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Un ensayo sobre el fin de la era Uribe y el país que asoma

Por Rubén Darío González Zapata
Nacido en la vereda La Lindaja
Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)
Ciudad Bolívar

Comentario

Ficha Técnica

  • Título:                   Para dónde va Colombia
  • Autor:                  Gustavo Duncan
  • Naturaleza:        Debate. Opinión política
  • Editorial:              Penguin Random House, Grupo Editorial
  • Edición:                Primera, 2022

Tal vez nunca, a lo largo de su historia, Colombia había vivido un momento como el que se está dando en la actualidad. Por primera vez, un partido proveniente de la oposición al Establecimiento (al Sistema) — un partido de izquierda — ha llegado al poder. Es un hecho de importancia trascendental, al que, para poder entenderlo en toda su dimensión, hay que analizar de manera cuidadosa y, sobre todo, con un sentido crítico y objetivo, desprovistos de radicalismos emocionales que no hacen más que hacer perder la auténtica proporción de la realidad de esta coyuntura. En ese sentido, el libro ¿Para dónde va Colombia?, escrito por el profesor de la universidad EAFIT de Medellín, Gustavo Duncan, quien, además, hizo parte de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas en las conversaciones de paz de La Habana, en donde se cocinó el Acuerdo de Paz que llevó a la desmovilización de las FARC, es un documento de mucha utilidad, porque aporta valiosos elementos de juicio que facilitan a quienes estén interesados, la comprensión cabal de lo que está sucediendo y sus consecuencias inmediatas de cara al futuro.

Metodológicamente, el período de nuestra historia abocado por el profesor Duncan está ubicado dentro del marco de lo que el autor llama la era de Uribe y la era de Petro, esto es, el que va del año 2002 hasta el momento actual, año 2023, durante el cual Uribe y Petro han sido los dos grandes fenómenos políticos protagonistas, con un examen, a mi modo de ver bastante completo, sobre las causas que llevaron, inicialmente, a catapultar a Uribe hasta unos niveles de popularidad tal vez nunca vistos en presidente alguno, pero que, paradójicamente, crearon las condiciones de polarización que Petro supo canalizar para llegar al poder con el proyecto político que recoge los anhelos de cambio de tantos colombianos.

A través de la lectura del libro, en lo que a la era de Uribe hace referencia, es fácil encontrar a la vez tres momentos claramente identificables: 1) El que va desde el año 2002 al 2010 – las dos presidencias de Uribe –. Aquí el presidente es el dueño casi que absoluto del favor popular, gracias especialmente a sus éxitos militares contra unas FARC que entraron al siglo XXI crecidas luego del fracasado intento de negociación del Caguán, hasta el punto de haber llegado a ser para ese momento “… el único ejército guerrillero con capacidad de enfrentar militarmente al Estado.” (Pág. 61), lo que tuvo, de contera, efectos positivos en la sensación psicológica de seguridad por parte de la gente, aumentó la confianza inversionista y jalonó el crecimiento de la economía. Pero también es el momento en el que los elementos que llevarán al uribismo a su declive empiezan a mostrar su presencia: los falsos positivos, la lacra de la politiquería y la corrupción que llega a extremos inaceptables, las interceptaciones ilegales, el intento de hacerse reelegir por una segunda vez y el enfrentamiento con las cortes, entre otros. 2) El siguiente momento corresponde a los 8 años del gobierno de Santos y el proceso de negociación con las FARC, ahora ya arrinconadas en sus puntos de retaguardia, pero que siguen conservando su capacidad amenaza real para el Establecimiento. Uribe sigue todavía estando en la cresta de la ola del favoritismo popular, pero esta vez situado en la orilla opuesta, como oposición al gobierno de turno, el que, en su concepto, traicionó la visión política con la que fue elegido. El momento culminante de este período fue el triunfo del NO en el referéndum del 2016, en el que se le preguntó al constituyente primario (al pueblo) si aprobaba o no el Acuerdo de La Habana. 3) El tercero es el momento en el que el uribismo y la narrativa de la clase política en el poder empiezan a mostrar signos evidentes de agotamiento y de desgaste, pese a haber puesto presidente, esta vez en la persona de Iván Duque, un presidente incapaz de entender el descontento popular y de haber actuado en consecuencia, con una postura dubitativa y falta de claridad frente a la implementación del Acuerdo de Paz: “un moderado de derecha” , quien, “… sin salirse del marco institucional establecido, hizo uso de acciones políticas que han distorsionado el espíritu democrático de las instituciones” (Pág. 127).

¿Qué nos depara el futuro ahora con un gobierno de izquierda? Libros como éste nos ayudan a comprender el momento.

Todo el enorme descontento social y un sentimiento de que el cambio era algo que el país no podía postergar más, incapaz de ser canalizado por los políticos de centro (en cabeza de Sergio Fajardo), fue aprovechado inteligentemente por Petro, que es el protagonista de esta segunda etapa de la historia de Colombia en el siglo XXI. Dado que el libro fue publicado en octubre de 2022, en un momento en el que el presidente Petro estaba aún viviendo una especie de luna de miel con la clase política colombiana y sus discursos auguraban un gobierno moderado de unidad, el autor carece de elementos de juicio suficientes para hacer un diagnóstico a fondo del nuevo presidente, pero sí llama la atención sobre el peligro del populismo hacia el que se muestra proclive, estrategia que (dicho sea de paso) también utilizó Uribe. En estas circunstancias, el escritor centra su análisis en lo que para él es el país que asoma, algo que queda resumido en la pregunta que el autor utiliza como título del libro: ¿Para dónde va Colombia?

Una pregunta cuya respuesta tiene muchas aristas y que Duncan centra en tres aspectos: 1) La Paz Total, sobre la que encuentra muchos vacíos y, tal vez, más preguntas que respuestas. 2) La Igualdad social y el empresariado, esa especie de dilema entre el poder económico en manos fundamentalmente de las leyes del mercado (Neoliberalismo) –tan caro para Uribe — y la clase política tradicional frente a una visión del Estado empresario, en el que éste (el Estado) ejerce un papel determinante a través del gasto público y una política redistributiva. ¿Se logrará un adecuado equilibrio entre estas dos visiones? 3) Finalmente, el escritor se pregunta si Petro aspira a convertirse en una especie de líder de talla mundial, particularmente en lo que al problema del calentamiento global hace referencia, una perspectiva que podría traerle muchos beneficios al país pero que también está plagada de riesgos. El libro termina abriendo un gran interrogante entre el Petro que maneja un discurso de consenso nacional y el Petro que maneja también un discurso de confrontación entre una clase social dueña del poder y una clase históricamente excluida. Son aspectos que para octubre de 2022 eran aún muy pronto para evaluar adecuadamente, pero que hoy podríamos analizar con los elementos de juicio que nos da este casi primer año de gobierno.

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