En la tarde de este viernes en el sector conocido como El Reventón, zona rural del municipio de Santa Bárbara, un hombre de 33 años identificado como Gabriel Jaime Carmona asesinó con arma blanca a Yennifer Andrea Murillo de 24 años, su excompañera sentimental.
Tras cometer el hecho, el hombre se autolesionó con la misma arma y tuvo que ser trasladado a un centro asistencial de Medellín.
El Periódico El Suroeste se comunicó con el comandante de la policía John Martínez pero no fue posible obtener información sobre el caso.
Según testimonios de vecinos, pese a ya no convivir con Yennifer, Jaime Carmona siempre que llegaba a Santa Bárbara se desplazaba hacia la vivienda donde ella vivía con su hijo de 2 años y su mamá, para insultarla; también dicen que durante el tiempo que vivió con él, la maltrataba físicamente y que por eso ella dio por terminada la relación.
Emilse Cardona, habitante del municipio e integrante desde hace varios años de la Asociación Subregional de Mujeres del Suroeste (Asubmus), le contó a este medio que en la Ruta de Atención para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, no recibieron alertas o denuncias directas por parte de Yennifer, y que solo se tiene conocimiento sobre la demanda de alimentos que ella instauró en enero de este año contra su excompañero, quien tendría cuatro hijos más con otra persona.
Sobre este nuevo feminicidio que enluta al municipio, Emilse expresa que:
Yo quiero decirle a las mujeres que no se aguanten, que no se queden calladas y denuncien, que en el municipio no solo está la ruta de atención sino un grupo de mujeres que somos Ali-hadas, que estamos capacitadas para orientarlas, ayudarlas para buscar justicia.
Cardona se refiere al grupo Ali-hadas, una iniciativa de la Corporación Vamos Mujer que tiene incidencia en los municipios de Urrao, Venecia, Jardín (Cristianía) y Santa Bárbara, y está conformado por 22 mujeres que “vienen reflexionando sobre el ser y el hacer por sí mismas que dé paso al acompañamiento a otras”, ellas tejen un puente entre las mujeres que requieren atención y garantía de sus derechos y las instancias estatales que intervienen en la operación de la ruta de atención.
Se habla de feminicidios porque:
“Hay asesinatos que suceden por el hecho de ser mujeres, tipificados como feminicidios, producto de relaciones machistas y desiguales, donde las mujeres son asesinadas por incumplir con el rol biológico asignado culturalmente, por decidir una separación de pareja, por denunciar actos de violencia física o sexual, por resistirse a relaciones hegemónicas, por presunta infidelidad, y en general, por razones que obedecen a la estructura patriarcal que relega a las mujeres a obedecer los deseos de sus parejas sentimentales y al salirse de ese patrón, los victimarios se creen con el legítimo derecho de terminar con las vidas de las mujeres”. (Corporación Vamos Mujer y Corporación para la Vida Mujeres que Crean, 2016: 13).
En los próximos días, integrantes de organizaciones de mujeres y del grupo Ali-hadas manifestarán su rechazo contra este feminicidio, el segundo que se presenta en el Suroeste en lo que va corrido del año, recordemos que el primero de enero en el municipio de Hispania fue asesinada Martha Cecilia Montoya Valencia de 32 años, por Ever de Jesús Osorio, su excompañero sentimental.
En diciembre de 2017, registramos los feminicidios de Erika María Taborda (Andes) y Luisa Fernanda Mejía (Amagá).
¡Ni una menos!
Entre el 2015 y el 2016 en el Suroeste se registraron 39 casos de feminicidios, configurándose como la más insegura para las mujeres, “en 16 de los 23 municipios que la conforman hubo al menos un asesinato de una mujer” (XV Informe sobre la Situación de Violación de Derechos Humanos de las Mujeres en Medellín y en territorios de Antioquia).
Datos del Observatorio de Asuntos de Mujer y Género de la Secretaría de las Mujeres, demuestran que entre 2014 y 2015 en el departamento, prevaleció el uso de armas blancas y de fuego para cometer los feminicidios. Le siguen: los golpes ‘contundentes’ y la asfixia mecánica.
Precisamente el 10 de noviembre del 2017, marcharon en Santa Bárbara para rechazar las violencias contra las mujeres y honrar la memoria de Gloria Elsy Jiménez, quien murió el 10 de noviembre de 2016 en un centro asistencial de Medellín tras haber sido atacada por un hombre que le propinó dos disparos.
El feminicida fue capturado ese mismo día cuando trató de huir por un cafetal, mientras que el autor intelectual del asesinato aún es buscado por las autoridades.
Gloria Elsy era empleada del área de alimentación del Hospital Santa María.
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