De acuerdo con Quesnay, el sistema económico se compara al cuerpo humano. Si hay una molestia en algún órgano, todo el cuerpo lo sentirá. Así mismo sucede con la economía.
La producción de bienes y servicios, el transporte, el tiempo, la salud, el deporte, las relaciones interpersonales… incluso sentarse a leer este periódico está relacionado con la economía. Todo es economía.
Por Juan Felipe Bolívar Agudelo Equipo EL SUROESTE
Derrumbe económico
En economía llamamos mecanismo de transmisión la manera en que las decisiones de política monetaria tienen efecto sobre las principales variables económicas: producción, inflación, nivel de empleo, dinero circulante, etc., y cómo estas se transmiten a los individuos, empresas y hogares. Si aplicamos un mecanismo similar a nuestro caso de estudio, podemos identificar las repercusiones de un derrumbe para habitantes y foráneos; algunas pueden notarse de inmediato, otras toman tiempo.
Al producirse el derrumbe y bloquear una de las vías de mayor tránsito en el Suroeste, se debe tomar una ruta alterna como la vía Venecia – Bolombolo, esta ruta es por poco 10 km más larga, entre 30 y 45 minutos más de viaje; el terreno es irregular y hay tramos de carretera destapada. Si se amplía la distancia de viaje se incrementa el tiempo recorrido; lo que significa que habrá más gastos en gasolina y mantenimiento de vehículos por desgaste. Para las empresas de transporte público la medida más apropiada para ajustar estos gastos es aumentando el valor de sus tiquetes. Muchas personas que viajan del Suroeste a Medellín, y viceversa, preferirán no desplazarse para evitar mayores gastos en transporte.
Mientras haya menos personas viajando, evitarán detenerse en el camino, y se afectará el comercio; esto lo sabemos por testimonios de comerciantes en Bolombolo. En caso de que la situación persista, se verán forzados primero a subir sus precios y si nada mejora tenderán a cerrar. Hay comerciantes que viajan semanalmente por la región ofreciendo sus productos, ellos también aumentarán sus precios debido al incremento en costos y la poca demanda. Veremos un efecto inflacionario que se va generalizando. Y hablar de inflación, desempleo y reducción en la calidad de vida, es hablar de crisis.
Al otro lado del derrumbe, en el sector Puerto Escondido, aunque la situación es diferente, el análisis es similar. Ningún vehículo propio o de transporte público va hasta allí porque no tendría paso.
Incluso en La Albania, restaurantes y negocios con más de diez trabajadores cerraron o permanecen con dos o tres empleados por la fuerte caída de las ventas. Los niños y niñas de la comunidad no tienen transporte para ir a la escuela y caminan hasta casi dos horas. Además, Titiribí vive con la amenaza de quedar aislado por el derrumbe en La Sinifaná y los desprendimientos de tierra en La Huesera.
Una solución
Para reactivar la economía es necesario intervenir lo más pronto posible. Las autoridades que se han pronunciado respecto al cierre hablan de reparar la carretera en menos de un año, mientras la Concesionaria Vial del Pacífico, Pacífico 1, continuaría el tramo en construcción cuando el riesgo de nuevos deslizamientos desaparezca.
Es necesario el acompañamiento a las comunidades, y necesitamos la solidaridad de toda la región. Visitar las zonas, consumir los productos propios, ayudar a quienes en este momento atraviesan esta crisis para mantener al Suroeste en crecimiento, o por lo menos evitando el estancamiento. Después de todo, todos somos Suroeste.