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Narrativas pedagógicas – Los maestros del Suroeste

Investigación de Daniel de Jesús Granados Rivera
Maestro investigador, formador de formadores de la I.E.NS.A.
Magister en Educación en la línea de Formación de Maestros U de A.

Mi nombre es Flora Inés Sánchez Rivera, egresada de la Normal Rural Modelo en el año de 1962, fue la primera promoción de maestras, éramos 27 alumnas, la rectora de ese entonces era la señorita Felisa Calle Herrera, y luego la señorita Gloria Fajardo Avendaño, ellas asumían la coordinación de las prácticas. Recuerdo que las prácticas las realizábamos en la escuela de niñas María Auxiliadora, en Alejandro Toro y Camilo C Restrepo en Amagá, en ese entonces.

La observación la realizábamos en tercero, y en cuarto dábamos clases con la orientación de las maestras consejeras o maestras de práctica, íbamos de uniforme de cuadritos. La clase era de cuarenta minutos y debía contener la motivación, el desarrollo del tema y la evaluación. La directora de la escuela era la señorita Cruzola. Éramos poquitas alumnas, entonces nos mandaban para la María Auxiliadora, reitero que fuimos las primeras normalistas de Amagá. La calificación era de uno a cinco, no se podía perder, si la perdíamos debíamos repetir el año, o no nos podíamos graduar, en mi promoción sólo perdió una campanera. Yo fui condecorada como la mejor practicante por ser excelente en mi desempeño.

La práctica de cuarto año era de un mes, nos hacían un exámen para graduarnos en lo pedagógico, sólo debíamos ganar la práctica, eso fue más adelante. Recuerdo mucho a mis maestras y maestros: al padre Carbajal, a Felisa Calle, fundadora, Gloria Fajardo, Elvia Torres y Olga López.

Me gradué en el año de 1962 e inicié a trabajar en el Alto de Pueblito, vereda perteneciente al municipio de Titiribí, allá en la montaña duré tres meses solamente, luego pasé al Porvenir, cerca a La Albania, allí terminé ese año, luego estuve en Camilo C como directora de la escuela de niñas Urbano Ruiz durante cuatro años, seguidamente me pasaron a la Escuela María Auxiliadora, ya había tenido la oportunidad de recibir practicantes en Camilo C. Al llegar a la María Auxiliadora, con mayor razón era el centro de experimentación de prácticas, en esa época, sólo femenina, recuerdo que las alumnas iban a observar desde tercero bachillerato, luego la escuela pasa a ser Normal Superior, y de cuatro años de formación, pasamos a seis años.

Como maestra consejera en los grados quinto y sexto de bachillerato les daba los temas, se los explicaba, los alumnos preparaban las clases en la libreta o en un cuaderno de planeación. Teníamos un cuaderno para registrar el desempeño de la práctica, lo leímos al final de la clase, también calificábamos con letras y números en una planilla. Si estaba mal preparada, la repetían. Uno hacía el acompañamiento, las observaciones se las escribíamos en la libreta para que la alumna practicante mejorara cada vez más en su desempeño como futura maestra.

Fui maestra consejera desde el año 1966 hasta 1990. Alguna vez recibí una condecoración. El concejal y luego el alcalde de Amagá, Juan Montoya Correa, me apreciaba mucho y me ayudaba mucho. Después de muchos años me trasladé al municipio de Caldas, a la escuela Monseñor Perdomo, luego a la Federico Ángel. Viajé algunos meses y luego me fui a vivir allá, a Caldas.

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