La historia de un protector del bosque seco tropical
La vía Conexión Pacífico II está construida en medio del bosque seco tropical, rico en fauna, hábitat de osos hormigueros, iguanas, babillas, tigrillos, ocelotes, serpientes, entre muchos otros animales que, en ocasiones, en busca de agua o comida, salen a la vía o a lugares habitados por el ser humano y se ven expuestos a muchos peligros.
Cuando una situación así ocurre, la comunidad y el equipo de Concesión La Pintada ya saben a quién llamar: a Andrés Felipe Gonzáles García, el inspector ambiental de la Concesión, mejor conocido como El Culebrero, quien con amor y conocimiento se encarga de poner a los animales a salvo para que regresen a su hábitat natural.
Todos los días vela por el bienestar de los animales reportados en la vía o zonas cercanas. Su trabajo consiste en recuperar a los animales del lugar en el que son reportados, llevarlos al punto de atención de fauna para evaluar sus condiciones de salud, y dado el caso liberarlos en lugares seguros.
Andrés Felipe nació en 1996 en Fredonia, en una familia humilde y trabajadora, tiempo después vivieron en el corregimiento de Puente Iglesias, allí su madre pudo encontrar cierta estabilidad laboral. No fueron buenos tiempos, cuando Andrés tenía 13 años de edad, padeciendo las dificultades económicas de su familia, decidió dejar la escuela para ponerse a trabajar.
Durante seis años trabajó en una tienda y pudo terminar su bachillerato en modalidad nocturna, hasta que los dueños decidieron venderla y se quedó sin trabajo. Lleno de incertidumbre empezó a trabajar en el campo, pero deseaba una mejor oportunidad laboral.
Un día, Andrés Felipe conoció a unos biólogos que llegaron a la región a trabajar en la construcción de la doble calzada, que apenas iniciaba y parecía un sueño lejano, ahí empezó a acercarse a la que hoy define como su segundo hogar. “Recuerdo como si fuera ayer ese primer año en el proyecto, inicialmente no sabía nada, no entendía del tema, pero, estaba rodeado de ese gran equipo de profesionales que todos los días me motivaba y retaba, y yo con esas ganas lograba superarme”, dice al recordar su primer año de trabajo en la Concesión en el año 2017.
Nació El Culebrero
Parece que en su destino estaba escrito encontrarse con las serpientes, y su primera tarea fue con una de ellas: una boa que apareció en la construcción de la vía. Nunca había estado en contacto con una serpiente, es más, les tenía miedo, pero logró ponerla en un lugar seguro. Poco a poco, de la mano de biólogos, ingenieros ambientales y otros profesionales fue aprendiendo cómo manipular cada animal para no hacerle daño y garantizar su seguridad. Andrés Felipe descubrió en su trabajo una pasión y un amor inmenso por la fauna. Ese animal con el que tuvo su primera experiencia se convirtió en su animal favorito y así se ganó el apodo de El Culebrero: “amo las serpientes y así me gané el apodo, cuando tengo la oportunidad de hablar sobre el cuidado de la fauna, siempre me gusta hablar de las serpientes”.
Por su abundante reproducción y ubicación cercana al río Cauca, la serpiente es uno de los animales que más frecuenta la vía Conexión Pacífico II, por las creencias populares, también es el que más sufre, asegura Andrés Felipe, por eso se ha convertido en un fiel defensor de esta especie. “La gente cree que son venenosas, peligrosas, que tienen fines diabólicos y no es así, yo entiendo mucho sobre la función que ellas cumplen en el ecosistema, a mí las serpientes me parecen maravillosas”.
Su labor es más que un trabajo, es una vocación, porque así no esté en horario laboral, si alguien llama a reportar un animal en la vía, él está dispuesto a ir a ayudar. “Si me llaman a las 11 de la noche yo voy con mucho más ánimo porque sé que en ese momento no hay nadie más que lo haga, me gusta estar para ellos, para los animales”.
Andrés Felipe, El Culubrero, el inspector ambiental, el amigo de las serpientes y el superhéroe de todos los animales del bosque seco tropical del Suroeste antioqueño, hoy sueña con profesionalizarse: “lo que esté a mi alcance económico, desde una técnica, pero que tenga que ver con lo ambiental, lo que Diosito me dé la oportunidad, pero que sea ambiental.