Tras varios años residiendo en Medellín, y la mayoría en calidad de desplazados, 858 indígenas se alistan para retornar al resguardo del Alto Andágueda (Chocó), en el marco de una estrategia que garantiza mejorar sus condiciones de vida y permanencia en el territorio.
Con ese fin, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas coordina la logística y ayudas humanitarias para el traslado de las 253 familias emberá entre el 23 y el 25 de mayo.
Tras un proceso de caracterización se identificaron las carencias y la vulnerabilidad de la población y el deseo de regresar a sus comunidades o reubicarse en otros sitios.
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“Este es un plan de retorno con enfoque diferencial étnico coordinado con las entidades territoriales y autoridades, que se suman a este gran proceso, y dando cumplimiento a esos los principios de voluntariedad, dignidad y seguridad”, explicó Claudia Patricia Segura Prada, coordinadora de retornos y reubicaciones de la Unidad para la Reparación a las Víctimas.
La población que regrese al resguardo, ubicado en zona selvática de Bagadó, viajará con sus enseres desde Medellín hasta ese municipio chocoano en más de 30 buses, con escala en Pueblo Rico (Risaralda). Allí recibirán ayuda humanitaria consistente en alimentos, materiales para acondicionar sus viviendas (madera, tejas) y el pago del transporte mular hasta sus comunidades, distantes a varias horas de camino.