Aguacates los hay muchos, de diferentes clases, tamaños, colores y sabores.
El aguacate es mucho más que la variedad hass o el que se compra en la revueltería de la esquina. Carlos Mario Valencia Valencia es profesional universitario de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo rural de Antioquia ¡y un experto en aguacate!, hablamos con él para descubrir el mundo de este maravilloso fruto.
El aguacate cuyo nombre científico es persea americana mill, es un fruto conformado por tres grandes razas; raza mexicana, guatemalteca y antillana, de estas tres grandes razas se originan todas las variedades de aguacate cultivadas en el mundo.
En Colombia se producen diferentes variedades, criollos, injertos y el hass de exportación.
Aguacates criollos: son aquellos que se han adaptado a diferentes regiones del país en su evolución, como son los aguacates que se producen en la región de Urabá, en los Montes de María en la Costa Atlántica o los que se producen en la región del Suroeste en el municipio de Santa Bárbara. Son aguacates que crecen de forma espontánea y natural, sin manejo agronómico. Sus productores los recolectan en la cosecha y se comercializan en los mismos municipios o en ciudades cercanas.
Aguacates injertos: son aquellas variedades con mejoras genéticas y son sembrados mediante plántulas injertadas; un injerto es una unidad productiva del aguacate compuesta por dos entidades diferentes: una raíz que da resistencia al árbol y una copa, que es la que va a producir el fruto.
Los aguacates injertos se cultivan para el consumo interno en el país y no se exportan. En este subgrupo están los denominados papelillos, que técnicamente es la variedad Lorena. Además, están el choquette, santana, trinidad, booth 8, semil, entre otros que se cultivan en climas cálidos y el colin reed, red y fuerte que se cultivan en climas fríos. Estas variedades requieren de un buen manejo agronómico para el control de arvenses, el manejo de plagas y enfermedades, podas para que no crezcan tanto como los criollos, etc.

Aguacate hass: es un injerto, pero se diferencia de sus hermanos por tener características que lo hacen ideal para exportar, se cultiva en los climas fríos y es una alternativa económica para el país, es una variedad mucho más exigente en el manejo agronómico y se requiere que su producción sea de mayor calidad para cumplir con las exigencias de los mercados internacionales.

¿Qué hace tan especial al aguacate hass?
El aguacate variedad hass es el más popular para las exportaciones, por varias razones:
-Es la variedad más conocida en el mundo, de 10 aguacates exportados 95 son hass.
-Es la que mayor contenido de aceite y grasas benéficas para la salud humana posee, de mejor textura y sabor.
-Tiene cáscara gruesa que resiste mejor el transporte a los países lejanos.
-Tiene mayor tiempo de maduración, es decir se demora más para madurar que las otras variedades.
-Madura de color marrón, que es un indicativo para el consumo, sin necesidad de tocarlo y así se evita magulladuras.
-Es pequeño, ideal para el consumo de una sola persona, lo que se denomina la “dosis personal”.
Condiciones climáticas
El aguacate en Colombia se cultiva desde el nivel del mar hasta los 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar, dependiendo de la variedad. Por ejemplo, en las zonas calientes los criollos, a partir de los 500 metros se puede sembrar las variedades papelillos, trinidad, santana, booth 8, y en los climas templados y fríos los colin, red, fuerte y hass.
En términos generales, se requieren 1.500 mm de precipitación al año para obtener buenas cosechas. El aguacate requiere suelos fértiles, bien drenados, con bajos contenidos de arcilla, que les permitan a las raíces fácil anclaje y evitar estancamientos perjudiciales para el cultivo.
Para lograr un buen cultivo se debe realizar limpieza del terreno, trazado y ahoyado; se hacen hoyos de 40 cm X 40 cm, para la variedad hass es necesario disponer de 300 árboles por hectárea, para las demás variedades máximo 204 por hectárea. A partir de los dos años y medio se obtienen las primeras cosechas, pero la producción máxima se logra a partir del quinto año luego de la siembra.
En el caso del hass, la cosecha principal va de noviembre a marzo y una traviesa más pequeña entre los meses de junio y agosto.
Fotos: Carlos Mario Valencia
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