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El domingo 3 de abril de 2022 desapareció Andrés Camilo Peláez Yepes en San Andrés de Cuerquia, Norte de Antioquia.
Su madre Claudia Yepes Upegui, habitante de Jericó desde hace 37 años, en la red social X cuenta diariamente los días sin ver a su hijo:
#DóndeEstáCamilo #AndresCamiloNoAparece Dios! 771 días esperando! @petrogustavo se requiere plata para la búsqueda de los desaparecidos, inyecte presupuesto a Fiscalía, Unidad de Búsqueda, etc., necesitamos encontrar nuestros hijos y seres queridos. Tengo derecho a encontrar a Camilo! 15/05/24
¿Quién es Claudia?
Soy Claudia, mamá de Camilo y Nicolás. Estudié Administración porque quería que mi experiencia estuviera ligada a la teoría, por eso me puse a estudiar, porque me fastidiaba que las personas me dijeran que yo no tenía un cartón universitario. Nunca es tarde para lograr lo que uno se propone. Me tocó muy duro, estudié con muchos sacrificios. Camilo Andrés y yo nos graduamos en el año 2021, él de Ingeniería Forestal y yo de Administración.
Desde el año 2004 empecé a trabajar en este mundo, yo fui asesora de ventas en Cauca Viejo, empecé vendiendo lotes y alquilando, hasta el año 2009. Luego me retiré para crear una empresa llamada Jericó Turístico Inmobiliario, y después me llamaron en el año 2014 para ser la administradora de Cauca Viejo; el Consejo de Administración me eligió y recibí todo el apoyo y el acompañamiento de su parte. Todas esas personas me ayudaron a crecer y a tener el conocimiento de cómo se administra. Adquirí mucha práctica y experiencia, por eso también me animé a estudiar y comencé en 2018 para ligar el hacer con la teoría.
Ahora sigo dedicada a la administración de propiedad horizontal en La Pintada, Támesis, Fredonia, Tarso, Bolombolo… Con mi esposo Juan y un equipo, todos los días estamos en esa tarea. Uno como administrador tiene que saber de todo un poquito.
Claudia dice que la vena de negociante la heredó del papá, quien ha sido de vender cosas toda la vida. Y a pesar de tener tanto trabajo, tiene en remojo un nuevo reto: estudiar Derecho.
Ahorita con todo esto de Camilo, quisiera hacer muchas cosas, pero uno no tiene las herramientas; en cambio un abogado se puede defender, se puede representar uno mismo, y también podría representar a Camilo. Quiero estudiar Derecho, pero es por todo lo que ha pasado.
Y de aquí no me voy hasta que usted no me diga cómo va Andrés Camilo
Recuerdo que Camilo terminó la Universidad en el 2020, pero a raíz de la pandemia, la Universidad lo tituló en 2021. Camilo tuvo una ceremonia virtual, mientras que a mí me enviaron el diploma.
Cuando Andrés Camilo empezó a estudiar en la Universidad Nacional, primero estudió Ingeniería Ambiental y cuando iba en quinto semestre me dijo que se iba a cambiar de carrera. Cuando él empezó a estudiar en la Universidad, yo me había separado del papá y me quedé sola con mis dos hijos y no tenía apoyo económico por parte del papá. Como le tocó irse para Medellín, a él se le pagaba dónde vivir, la alimentación, el transporte para ir la universidad; todos los gastos que requiere un muchacho en la ciudad. Con mucho esfuerzo, con mucho sacrificio, yo cada ocho días le mandaba la platica.
Yo le llevaba las cuentas del tiempo que le faltaba para graduarse. Cuando él me dijo que se quería cambiar de carrera no me le enojé, pero le dije que pensara bien, porque era volver a empezar. Él me decía: No madre, es que a mí me van a homologar unas materias y voy a quedar en el tercero o cuarto semestre. Y Claudia respetó la decisión, muy resignada.
Yo veía que él estudiaba, estudiaba y estudiaba. Una vez yo le dije: Cami, en un año y medio ya nos estamos graduando, y me dijo que no, que estudiar en la Nacional no era como estudiar en una universidad privada, entonces me hacía todas las cuentas de los créditos, pero yo lejos de entenderle esas cuentas. Él seguía diciéndome que le faltaba mucho. Y en esos días, se supo de un caso de un joven en Jericó que le daban la plata de la Universidad y al parecer no iba. Entonces me preocupé por Camilo. Yo pensando que ya se iba a graduar y siempre me decía que todavía le faltaba.
Me fui con mi esposo para la Universidad Nacional a preguntar por Camilo ¡Qué susto! Él no sabía. Llegué a decirle a la secretaria que yo era la mamá de Andrés Camilo Peláez Yepes y que necesitaba saber cómo iba en la Universidad, pero me dijo que no me podía dar información, porque justo ese año ya había cumplido los 18 años, y al ser mayor de edad, tenía que darme un poder para preguntar por él, y yo le dije: cómo, usted me está diciendo que yo no puedo preguntar por mi hijo, e insistía que no, que porque él era mayor de edad y eran las políticas de la universidad.
Claudia decía que ella había viajado desde Jericó y que no era posible que le dijeran que no podía averiguar por su hijo: Y de aquí no me voy hasta que usted no me diga cómo va Andrés Camilo en la Universidad. Al fin, como ella dice, le colaboraron, y le dieron la información. Le explicaron que todavía le faltaba más de un año y medio para graduarse, por el cambio de carrera, y le dijeron que Andrés Camilo era un excelente estudiante con un promedio de 4.2. Claudia supo que su hijo sí estaba respondiendo en la Universidad y se fue tranquila.
Andrés Camilo se vino a dar cuenta que yo había ido a preguntar por él, después de que se graduó. Y me dijo: Ay madre, qué vergüenza, qué pena con la gente, y me preguntó si era que yo no confiaba en él. Claudia le dijo que sí, pero que se había llenado de temor, porque él vivía diciéndole que todavía le faltaba.
Detrás de Camilo venía su hermano Nicolás, que también iba para la Universidad de Antioquia a estudiar Ingeniería Ambiental, entonces ya eran dos para sostener.
Esa fue una experiencia muy bonita. Entró de 16 años de edad a la Universidad, y se graduó después de siete años y medio. Pasó la pandemia y cuando logró venir a Jericó, nosotros le hicimos a él y a la novia, que también se graduó con él, una celebración con bombitas, carteles, el almuercito, y fue algo muy especial, pero no con mucho alboroto. Lo de los grados míos sí pasó desapercibido, porque ya uno tan grande…
Para mí la mayor felicidad sí fue cuando Andrés Camilo se graduó, porque fue con mucho esfuerzo y sacrificio que trabajamos los dos y luchamos para que él pudiera lograr lo que tanto había anhelado: ser un profesional, y ese cambio de carrera, pues efectivamente era lo que él quería: estar más compenetrado con la naturaleza, con el planeta, conservando y cuidando el medio ambiente, porque eso era lo que él quería y por lo que luchaba todos los días.
Claudia no ha vuelto a sentir tanta felicidad. Llegó la desaparición.
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