El puerto
Fue solo hasta 1928 que los habitantes de Bolombolo estuvieron de frente al Cauca pues con la construcción del Ferrocarril y posteriormente de la vía, dieron un giro y de espalda al río, comenzaron a aprovechar las oportunidades del transporte terrestre.
La ubicación estratégica convirtió al corregimiento en un paso obligado para muchos viajeros, e hizo que además de la pesca el comercio cobrara importancia y que la carretera se convirtiera en ese río al que madrugan cada día vendedoras como Liliana Bedoya, para pescar turistas y ofrecerles arequipe, pandequeso y blanquiado, poniendo como anzuelo la calidez característica de la zona.
También son propios del lugar los restaurantes, los locales de jugos, las tiendas de variedades, las ventas informales de frutas y pasabocas, y los populares ‘bailaderos’.
La pesca aún sobrevive pero ya no es como antes “aquí principalmente se coge el bocachico que está a $5 mil, el barbudo a $6 mil y la dorada a $7 mil. Los adultos son los que se dedican a la pesca, a los jóvenes no les gusta. Yo empecé a ser pescador a los 17 años, pero hace algunos cambié de trabajo porque me ofrecieron una paga mejor”, cuenta Guillermo León Holguín quien ya no contribuye a que los turistas tengan en su plato un suculento pescado frito o en tortas.
Por el puente José María Escobar -llamado así en honor al ingeniero antioqueño- que fue construido en 1954 para reemplazar el antiguo puente de madera que diseñó don Francisco Rodríguez en 1917; pasa el 50% del Suroeste antioqueño y siete municipios del departamento del Chocó, “uno depende de los visitantes porque ellos son los que compran nuestros productos, por eso cuando cierran el puente este pueblo parece muerto”, dice Liliana.
Tal como el río, la economía de Bolombolo ha tenido bonanzas, sin embargo, de un tiempo para acá algunos comerciantes aseguran que la sequía no se va de sus bolsillos: “las ventas han desmejorado, pensamos que con el proyecto de la doble calzada se iban a incrementar pero no ha sido así porque cuando a los trabajadores les pagan les toca irse a sacar la plata a otro municipio y entonces por allá mismo mercan y pasan un rato con la familia”, explica María Teresa Vargas, quien dejó el calorcito de Puerto Boyacá por el de este corregimiento.
Y es que pese a la llegada de nuevas obras de infraestructura en otros aspectos el progreso parece haberse quedado detenido en el tiempo: “aquí no hemos logrado que ningún banco instale un cajero electrónico, entonces la gente tiene que irse hasta Amagá, Concordia o Ciudad Bolívar a retirar y así aportan al crecimiento de allá, no al de acá. El municipio de Venecia está siendo intervenido por Pacífico 1, Pacífico 2 y creo que hasta por Mar 1 que va hasta Santa Fe de Antioquia, y lo que hemos esperado es que el corregimiento sea beneficiado, lo único que hemos visto hasta el momento son afectaciones negativas. Además, con el arribo de estas concesionarias se presentó un fenómeno como de desplazamiento porque ellos llegaron y tomaron muchos predios en alquiler, en muchos casos pagando hasta el doble de lo que las personas de aquí pagaban y adelantando hasta seis meses, entonces muchos habitantes se han tenido que ir a buscar otros lugares para vivir pues aquí también hay un déficit de viviendas muy grande por falta de lotes”, expone el alcalde Ferney Darío Fernández.
“Falta de claridad con las obras” es lo que consideran Liliana y María Teresa hoy las tiene preocupadas por su futuro y el de sus familias, pues según ellas hay rumores de que cuando culminen las nuevas vías ya no pasará la misma cantidad de vehículos por el puente: “si el tráfico se disminuye quedamos sin nada”, dice María Teresa, mientras que Liliana exclama con angustia “¿Si esto se queda solo uno qué se pone a hacer?”.
Dichos rumores no han sido ajenos a los oídos del alcalde, y por eso él también pide claridad a las concesionarias: “unas personas dicen que Bolombolo seguirá con el tránsito de las flotas porque los retornos no van a ser los adecuados para que los municipios aledaños puedan acceder, entonces siguen por esta ruta, otras que esto no va a ser sino para carga que va hacia los océanos, otros dicen que no, entonces ¡No hay una información clara!”
Otras de las problemáticas que afectan la dinámica socioeconómica del territorio son: la inseguridad, la venta y consumo de estupefacientes.
“Tenemos un reporte muy negativo, nosotros no somos ajenos al tema del microtráfico y tanto Amagá como Fredonia son dos municipios que tienen un tema de bandas que nos afecta bastante a nosotros que somos el vecino, estamos en el medio y nos usan como corredor; sumado a la deficiencia del pie de fuerza en ambas estaciones: la de Venecia y la de Bolombolo con el agravante de que tiene que atender a medio Suroeste que pasa por ahí; casos de robo también tenemos registrados y el expendio de drogas está muy álgido tanto aquí como en la zona urbana y en cuatro veredas. Hemos pasado el informe correspondiente a la Policía Nacionalpero es muy importante que la ciudadanía denuncie porque lo hace muy poco. La población juvenil es la principal víctima del tema del microtráfico, es muy lamentable que la gente esté hablando que este delito tenga ‘jefes’ en los barrios. El corregimiento de La Mina que compartimos con Fredonia, también tiene una situación muy delicada porque allá no hay CAI, nada, entonces zonas como estas se van volviendo focos para personas que venden y consumen droga, no obstante estos problemas de seguridad existen en toda la región”, nos contó el Alcalde de Venecia.
Por su parte María Teresa Rojas cree que la juventud de Bolombolo necesita espacios y oportunidades para que muchos no sigan cayendo en las drogas: “me duele en el alma ver a unas cositas así pequeñas con un cigarrillo en la boca; al menos hay unos niños y niñas que están jugando fútbol gracias a que un muchacho que llegó de Amagá los entrena”. María Teresa se refiere al amagaseño Jorge Iván Usma, un hombre apasionado por el fútbol y comprometido con su comunidad que lidera a cerca de cien niños y niñas entre los 6 y los 14 años en la Escuela de Fútbol, proyecto que es apoyado por la Administración Municipal, “el objetivo es fomentar en ellos la convivencia, el aprovechamiento del tiempo libre y hábitos de vida saludable”.
El naufragio
El 13 de septiembre comerciantes, viajeros, y habitantes del corregimiento recibieron con asombro el anuncio de que en dos días la artería que los conecta con otros lugares y que les posibilita tanto transportar sus productos como que otros lleguen a comprarlos, sería reparada, y que las obras para la demolición y cambio de una sección de losa del tablero (lado Anzá), que se encontraba en estado de deterioro, el sello de fisuras de la losa y la reparación de las cuatro juntas del puente, tardaría 20 días.
Con la esperanza de ser escuchados, lugareños, mandatarios, vendedores y transportadores, hicieron una marcha pacífica el 15 de septiembre -día del cierre- para solicitar pasos por horas para carros y peatones, además de llamar la atención sobre la necesidad que tiene toda la región desde hace muchos años que esta conexión reciba un arreglo estructural.
“Solo había especulaciones sobre el cierre, la información oficial prácticamente la tuvimos dos días antes de que se efectuara, por medio de un correo electrónico, ni siquiera mencionaban un horario. El primer día de cierre estuvimos acompañando a la comunidad, nos acompañó también Diego el alcalde de Concordia y algunos concejales de allá. Esperábamos que Pacífico 1 hiciera presencia pero solo estuvo una trabajadora social que tomó nota”, cuenta el alcalde Ferney Darío Fernández.
Al respecto Hernán de Jesús Rojas Londoño, representante legal de la Asociación de Comerciantes de Bolombolo -ASOCOM dijo: “nunca hemos planteado que estamos en contra del arreglo del puente, es más se necesita, pero debieron avisar con tiempo, haber concientizado a la gente, yo recuerdo que en otros cierres permitieron el acceso peatonal e iban programando trasbordos”.
Ante dichas inconformidades, la Concesionaria Vial del Pacífico (Covipacífico S.A.S.) informó que:
“No somos ajenos a las implicaciones que para usuarios y comunidad en general representa un cierre de este tipo; sin embargo, hemos actuado con responsabilidad haciendo uso de las buenas prácticas de la ingeniería. Manifestarles que para este caso no hubo momento para concertaciones dadas las condiciones de riesgo que amenaza la estructura, lo que hizo urgente e inmediata la implementación de la medida en aras de garantizar la estabilidad de la estructura, y así mismo proteger la seguridad de los usuarios, habitantes del Suroeste que transitan por el puente. Para este cierre se realizó todo el debido trámite hasta obtener la autorización del Ministerio de Transporte a través de la Resolución 07069 del 13 de septiembre, momento en el cual desplegamos todo un Plan de Divulgación para informar sobre el cierre”.
Ese día con gran desconcierto, los asistentes al plantón vieron cómo la estructura amarilla se quedaba sin uso en plena cosecha cafetera. De ahí en adelante y por 20 días, las rutas de viaje tuvieron que adecuarse a los trayectos de Santa Fe de Antioquia, La Pintada, Fredonia y Puente Iglesias. Solo desde el 28 de septiembre fue habilitado el paso para motos y peatones.
“Vimos afectada la movilización de nuestros productos, de la misma comunidad por una vía que es la que mejor nos acerca a la ciudad. No solo se vio afectada la cosecha cafetera sino de aguacate, de gulupa, el transporte de ganado, de tantos productos que salen de esta zona. A las vías alternas como la de Fredonia le faltó mantenimiento antes de hacer este cierre, es una vía demasiado estrecha, peligrosa tiene un alto grado de accidentalidad. Las autoridades no pueden improvisar un cierre sin brindar todas las Garantías”,dijo Jorge Andrés Pérez Hernández, alcalde de Jericó.
Durante el tiempo del cierre la imagen de un pueblo fantasma definía a la perfección al corregimiento en donde un promedio de mil familias viven del comercio: “aquí el 80% del comercio se detuvo, no tuvimos tiempo de almacenar o distribuir los productos que en su mayoría son perecederos. Casi todos tuvimos que cerrar, los 25 empleados que me ayudan en el negocio se fueron a vacaciones porque qué se iban a poner a hacer. A ganancias diarias de aproximadamente cuatro millones ¡Imagínese las pérdidas con 20 días!”, expresó Elkin Carmona.
Otro sector afectado fue el cafetero, “el puente fue cerrado en plena cosecha lo que generó un sobre costo en lo más profundo de la economía cafetera, y seguirá afectada porque los vehículos grandes tendrán que seguir dando una vuelta supremamente larga”, precisó Diego Alejandro Restrepo Guerra, alcalde de Concordia.
En afinidad con lo anterior el alcalde de Venecia Ferney Darío Fernández argumentó que “un viaje desde municipios como Concordia o Ciudad Bolívar con el puente habilitado podría valer aproximadamente unos 500 mil pesos y con el puente cerrado se incrementa el costo entre los 800 y los 900 mil pesos”. Agrega que antes de que el puente fuese cerrado, el Comité Departamental de Cafeteros manejaba una cifra de aproximadamente 15 mil millones de pesos en pérdidas.
A las 2:00 p.m. del 3 de octubre, el puente José María Escobar entró de nuevo en servicio pero conservando las medidas de restricción para vehículos de carga categorías 3, 4 y 5, determinación que también preocupa a los mandatarios y transportadores de la región: “con las restricciones las ventas bajaron un 50%, a principio de año yo pedí una reunión en Pacífico 1 para preguntar por qué no permitían el tránsito de vehículos no cargados, sino vacíos, para que no tuvieran que dar doble vuelta y pues me daban unos argumentos de ejes y yo no soy experto en esa materia, entonces me quedé con la explicación que ellos me dieron pero luego hablando con el gremio de camioneros de Ciudad Bolívar y Concordia me dijeron que esos argumentos no son válidos”, asegura el alcalde de Venecia.
Frente a este tema la concesionaria expone que “la continuidad de la restricción deberá ser una medida permanente para garantizar la protección de la estructura, como bien sabemos es un puente que desde sus orígenes no estaba diseñado para soportar cargas tan altas, por lo que hoy en día vemos las consecuencias”.
El puente que ya había sido intervenido hace un año por fisuras en las vigas, siempre deja con un sinsabor y un interrogante a quienes lo necesitan, “quisiéramos que fueran claros y nos dijeran: este puente no lo vamos a reparar y le vamos a seguir poniendo paños de agua tibia. A veces nos convertimos en unas voces en el desierto, gritamos pero nadie nos escucha”, concluye el alcalde Ferney Darío Fernández.
Sin embargo, la Concesionaria Vial del Pacífico es enfática al afirmar que las reparaciones puntuales no solucionan de manera definitiva la inestabilidad del puente pero“sí contribuyen a la protección de la estructura, confiamos entonces que estos cierres totales no vuelvan a presentarse, no al menos que se trate de la realización de obras mayores que imaginamos sería una gran noticia para el Suroeste”.
Ante el clamor general del Suroeste para que el puente de Bolombolo no vuelva a naufragar, responden: “actualmente y debido a un acuerdo entre la Concesionaria y la ANI adelantamos estudios y diseños del puente José María Escobar, este estudio nos arrojará el nivel de riesgo de la estructura, y también nos orientará sobre temas técnicos para saber qué obras de repotenciación son necesarias. Una vez entreguemos el estudio a la ANI, entrará a una etapa de evaluación, revisión y ajustes, finalmente serán ellos quienes tomen decisiones de inversión e intervención sobre el puente”.
Entre tanto, en la región esperan que no haya más cierres, aunque: “por ahí está el comentario de que a principios o finalizando enero, van a hacer otro cierre y sería como de cuatro meses”, afirma Elkin Herrera, comerciante.
Contra la corriente
“Yo sería la mujer más feliz si pudiera ver a toda la infancia de Bolombolo en una recreación sana, porque se están perdiendo en el vicio.Aquí también hace falta una parte donde se puedan reunir los grupos culturales porque hay veces que el colegio está cerrado, entonces los de la chirimía por ejemplo se tienen que ir para el parque Las Garzas a ensayar”.
Expresa María Teresa Rojas, una mujer oriunda de Puerto Boyacá que tras tantos años viviendo en el corregimiento se siente como una más, y por eso le preocupa lo que está mal y sueña con lo que puede estar bien. Ella tiene una tienda de variedades, debido a los cambios en la economía le tocó diversificar sus productos para conquistar más clientela, por eso mientras que la vecina entra y se antoja de una blusa, de una vez compra el plátano para el almuerzo.
María Teresa vive con su esposo y su nieto Juan José, quien no quiso irse a vivir a Medellín con la mamá y prefirió quedarse así no tenga internet para hacer las tareas ni un lugar para divertirse, “yo quisiera que aquí en el corregimiento nos hicieran un parque para los niños y que tenga wifi”.
Lo único que la tranquiliza es que su nieto al menos juega fútbol, y no está por ahí en la calle “aprendiendo malas cosas”. Además de oportunidades para que ella y sus compañeros comerciantes mejoren sus ventas, que pongan bonito el pueblo para atraer a más turistas y que la seguridad mejore, María Teresa solo pide que en Bolombolo construyan más espacios para compartir en familia: “vea, es que aquí prácticamente no hay nada que hacer. El que le gusta bailar, el que le gusta su traguito pues va y se mete por allá a esos bailaderos de abajo, pero a los que no nos gusta, nos toca quedarnos aquí afuerita del corredor de la casa o del negocio, y eso si uno está con la familia, sino, enciérrese a dormir. Aquí no hay ninguna diversión, la gente no tiene a dónde ir. A veces sentimos que le invierten más a Venecia que a esta cabecera que es tan principal”.
Con ella, coincide Liliana María Bedoya: “aquí no hay un lugar para que los más pequeños y la juventud estén, y hacen mucha falta hospedajes para los visitantes”.
A flote
El alcalde Ferney Darío Fernández no es ajeno a las inquietudes y necesidades de las comunidades, en especial de Bolombolo que históricamente ha sido afectado por fenómenos naturales, problemáticas sociales y por lo que él considera puede llegar a ser un arma de doble filo “el desarrollo”.
No obstante, hace un llamado a la unión: “aquí sí se viene trabajando pero lo que hace falta es que hagamos una amalgama entre comunidad y Administración. La comunidad del corregimiento es bastante dispersa y muchas veces no participa”.
¿Y qué es lo que se está haciendo por Bolombolo? Según el Alcalde las obras en la antigua Estación del Ferrocarril, propiedad del Invías, que la Administración recibió en comodato, avanzan para darle vida al “Centro Cultura León de Greiff, donde estará ubicada la sede de la banda músico marcial, el gimnasio, la oficina de adultos mayores, la inspección de Policía, una oficina de deportes, la sede de la parabólica, la Junta de Acción Comunal, el cuerpo de bomberos y vamos a instalar las oficinas para que la Alcaldía tenga desde donde despachar cuando vayamos allá. En este espacio que incluso es patrimonio nacional, hemos hecho unas mejoras en la estructura y las obras avanzan en un 70%. En un mes estaremos terminando la adecuación del primer piso. Por ahora, allá está instalada la Defensa Civil”.
Otro de los predios recibidos en comodato por parte del departamento, está destinado para que los artesanos del pueblo se ubiquen ahí, “esto queda sobre la troncal del café y queremos que funcione como una vitrina, para que puedan exponer sus productos”, dice el Alcalde, y ante la falta de conectividad, asegura que se vienen haciendo las gestiones con el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones: “no ha sido fácil, y también hace falta para el corregimiento de La Mina y las comunidades aledañas. El parque de Las Garzas, que es el principal de Bolombolo, va a tener conectividad, además lo vamos a mejorar con un parque infantil y la ubicación de dos kioscos concertados con la comunidad”.
Con relación a un escenario para el encuentro de las familias, el mandatario dijo que “desde el año pasado le hicimos la solicitud a la Junta de Acción Comunal para que nos donaran el predio que hay lado del centro de salud, y poder construir allí un centro de integración ciudadana y no fue posible, la comunidad no se manifestó. Entonces vamos a hacer unas mejores en la cancha pequeña que tienen porque no tenemos más en dónde; aquí no hay quien done un terreno, no hay quien lo venda, incluso hemos tratado desde hace un año de conseguir el lote para instalar la planta de tratamiento de aguas residuales y no ha sido posible”.
Sobre otras labores y servicios, destaca que “se repotenció el acueducto, fue una inversión cercana a los 800 millones de pesos para acabar con el racionamiento. Esta obra se monitorea constantemente porque usted sabe que es construida sobre una quebrada, que hay que mitigar los impactos de la naturaleza. Estamos mejorando las calles, la del parque principal por ejemplo la estamos construyendo en adoquines, otras serán pavimentadas, y en general cabe apuntar que llevamos 9 kilómetros de vías terciaria pavimentadas”.
Con relación al déficit de viviendas del corregimiento, el alcalde de Venecia sostiene que en la zona no hay predios y que esto dificulta demasiado la realización de proyectos, no obstante, dijo: “estamos adelantando una gestión para que nos donen un terreno, es difícil porque es de ferrocarriles nacionales y como deestos proyectos han dicho que se trata es de darles vida de nuevo, no lo veo muy fácil, pero seguimos gestionando haber si al menos podemos adquirir el lote”.
*Espere más información sobre otras obras y proyectos del municipio de Venecia, en nuestra próxima edición.