Título: Looderish Hsiredool – interdimensional
Autor: Jacobo Peña Mesías
Género: Novela de ficción
Editorial: Letrame
Año de edición: Primera edición: 2021 Segunda edición: 2023
COMENTARIO
Por Rubén Darío González Zapata Nacido en la vereda La Lindaja Corregimiento Alfonso López (San Gregorio) Ciudad Bolívar
En mi visita al recinto de la Feria del Libro, FILBO, de este año en Bogotá, a donde fui, llevado por la curiosidad de saber qué había de novedoso en el mundo de la escritura en estos momentos, no imaginaba que el primer contacto que iba a tener en el estante de venta de libros, ubicado justo al comienzo del pabellón por el que iniciaba mi recorrido, tenía preparada para mí una inesperada sorpresa. En efecto, una vez allí y luego de echar una vaga ojeada al pequeño aparador de libros, algo llamó mi atención: ¡un libro muy peculiar! En su portada, con ilustraciones en negros y grises, algún humano, tal vez un astronauta, un extraterrestre o algo parecido, parece estar observando – entre taciturno y atónito — un lúgubre cielo nocturno por el que navegan, igual que las estrellas, objetos disímiles que van desde un dragón de la milenaria mitología china hasta un satélite artificial, pasando por un reloj de bolsillo e imágenes de la Tierra en las que las huellas de la actividad humana (industria, grandes construcciones y otras cosas) saltan a la vista. Aparte de este enigmático diseño de la portada, otra cosa llamó también mi atención; el título: Looderish Shiredool. ¿De dónde saldría semejante nombre y qué puede significar? El subtítulo le añade un ingrediente adicional de misterio: Interdimensional. Un libro de ciencia ficción — me dije pensativo — escrito tal vez por alguna especie de Julio Verne del siglo XXI. Instintivamente tomé un ejemplar con el ánimo de saber un poco más acerca de su contenido, mientras que la multitud de visitantes a la feria, ajenos e indiferentes a lo que ocurría en aquel estante, avanzaba como un denso río de hormigas que van por una selva, cada cual en pos de la satisfacción de sus propios deseos e intereses.
A mi lado, una señora joven y un niño de unos 7 años que parecía ser su hijo, conversaban con un joven sobre el libro que tenía en mis manos y sobre el gusto por la lectura. Este niño – pensé – es una especie de bicho raro en este mundo en el que la inmensa mayoría de los chicos de su edad no ven en la lectura una actividad interesante. Algo en el interlocutor de la señora y el niño, sin embargo, activó especialmente mi interés. Se trataba de un muchacho que hablaba del libro como alguien que lo conocía muy a fondo, algo muy raro también en un chico de su edad (unos 16 años aproximadamente). Rápidamente, este adolescente les hizo a la señora y a su hijo una descripción de la obra, la que, por lo demás, es bien extensa, ¡732 páginas! Por lo visto, este joven se ha tomado el trabajo para leerlo y comprenderlo lo suficientemente bien como para poder hacer posteriormente una exposición tan detallada de su contenido, algo igualmente muy poco común en la juventud de nuestro tiempo. Los padres del chico y una amable señora que decía ser su abuela, formaban parte del personal de ventas; este libro – imaginé — es el resultado de un proyecto familiar o tal vez el escrito sea obra de alguno de estos tres adultos o de algún escritor para mi desconocido, por cuyos escritos esta familia se ha interesado de manera especial. De pronto, escucho al que parece ser su padre diciéndole a alguien que el libro lo había empezado a escribir a la edad de 10 años. — ¿De quién está hablando? – le pregunté con curiosidad, – de él – y, para sorpresa mía, señaló al joven que todavía seguía hablando con la señora y su hijo. — ¿Cómo se llama? –, le pregunté. Su respuesta fue: Jacobo Peña Mesías. ¡No puede ser, ¡es el nombre del autor que figura en la carátula! Sé que los niños superdotados han existido y siguen existiendo. Mozart a los 5 años compuso su primera sinfonía musical y Greta Thunberg es una activista climática que a sus 16 años ha puesto al mundo a pensar en serio sobre la necesidad de detener el calentamiento global del clima y proteger la vida en la Tierra. Pero esta vez tenía ante mis ojos a alguien con características de genio y podía hablar con él, algo que jamás había esperado. Me asombró la sencillez de este muchacho y, a la vez, la naturalidad y seriedad con la que se ha tomado su trabajo. El libro, al que para ese momento había alcanzado ya a darle una ojeada muy superficial, pintaba bien. Sin ser un crítico en literatura, tengo los suficientes elementos de juicio como para decidir si un libro vale la pena ser leído y esta es una obra que entra en esta categoría, con un estilo de redacción que promete ser muy interesante. Como no podía, finalmente, comprar aquel libro y salir de allí, así como si nada, con mucho entusiasmo por este novel escritor le pedí que le pusiera su dedicatoria, cosa que hizo, a su vez, con un gesto de mucha amabilidad. Salí de aquel estante convencido de haber vivido una experiencia única. Una experiencia inicial, porque la que viene ahora será la que viva como lector: la de sentirme inmerso en un libro que recibí personalmente de manos del propio autor, un muchacho como el que yo hubiera querido ser cuando tenía 16 años.
El autor de esta obra, Jacobo Peña Mesías, aceptó amablemente posar conmigo para la foto.
Y es que la obsesión por la lectura de este libro se ha apoderado de mi voluntad. ¿Qué extrañas dimensiones y realidades imaginarias anidan en la mente de aquel muchacho de apariencia tímida y reposada, cuya naturaleza ha dado para forjar un libro de esta magnitud? ¿Qué mensaje tendrá para el mundo de hoy un libro de estas características, cuyo autor comenzó a escribirlo teniendo apenas 10 años, para tener lista la primera edición a la edad de 13 años? No lo sé, pero lo voy a averiguar, porque algo grande debe esconderse dentro de esas enigmáticas páginas. Será un reto que hoy me impongo porque su lectura no será un mero ejercicio de entretenimiento (que también lo será, estoy seguro), sino un proyecto de investigación personal, cuyo objetivo será entender y desentrañar el mensaje aquí plasmado y, hasta donde sea posible, tener una ventana, así sea muy muy limitada, hacia los misterios que yacen en la mente humana, especialmente cuando es la mente de un niño de apenas 13 años.
NOTA:
Jacobo Peña Mesías nació el 19 de abril de 2008 en Bogotá y es estudiante del Instituto Alberto Merani, entidad educativa especializada en la formación de niños con talento excepcional. (Dato tomado de la pequeña biografía de su propio libro).
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