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Mis años en San Gregorio (Alfonso López), vistos por el niño que llevo dentro


Entrega 24

Por Rubén Darío González Zapata
Nacido en la vereda La Lindaja
Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)
Ciudad Bolívar

El escrito que acabo de terminar ha resultado ser un ejercicio que me ha permitido volver a vivir una parte de mi pasado ya desde una perspectiva consciente, con las herramientas intelectuales y la experiencia que me ha dado la vida. Esto me ha permitido igualmente identificar con mayor nitidez el mensaje que se esconde detrás de una vida común y corriente como fue la mía en la vereda de La Lindaja — esa vereda que tanto amo –, sencilla y signada por las limitaciones del medio y de la época que me tocó vivir en el lapso que va de 1946 y 1962, en el corregimiento de San Gregorio. El mensaje para mí es claro: jamás debemos renunciar a nuestros sueños, por muchos que sean los Obstáculos que la vida nos ponga en el camino. Los años en esta etapa de mi pasado no fueron, precisamente, algo extraordinario. Fui un niño con las mismas ilusiones, las mismas alegrías, los mismos temores, las mismas incertidumbres y, probablemente, las mismas limitaciones económicas, de muchos de los niños de mi edad, en un momento de nuestra historia en el que el entorno (educación, convivencia, creencias religiosas) estaba marcado por unos niveles de desarrollo económico y cultural muy precarios, algo que, con toda seguridad, ha cambiado para el día de hoy.

Y este es el otro mensaje que me gustaría dejar: el estudio de nuestro pasado, individual o colectivo, nos debe servir no para atarnos a lo que ya fue y que no podemos cambiar, sino para proyectarnos hacia el futuro, aprendiendo de nuestras propias experiencias, nuestros propios errores, nuestros aciertos, éxitos y fracasos, siempre con el propósito de construir una sociedad mejor.

Yo a mis 8 añosYo a mis 8 años 

San Gregorio, más que mi cuna, fue el punto de partida de una existencia que siempre me impondrá nuevos retos, por más que haya pasado el tiempo y, como tal, las personas de las que estuve rodeado, sus montañas, sus ríos y quebradas, con sus cosas buenas, inclusive tristes y trágicas, son parte inseparable de mi propia realidad y personalidad. A este corregimiento, a mi familia, a mis amigos y aún aquellos sangregorianos, raizales o de espíritu, con los que no he tenido oportunidad de relacionarme directamente, les debo, de una u otra forma, lo que soy en el día de hoy y, por esta misma razón, los llevo siempre en mi corazón.

Permítanme ahora abrir el espacio para la publicación de reseñas de personajes que se destacaron por su trabajo, servicio o por otros méritos que hayan causado impactado significativo. El primer paso lo doy yo con la publicación – luego del trabajo de “mis años en San Gregorio — de las reseñas algunos personajes sobre los que tuve información por haberlos conocido personalmente, pero con la invitación dirigida a todas las personas (mujeres y hombres) que deseen hacerlo, para que publiquen los relatos sobre personas o acontecimientos que, por su impacto, vale la pena que sean conocidos por las futuras generaciones.

Mi madre, a quien debo lo que soy.

Mi madre, a quien debo lo que soy.

Por otra parte, he seguido trabajando en la monografía de San Gregorio, en la que se narra la historia de nuestro corregimiento desde que éste empezó a consolidarse como asentamiento humano allá por los años 20 del siglo pasado, hasta 1962, año en el que, por haber salido de mi casa, perdí el contacto directo con las gentes y los acontecimientos del corregimiento. La idea es que haya alguien que le dé continuidad al relato histórico en los años subsiguientes ojalá hasta nuestros días, para lo cual ofrezco mi colaboración, en la medida en la que pueda hacerlo, para convertir ese esfuerzo en un documento escrito que pueda ser conservado en una institución para que sirva como material de estudio e investigación por parte de quien desee hacerlo.

Culminado este trabajo estaría dando por finalizada mi contribución a la construcción de la memoria histórica de San Gregorio, la que ojalá sirva de fuente de información para los jóvenes que seguirán después de nosotros construyendo la comunidad del futuro. Luego de esta enriquecedora experiencia, iniciaré la escritura de un nuevo proyecto literario, pero esa será otra historia.

Mayo de 2022


Entrega 1: «Mis años en San Gregorio: Un futuro por construir»

Entrega 2: «Mis años en San Gregorio: El nido familiar».

Entrega 3: «Mis años en San Gregorio: Mirador de cielos y cordilleras»

Entrega 4: «Mis años en San Gregorio (Alfonso López), vistos por el niño que llevo dentro»

Entrega 5: «Mis años en San Gregorio (Alfonso López), Encuentro con el mundo de la religión»

Entrega 6: «Mis años en San Gregorio – Domingo en San Gregorio» 

Entrega 7: «Los aprendizajes ya no son un juego–Comienza la escuela»

Entrega 8: «Mis años en San Gregorio – Música y leyendas»

Entrega 9: «Mis años en San Gregorio –El duelo de Cosiaca y el guapo del pueblo»

Entrega 10: «Mis años en San Gregorio –El rostro avieso de la muerte»

Entrega 11: «Mis años en San Gregorio – Violencia y política»

Entrega 12: «Mis años en San Gregorio – El aprendizaje no termina»

Entrega 13: «Mis años en San Gregorio – ¡Y llegó la navidad!»

Entrega 14: «Mis años en San Gregorio – ¡Oh, el amor!»

Entrega 15: «Mis años en San Gregorio: El inquietante mundo de lo invisible – Miedos que agobian»

Entrega 16: «Mis años en San Gregorio – Una lección de valentía»

Entrega 17: «Mis años en San Gregorio – ¡Están atacando a San Gregorio!»

Entrega 18: «Mis años en San Gregorio – ¡Sombras en la noche!»

Entrega 19: «Mis años en San Gregorio – Lejos del nido»

Entrega 20: «Mis años en San Gregorio – Laberinto del miedo»

Entrega 21: «Mis años en San Gregorio – Una voz amiga cambia mi destino»

Entrega 22: «Mis años en San Gregorio – El novedoso universo de la academia, la religión y la cultura»

Entrega 23: «Mis años en San Gregorio – Adiós a San Gregorio»

 

Por Rubén Darío González Zapata
Nacido en la vereda La Lindaja
Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)
Ciudad Bolívar

 

 

 

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