Según la organización Colombia Diversa, desde el año 2000 hasta la fecha, en Antioquia han ocurrido 458 hechos violentos contra personas LGBTI (entre violencia policial, amenazas y homicidios).
Cada 28 de junio se conmemora el Día del Orgullo LGBTI, con motivo de las Revueltas de Stonewall ocurridas en 1969, en Nueva York.
Sobre el tema conversamos con Elkin Naranjo, magister en Estudios Socioespaciales y activista LGBTI en Antioquia.
¿Por qué conmemorar el 28 de junio, Día del Orgullo LGBTI?
El 28 de junio marca un hito. Si bien antes de las Revueltas de Stonewall ya había un naciente movimiento social: iniciativas y colectivos conformándose, el 28 de junio se dio el golpe certero que logró llevar ese movimiento social que estaba en lo privado hacia lo público, hacia las calles.
Estábamos en los años 60 y el movimiento estudiantil, pacifista y de mujeres ya se estaba tomando las calles. Con las Revueltas de Stonewall el movimiento LGBTI se sumó.
Finalmente, todos los movimientos sociales requieren de estos simbolismos para avivar la necesidad de juntarse y de seguir manteniendo el espíritu colectivo.
En esa misma vía es importante que busquemos en el pasado nuestros propios Stonewalls y conmemoraremos también nuestra propia historia.
¿Por qué conversar sobre diversidad sexual y de género?
Es necesario que el tema esté en las conversaciones sociales y políticas para que pase a las agendas públicas. Esto propicia espacios de respeto, de inclusión y de convivencia. En consecuencia: sociedades más tolerantes, y sobre todo, ambientes dignos para la vida de las personas.
Es importante recordar que cada vez que hablamos de diversidad sexual y de género estamos hablando de seres humanos.
Hasta los años 90 y principios de los 2000 la diversidad sexual y de género era un tema tabú. Se abordaba en secreto, y cuando se hacía en público se asociaba a lo malo, a lo corrupto, a lo pecaminoso. Esa estigmatización generaba, no solo la exclusión social, sino también un sentimiento de culpa en la misma población LGBTI.
Hoy cuando hablamos públicamente de estos temas estamos generándole un sentimiento de bienestar a muchos jóvenes, niños y niñas que actualmente crecen sintiéndose raros.
Les estamos diciendo que está bien ser diferentes, que está bien sentir diferente, que esta es una sociedad que los acoge y los protege, algo que mi generación, por ejemplo, no pudo sentir.
¿Cuál debe ser el papel de las Administraciones Municipales en este tema?
Las Administraciones Municipales no trabajan para un grupo de personas en específico sino que trabajan por el bienestar general de todos los ciudadanos.
En ese sentido por ejemplo, durante el 28 de junio, los mensaje de apoyo y de solidaridad son muy importantes: nos dicen que todas y todos hacemos parte de nuestros municipios. Que estamos siendo tenidos en cuenta, pero sobre todo, que nos respetan como seres humanos.
Un primer paso es alzar la voz y decir «incluimos a todas y todos los ciudadanos», eso ya es un hecho histórico.
En ese mismo sentido, las Administraciones Municipales deben incluir en sus Plandes de Desarrollo a la población LGBTI, no como un grupo al cual hay que privilegiar sino como un grupo que históricamente ha estado en desventaja, que ha sido discriminado y violentado.
Es función del Estado, en este caso los gobiernos locales, propender por escenarios en los que se promueva el respeto y se garanticen los derechos.
Deben pensarlo desde aspectos como la salud, la educación y la cultura. Seguramente eso redundará muchísimo en la calidad de vida de todos los habitantes del municipio, y muy especialmente en la de la población LGBTI.
Hablemos un poco sobre la diversidad dentro de la misma población LGBTI
Se tiende a creer que existe una ‘comunidad LGBTI’, pero en realidad no podemos hablar de una ‘comunidad’ en tanto la experiencia de cada sector social es diferente.
No son las mismas circunstancias las que atraviesan las mujeres lesbianas, los hombres gay, las personas bisexuales o las personas transgénero.
Nuestra sociedad ha ido transformando la manera en que entiende y se relaciona con la diversidad, sin embargo aún hay unos temas que siguen costando.
La orientación sexual (ser lesbiana, gay o bisexual) ha ido tomando un lugar relevante en la sociedad, se han logrado avances en la transformación de imaginarios y hoy en día es más común esa apertura. Sin embargo, realidades como las de las personas trans aun cuestan bastante, aún siguen rodeadas de muchos estigmas y prejuicios que les dificultan tener una vida tranquila.
Es importante mirar con diferentes ópticas eso que significa ‘población LGBTI’, porque no somos una misma experiencia.
Las personas trans están siendo mayormente violentadas, discriminadas y excluidas de núcleos como la familia y el trabajo. Por ende, hay que realizar un mayor trabajo de sensibilización, un mayor acompañamiento y una mayor exigencia de derechos.
¿Cómo apoyar las luchas LGBTI si no se pertenece a ninguna de las siglas?
El punto de partida es reconocer que todos somos seres humanos, que a todos nos habita la diferencia: que ser diferentes es lo único que nos hace iguales. El primer consejo es entonces conectarse con la empatía, ese valor que permite ver en el otro un ser humano valioso y digno.
Comprender que la experiencia y trayectoria del otro es valiosa, que su vida importa.
No es necesario tomar acción, no es necesario participar activamente, no es necesario abanderarse de los temas. Basta con partir del principio de respetar al otro y de aceptar que las condiciones, las decisiones y la vida del otro es una posibilidad dentro de muchas otras.
Un consejo para alguien que hace parte de la comunidad LGBTI y quiere apropiarse más de sus luchas
Es común que en las regiones las personas LGBTI no se apropien de sus reivindicaciones porque se han normalizado las violencias, las exclusiones y las discriminaciones.
Todavía hoy muchas personas que se identifican como parte de la población LGBTI al mismo tiempo conciben lo diverso como algo malo, negativo, como un pecado, es decir, no han abandonado sus propios prejuicios.
Hay que hacerse consciente de que en nuestra sociedad constantemente nos están vulnerando. Cuando yo reconozco que estoy en una situación de desventaja, de discriminación, de exclusión, el siguiente paso es tomar acción frente a eso.
El consejo más importante es acudir a lo colectivo, buscar una organización, hacer un grupo, hacer juntanza, trabajar en equipo.
Finalmente, ser muy juiciosos y juiciosas en investigar, aprender y conocer. Apropiarse y trabajar con el otro y la otra de la mano: generar espacios de acompañamiento y solidaridad. En resumen: buscar lo colectivo y la juntanza, porque el trabajo en equipo tiene más frutos y más posibilidades de lograr cambios y transformaciones en la sociedad.
Por Laura Franco Salazar