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Hoy, es el séptimo aniversario de la muerte de Álbaro Valencia Cano, fundador del Periódico El Suroeste, lo recordamos con profunda admiración y con el cariño que sembró en nuestros corazones.

A Álbaro se le recuerda como una persona carismática, buen conversador, de una gran sensibilidad social, dispuesto a ayudar y sobre todo a enseñar; siempre estaba presto a compartir lo que sabía, a transmitir el conocimiento, su método infalible era el juego, un maestro lúdico que nunca perdió la capacidad de asombro, ni la energía para divertirse, aprender y enseñar.

Era un intelectual noctambulo, porque el trabajo creativo le rendía más en las noches, cuando todos estaban dormidos, en el día era un ser dinámico, activo, dado a la plática, el debate, el trabajo y a la realización de sus proyectos.

Le encantaba la música protesta, aunque su lado romántico se avivaba con las canciones de Rafael, Leonardo Favio y Serrat, por supuesto, Álbaro también fue un poeta, en su época estaban de moda los seudónimos, entonces decidió usarlos, el más popular y que quedó grabado en la memoria fue Camilo Verano, lo de verano porque amaba los días soleados. Camilo Verano le escribió al amor, al desamor, a la vida y a muchas otras emociones humanas.

Fue también un ciudadano activo, partícipe en la política, una política que entendía desde su valor social, como un instrumento para alcanzar el bienestar común, de ideología liberal, porque creía en la autonomía individual, la igual dignidad de todas las personas, el respeto por las creencias y siempre promovió la educación sin dogmatismos.

Fue una persona resiliente, que siempre luchó por cumplir sus sueños, aunque dos de ellos le quedaron pendientes: ser profesor universitario y escribir un libro.

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