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“La desaparición forzada es considerada un crimen de agravia a la humanidad, pues por sus características busca llevar a su máxima expresión la negación de lo humano y de las personas como sujetos sociales, con voz, con capacidad de actuación, con autonomía y con participación” (CNMH, 2014-c, página 107).

En Colombia las disputas por la tierra tienen una trayectoria compleja e histórica, incluso diversos analistas coinciden en afirmar que el origen del conflicto armado del país radica en el problema de tierras, en su distribución.

El control sobre la tierra ha sido un instrumento de poder para los diferentes actores armados -tanto legales como ilegales- y su accionar en busca de apropiarse de terrenos estratégicos para su expansión y consolidación ha generado todo tipo de violencias contra la población civil (tomado de: Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación Colombia, Grupo de Memoria Histórica).

Entre ellas: la desaparición forzada, que en muchos casos, antecede al despojo de tierras, y después de este, el desplazamiento forzado es la siguiente violencia que deben afrontar las víctimas para salvar sus vidas, dejando atrás no solo su patrimonio sino la última imagen de aquel ser querido sobre el que no saben si algún día volverán a tener noticias.

Así le pasó a María Nelly Villada, una mujer campesina oriunda del municipio de Montebello que desde hace 15 años no sabe qué pasó con su esposo José Antonio Cañaveral:

“A los tres meses de que se lo llevaron sí soñé con él, que me decía que venía a despedirse porque ya se iba del todo… Él era muy enfermo, entonces nosotros pensamos: si ellos matan a la gente aliviada ¿Ahora qué iban a hacer con él?”.

Recordar

Como consecuencia de la desaparición forzada de su esposo en la vereda La Quiebra en el 2002, María Nelly se vio obligada a abandonar la finca y buscar un lugar seguro para llevar a sus hijos. “Nosotros nos vinimos para el pueblo a vivir en la casita que mi papá me dejó de herencia, los primeros días fueron muy duros. Al año de haberse llevado a José Antonio, se llevaron al hermano de él. Primero estuvieron ‘los elenos’, luego las Farc y luego ‘los paras’, dicen que a los dos se los llevó el frente 48 de las Farc”.

Pese a las dificultades económicas sus hijos e hijas estudiaron y no se vieron expuestos a otros tipos de violencias tras lo ocurrido. María Disney Cañaveral Villada por ejemplo, estudió comunicación social, de su padre recuerda: “era un hombre muy enamorado de la tierra, él siempre decía que vivir en el campo valía la pena y compartía lo que cosechaba con los vecinos. También decía que en su familia las que más iban a estudiar eran sus hijas para que pudieran salir adelante sin la necesidad de un hombre que las mantuviera”.

María Nelly coincide con su hija: “él era muy apegado a su finca, la tenía desde soltero. Era un excelente esposo y padre. Uno tiene que seguir viviendo, yo quedé sola y saqué a mis hijos adelante. Como mi esposo había dejado la finca hipotecada en el banco, declaramos presunta muerte por desaparición forzada para que el banco condonara la deuda que iba en 16 millones”.

Ley de Víctimas y Restitución de Tierras

Tras seis años de promulgación de la Ley 1448 de 2011 el balance es positivo, así lo confirma la directora territorial de la Unidad de Restitución de Tierras-URT Antioquia, Paola Cadavid Acevedo: “la política sí ha servido y sí se está pensando en una reparación transformadora. La Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento -CODHES, en el año 2016, elaboró un informe sobre los niveles de satisfacción de las familias restituidas y el 80% de ellas manifestaron estar satisfechas con el proceso”.

Ley de Víctimas y Restitución de Tierras

Según Cadavid, Antioquia es un reto muy grande de restitución y actualmente cuenta con 19.200 solicitudes: “esto no es de sorprender, este departamento tiene uno de los índices de expulsión más alto de todo el país, entonces el abandono y el despojo van en sintonía con los índices de población desplazada”. Agrega que alrededor de 9.184 solicitudes están en intervención, es decir que se están estudiando, y dos mil ya se encuentran en etapa judicial, en manos de los jueces.

“Cuando a una mujer se le restituye también se le empodera porque es posible que lleguen las tensiones con los otros hombres de la familia, entonces hay que cambiar el chip de que las mujeres no tienen nada que ver con la administración patrimonial, hay que decirle ¡Usted también es propietaria!”.

La directora señala que en el Suroeste la intervención empezó en el 2013 cuando se microfocalizó a Montebello: “allí teníamos alrededor de unas 70 solicitudes pero de manera para nosotros sorprendente, esas solicitudes se incrementaron y en este momento están alrededor de las 420, las cuales ya han sido evacuadas casi en un cien por ciento. Este municipio es el reflejo de lo que pasó en esta región que tuvo una violencia que fue bastante crítica, feroz contra la población civil, pero también fue muy callada, allí hubo llegada de la guerrilla y también una ofensiva muy fuerte por parte de los paramilitares. Estas incursiones originaron despojos y desplazamientos”.

En Montebello se han restituido cerca de 190 hectáreas y se han invertido aproximadamente 700 millones de pesos en proyectos productivos de plátano, café, aguacate, entre otros. Y el Banco Agrario ha priorizado, vía subsidio de vivienda, la inversión de cerca de 750 millones de pesos (URT Antioquia).

Luchar y retornar a la tierra

María Nelly Villada (65 años)
«Las cosas no se olvidan, pero hay que perdonar».

María Nelly Villada (65 años)

Para el tema de la restitución empezamos a mandar la papelería y en el 2015 nos devolvieron la tierra. Mucha gente se desespera porque las cosas se demoran, otros dicen que las ayudas no son suficientes, pero yo creo que hay que tener paciencia, esto es una ayuda para uno volver a salir adelante. Las cosas con restitución han sido claras, nos ponen un ingeniero y todo por dos años.

Yo tengo café, cítricos, aguacate, y plátano en la segunda etapa, son 2 mil matas. El proyecto consiste en una parte productiva y otra que cobijara la parte de alimentos, como cultivos de pan coger, galpones, entonces como nosotros teníamos los pasticos listos escogimos una vaca. La condición de restitución es que uno no deje la finca sola, yo voy dos días a la semana.

En este momento estamos recibiendo una capacitación de 40 horas sobre mercadeo, para que no nos limitemos solo a vender el producto sino que busquemos un valor agregado para que el recurso no se quede en los intermediarios, yo quiero darle un valor agregado a mis plátanos, yo los sembré escalonados y las primeras maticas tienen siete meses. Me están enseñando a mirar la finca como una empresa, a diversificarla y que sea sostenible.

Lo único que falta para que se cumpla la sentencia completa es la sucesión y la casa que hacen en el predio donde sucedieron los hechos.

Creo que Montebello volvió a ser lo que era antes, un remanso de paz, aunque la paz comienza por los hogares, por uno mismo.

Claro que uno siempre queda con miedo cuando a uno le sucede algo así, eso lo marca mucho a uno, las cosas no se olvidan, pero hay que perdonar, confiar mucho en Dios y seguir adelante.

Uno no sabe en dónde quedó el familiar y esto material no va a resucitar a la persona que se fue, pero de todas maneras hay que poner los pies en la tierra y seguir.

Mis hijos y nietos vienen los fines de semana aquí a la finca a ver cómo van los cultivos, pero hay unos que les va mal con las picaduras de los mosquitos (risas).

¿Qué ha pasado en los demás municipios del Suroeste?

La directora territorial de la Unidad de Restitución de Tierrasen Antioquia, Paola Cadavid Acevedo, explica que en el 2016 gracias a las condiciones de seguridad, se intervinieron tres municipios: Salgar, Betulia y Betania.

“Encontramos unas situaciones complejas de orden público que estuvieron calladas por parte de la comunidad, y era que en un corregimiento creo que se llama Los Andes operaba la guerrilla y en el casco urbano los paramilitares, entonces esto condujo a unas disputas territoriales muy fuertes, que conllevaron a que de 19 mil habitantes que tenía el municipio, en el registro único de victimas 9 mil personas hayan manifestado que sufrieron afectaciones por el conflicto armado. En Betulia y Betania los casos son similares”.

Añade que en total son 19 municipios en los que atenderán 230 solicitudes, dado que no se presenta ninguna amenaza para la restitución, y que el proceso se llevará a cabo por nodos, dada la proximidad entre los territorios: “tenemos microfocalizado lo que es Ciudad Bolívar, Concordia, Fredonia, Venecia y Santa Bárbara. Angelópolis será atendido en este mes de julio, allá ha habido unos procesos importantes de retornos. Todo el Suroeste a excepción de Urrao va a ser intervenido”.

¿Y qué pasa con Urrao?

La directora territorial de la URT Antioquia, expone que “Urrao tiene en este momento algunas dificultades de orden público derivadas de presencia del ELN todavía y hay minado, las minas para nosotros son un enemigo que lastimosamente hasta que no se erradiquen no podemos ingresar porque ponemos en riesgo a los reclamantes, al equipo y a la fuerza pública”.

Otros datos 

Restitución de Tierras Suroeste
Fuente: URT Antioquia
NÚMERO TOTAL SOLICITUDES
MUNICIPIO No. SOLICITUDES
Montebello 425
Salgar 92
Betulia 74
Betania 54

Fuente: URT Antioquia

NUEVAS ZONAS A INTERVENIR
Támesis 64
Ciudad Bolívar 34
Santa Bárbara 26
Andes 21
Concordia 14
Amagá 12
Pueblorrico 11
Caramanta 9
Tarso 9
Fredonia 8
Angelópolis 8
Venecia 7
La Pintada 5
Jericó 5
Valparaíso 2
Titiribí 2
Jardín 2
Hispania 0
Urrao (sin intervenir) 196
TOTAL 1080

Fuente: URT Antioquia

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