En la Cuenca de la Sinifaná se reúnen jóvenes de Amagá, Angelópolis, Fredonia, Titiribí y Venecia y en la Cuenca del San Juan asistentes jóvenes de Andes, Betania, Ciudad Bolívar, Jardín e Hispania. Durante lo que va corrido del año se han adelantado jornadas de aprendizaje para permitir, en diferentes géneros periodísticos, que los jóvenes expresen su opinión.
Columna de opinión, noticia, entrevista, crónica y caricatura han sido los temas vistos recientemente. También, como ejercicio de escritura, se ha experimentado con la escritura de cuentos. En uno de los ejercicios se trabajó con los jóvenes una experiencia sensorial: ¿a qué huele, sabe, se oye, se siente o se ve su municipio?
“El colectivo es una fuente de conocimientos para el día a día de los jóvenes. Nos enseñanza que todo lo que hagamos lo hagamos con amor. Es una familia que aunque no tengamos la misma sangre estamos dispuestos a ayudarnos”, escribe Valentina Arenas, de Titiribí sobre este proceso.
Fragmentos de artículos escritos en los talleres:
La vida de la música en Andes
Por Mariana Olaya
La música en nuestro municipio ha estado presente por muchos años. Antes no había tanto interés por ir a tocar un instrumento; ahora los niños quieren iniciar una formación musical y lo que se espera es que todo continúe así y mejore con el paso de los días, el amor de la comunidad y el acompañamiento de la Alcaldía de Andes y los profesores de música.
Muchos de estos jóvenes mantienen presente la música en sus vidas, aunque no la materializan, es decir: tienen en sus mentes muchas canciones, en sus celulares hay demasiada música y la reproducen a lo largo de todo el día en su salón de clase, en sus casas, pero el interés ahora debe estar en que los jóvenes sepan crear música.
La invisibilidad
Por Evelyn Tamayo
Todos los días las personas caminan por las calles ignorando muchas cosas que se encuentran a su alrededor. No sé si por rutina o porque no queda tiempo ni para respirar. Si te quedas a observar atentamente te das cuenta de lo rápido que caminan, de las cosas que hacen, cómo se mueven, con quiénes hablan y en qué lugares.
Y lo que les interesa es el punto importante porque al verlos socializar y pasar junto a un perro callejero, un indigente, un montón de basura, un enorme agujero en la calle, solo notas dos cosas: su cara de qué poco importa o sus pies en alerta para evadir y caminar más rápido.
La invisibilidad ha crecido. Al parecer nos hemos puesto una venda en los ojos y se ha olvidado la vida en la tierra y la de las otras personas.