Te recordaremos Ángela Inés Rueda Piedrahita, una maestra que escribirá en el pizarrón del cielo las más hermosas historias de su vida

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Por Daniel de Jesús Granados Rivera
Maestro Formador de Formadores
IE Escuela Normal Superior Amagá

En Urrao, reconocido como el Paraíso Escondido entre las llanuras y el río Penderisco, nació la maestra Ángela Inés Rueda Piedrahita, pertenecía a una familia humilde y espiritual.

Durante algunos años fue secretaria en Transportes Rápido Ochoa y allí se distinguió por su responsabilidad y amabilidad con los usuarios. Cursó sus estudios en la Escuela Normal Superior Sagrada Familia de Urrao. Fue amante de la literatura, licenciada y especialista en áreas afines en Lengua Castellana.

Inició su labor docente en el municipio de Dabeiba en el Occidente antioqueño. Luego tuvo la oportunidad de ejercer su profesión en el Suroeste cuando llegó a Salgar a la Escuela Rural Ana Restrepo Arias en la vereda La Humareda, allí se distinguió por su vocación y liderazgo social, y por ser una excelente compañera de gran calidad humana. Después la trasladaron al centro poblado La Encarnación en su tierra, Urrao, donde se destacó por su espíritu emprendedor y don de gentes.

Los últimos años de su vocación, aproximadamente 20 años, estuvo en la Institución Educativa Jaiperá, también de Urrao, en el mismo barrio que la vio nacer y crecer. La maestra Ángela Inés se distinguió en su labor docente por su exigencia y el afán de contribuir a la formación integral de su gente, las buenas relaciones interpersonales con sus compañeros, que la recordarán por la alegría, reflexión crítica ante diferentes acciones propias de la labor del maestro y por ser muy buena consejera.

Quienes la conocimos en su oficio de ser maestra podemos dar cuenta de su maravilloso proyecto de vida, ayudando a todos sin excepción; una maestra de armas tomar, con gran espíritu de superación, la recordaremos como una amiga incondicional, sincera, humilde y cumplidora de su deber.

Nos queda solo elevar una oración, vuela muy alto, maestra, tu partida nos ha dejado un legado y un ejemplo de vida para seguir e imitar. Sigue acompañándonos como siempre lo sabías hacer, tu recuerdo permanecerá en quienes tuvimos el gran regalo de haber compartido momentos de alegría y otros no tan fáciles en el recorrido del oficio de ser maestros. Hasta siempre querida Angelilla, te extrañaremos y continuaremos escuchando las mejores melodías exitosas, sin olvidar la que más te gustaba y disfrutabas: Madrigal.

Con seguridad tu familia, tus compañeros estudiantes y conocidos llevaremos el más hermoso recuerdo, en el alma y el corazón.

“Quien pasó por nuestra vida y dejó luz ha de resplandecer en nuestra alma para toda la eternidad”.


Por Daniel de Jesús Granados Rivera
Maestro Formador de Formadores
IE Escuela Normal Superior Amagá

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