Después de una intensa rehabilitación en el CAV -Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre-, del Área Metropolitana un tigrillo lanudo (Leopardus tigrinus), fue liberado en un área de 200 hectáreas, con buena cobertura boscosa, oferta hídrica y zonas de refugio, ubicada en una Reserva Forestal en el Suroeste antioqueño.
Durante tres meses se implementó un programa de rehabilitación intensivo para fomentar los comportamientos naturales de supervivencia, donde se le expuso a los olores y sonidos de sus presas naturales, para que reconociera en esas señales la oportunidad del alimento, pues no contó con la posibilidad de aprender esas estrategias de su madre.
En condiciones normales, un cachorro seguiría a su madre en las cacerías, aprendiendo por observación e imitación lo que necesita para sobrevivir, como defender su territorio, ahuyentar a los rivales, encontrar refugio, entre otras. Es así como los biólogos tomaron la determinación de iniciar un proceso de readaptación, enseñándole habilidades de supervivencia, puesto que para un carnívoro con cuidado parental aprender esto en un espacio controlado y sin las enseñanzas de su madre resulta muy complejo.
El proceso de rehabilitación inició en el Hogar de Paso de Fauna Silvestre de Corantioquia, que es operado por la Universidad CES gracias al convenio con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, donde fue evaluado por el equipo de profesionales veterinarios al momento de su llegada, tras ser rescatado después de que campesinos del suroeste antioqueño hirieran a su madre, mientras guadañaban un cultivo en el que antes había un bosque.
En este espacio recibió toda la atención profesional para promover su bienestar, inicialmente el cuidado se concentró en su nutrición y desarrollo, por lo que se le ofreció proteína animal, suplementada con probióticos, vitaminas y minerales y se ubicó en un recinto aislado de las personas.
Al lograr el peso adecuado y la edad biológica en la que en estado silvestre inician su proceso de independencia, los biólogos tomaron la determinación de trasladarlo a un recinto aislado en el Centro de Veterinaria y Zootecnia -CVZ- de la Universidad CES, el cual, está inmerso en un bosque húmedo y nuboso, acorde a su hábitat natural. Tras perfeccionar las habilidades necesarias para sobrevivir en el entorno natural mediante los ejercicios diseñados por el equipo de profesionales y una vez se realizó la última valoración clínica, se determinó que este tigrillo lanudo estaba listo para ser libre nuevamente. En consecuencia, se trasladó al suroeste antioqueño a la misma zona donde fue rescatado cuando era un cachorro y donde ahora habita los bosques nativos de la región.