enseñanza. Camina hacia ese bonito sendero de orquídeas lleno de colores y alegría, lleno de ese resplandor de aquel día en que iniciaste tu profesión como maestra. Un morral lleno de aprendizajes orientados por tu familia y por la Normal que te formó, por aquellos maestros –que como tú– nos compartieron más que sus saberes: que desplegaron ese bonito don que irradiaste gran parte de tu vida terrenal. Un ‘Dios te pague’ por haber elegido la más hermosa de las profesiones: ser “Maestra”.


Por Daniel de Jesús Granados Rivera
Maestro Formador de Formadores
IE Escuela Normal Superior Amagá

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