El hecho de haber comprado unos rudimentarios equipos de emisión a don Guillermo Rivera, un caminante de pueblos de Colombia, se convirtió para don Ignacio Ramírez Ballesteros en toda una vida de vocación hacia la radio del Suroeste, hasta tal punto que su gran sentido de pertenencia lo hacía parecer, ante los ojos de los demás, como una persona exagerada en sus actuaciones.
El 11 de noviembre de 1960 se oficializó la inauguración de Radio Santa Bárbara. En su vehículo tradicional, marcado con el distintivo permanente de Radio Santa Bárbara, atravesó carreteras, devoró distancias, recorrió municipios y recibió distinciones por los servicios prestados de innumerables alcaldes, de diferentes organizaciones cívicas y comunales.
El radio-pasa cintas de su vehículo, al parecer no cogía sino a Radio Santa Bárbara, porque seguía la señal, hasta que otras emisoras empezaban a sobreponerse a sus ondas hertzianas, momento en el cual apagaba su radio. No le importaba otras emisoras, sino su Radio Santa Bárbara. Cuando en algunas ocasiones, don Ignacio Ramírez tuvo que quedarse en su lecho de enfermo, no le faltaban varios radios colgados en la baranda de la cama para no perderse ni un solo momento la señal de la emisora y si de pronto le sentía algún bache, el aparato telefónico era su auxiliar inmediato para preguntar sobre la causa del incidente. El fundador murió el 20 de mayo de 1988.
Recorrí con don Ignacio en su vehículo varios municipios de Antioquia y conocí de su celo por la emisora, de su acérrimo sentido de pertenencia y varias veces lo visité en su lecho de enfermo, recibiendo de su piadosa esposa, doña Teresita Valencia, sus suaves recriminaciones por no guardar el reposo recomendado por sus médicos de cabecera.
Muchos de los antiguos corresponsales de Radio Santa Bárbara y amigos de don Ignacio, nos reuníamos en la desaparecida Fonda Antioqueña, que existía cerca de la iglesia de La Veracruz en Medellín, para departir sobre diferentes temas de Santa Bárbara, de la emisora y de sus iniciativas periodísticas, tertulias obligadas cada semana. Hoy, después de 56 años de servicio y de tener al frente del desvelo de don Ignacio, a periodistas, corresponsales, empleados y propietarios, es importante pensar que el sentido de pertenencia registrado por su fundador, su amor por el servicio a la comunidad y el reconocimiento a todos sus oyentes, continuarán vivos, no importando el tiempo o la distancia.
Felicitaciones a la familia de Radio Santa Bárbara, a sus corresponsales viejos y nuevos y reconocimientos a sus fundadores, don Ignacio y doña Teresita. Vayan nuestras felicitaciones a su personal de planta también.
*Corresponsal El Suroeste – Santa Bárbara