A Teresita un grupo de paramilitares le secuestraron y le desaparecieron a su hijo Cristian Camilo de 15 años el 5 de enero de 1998 en Doradal (Antioquia).
“A mi niño Cristian Camilo le gustaba todo lo que la mamá le hiciera, porque decía que no había comida mejor que la de su mamá. Su comida favorita era el arroz con pollo, con ensalada a los laditos, con huevito cocido y de pronto con un pedacito de pollo frito. Cuando llegaba del colegio repartía besos desde la puerta hasta la cocina y preguntaba qué había de almuerzo. Lo que uno le diera, él se lo comía”.
Cuenta que en ese momento tuvo 3 opciones ante el inmenso dolor que la embargaba: hundirse en las drogas, quedarse encerrada en la casa llorando o salir y movilizarse.
Y efectivamente tomó el camino más difícil pero también el más digno ante su nueva perspectiva existencial: encontrar a su hijo.Lo que no imaginaba era que no estaba sola en su nueva lucha y que como ella había miles de madres en Antioquia y en todo el país que buscaban no solo a los hijos, sino también a hijas, hermanos, y esposos.
Fueron tiempos difíciles, de indiferencia, intimidaciones e invisibilización de sus acciones como madres en busca de la verdad en Medellín y diferentes rincones de Antioquia, relata Teresita, no obstante “el amor de madre” le dio aún más valor para fundar en 1999 las Madres de La Candelaria.
Foto: El Espectador
En el primer encuentro ‘Ciudadanías en resistencia: memoria, política y comunicación’ organizado por la Especialización en Comunicación Política de la Universidad EAFIT el viernes 6 de mayo, Teresita Gaviria y 3 de sus compañeras hablaron sobre cómo fue indagar por sus desaparecidos en medio del conflicto armado y cómo es actualmente con un proceso de paz en marcha.
La resistencia es el baluarte de su movimiento que busca hacer visible la desaparición forzada, hallar a los desaparecidos y desaparecidas, y reivindicar los derechos de las víctimas a través del cumplimiento de la verdad, la justicia y la reparación.
Según Teresita Gaviria su lucha no serviría de nada si a través de ella no se generara memoria para no olvidar lo que pasó y poder tejer nuevos caminos de reconciliación.
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Ellas, las Madres, se reúnen cada viernes en la Iglesia de La Candelaria para pedir que sus hijos e hijas desaparecidas regresen a casa. La asociación cuenta con un registro de 1176 desaparecidos solo en el departamento de Antioquia, y en 2006 ganó Premio Nacional de Paz.