Autores: Marco Palacios, Frank Stafford Editorial: Grupo Editorial Norma Tipo de obra: Histórica Fecha impresión: 2008
COLOMBIA, PAÍS FRAGMENTADO, SOCIEDAD DIVIDIDA
SU HISTORIA
COMENTARIO:
“Colombia, país fragmentado”, es una obra de carácter histórico sobre Colombia, con énfasis en una característica que llama especialmente la atención: la fragmentación geográfica y social. De acuerdo con este enfoque, Colombia ha sido un país en el que aún no se ha construido una sociedad con conciencia de nación, en parte por su diversidad geográfica, en parte por el aislamiento de sus diversas regiones y comunidades, pero en parte también por la falta de una dirigencia con un proyecto de país claramente establecido, para ser construido como una unidad nacional.
Esta historia, que abarca el período que va desde la época de la Conquista hasta finales del siglo XX, es un buen aporte para quien se interese en tener una visión lo suficientemente amplia de nuestro país en el aspecto político, económico y social, y aunque no se detiene ampliamente en cada una de estas aristas, sí abre la puerta para que quien desee profundizar posteriormente en aspectos específicos lo pueda hacer con los suficientes elementos de información. El libro aporta igualmente datos sobre una abundante bibliografía agrupada temáticamente, lo que facilita el camino para cualquier investigador a fondo sobre lo que ha sido nuestro pasado.
Uno de esos aspectos específicos sobre el que, por lo visto, la mayoría de los colombianos tal vez no tengamos la suficiente conciencia, tiene que ver — sorprendentemente — con la intención de algunos de los dirigentes de la nación en el siglo XIX de entregar el país, bien fuera bajo la figura de un protectorado a Inglaterra o a través de la simple y llana anexión a los Estados Unidos. Un aspecto — por lo demás, vergonzoso y humillante — de nuestro pasado sobre el que casi no se habla en los libros de historia conocidos y alrededor del cual, definitivamente, no hay referencia alguna en los manuales de la historia oficial que se nos enseñaba en las escuelas y colegios, al menos no en los de mi época.
Es así como, y de acuerdo con los autores de este libro, el presidente Mariano Ospina Pérez, uno de los más connotados representantes de las élites del poder y fundador del Partido Conservador, quien asumió la presidencia a partir del año 1857 “… era particularmente partidario de una posible protección británica: durante la guerra civil de 1840 – 1842 había defendido la idea de convertir a la Nueva Granada en un protectorado británico”. Más adelante, surgiría una idea similar, esta vez con respecto a los Estados Unidos, país que para ese momento ya se perfilaba como la Gran Potencia que amenazaba con engullirse a toda América Latina. Para ese entonces y ante la imposibilidad de Colombia de hacerle frente a las ambiciones del país del norte sobre Panamá, surgió en muchos dirigentes la peregrina idea de dejar que esa nación se anexionara, no solamente a Panamá, sino a todo Colombia. Para mayor humillación, dicen los autores, “… cuando el gobierno de Ospina propuso secretamente la anexión al gobierno de los Estados Unidos, éste desdeñó la oferta” (Pág. 420).
¿Cómo se explica esa situación? Creo que en gran parte – y es lo que se desprende del libro aquí comentado y muchos otros existentes sobre nuestra historia — esta incapacidad de la clase dirigente de Colombia (inicialmente Nueva Granada) se debió a una evidente falta de preparación y madurez para asumir el manejo del país una vez terminada la Guerra de Independencia, con cuyo desenlace los criollos se encontraron que habían matado al tigre, pero no sabían qué iban a hacer con el cuero. En efecto, sucedió que, transcurrido el período de la guerra, los neogranadinos (igual que los demás países bolivarianos (Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia) se encontraron con una nación en las manos sin la claridad necesaria acerca de cómo debería ser su manejo. Ya había sucedido antes, con el primer intento de separación de España mediante el Grito de Independencia de 1810, al que siguió un interregno muy apropiadamente llamado La Patria Boba: un remedo de país incapaz de encontrar el camino para definir una forma de gobierno mínimamente razonable. Y volvió a repetirse después de terminada la guerra, cuando quedó claro que los dirigentes de entonces carecían de las condiciones necesarias no solo para hacerle frente al desafío de construir un país con una sociedad integrada y una forma de gobierno estable, sino también incapaces de darle un manejo digno e inteligente a sus relaciones internacionales, especialmente con Inglaterra y los Estados Unidos.
A manera de reflexión:
Un libro como el de “Colombia, país fragmentado, sociedad dividida”, es un aporte de importancia fundamental para comprender muchos de los problemas que hoy, luego de 200 años de independencia, siguen formando parte de nuestro diario acontecer, entre ellos, el de la histórica dependencia económica y el de la tradicional sumisión a la política de los Estados Unidos. No obstante, estos males endémicos no tienen por qué desanimarnos y no tienen tampoco por qué hacernos creer que somos incapaces de emprender como nación una transformación que nos permita mirar al mundo con los ojos de un país que sabe para dónde va.
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Por Rubén Darío González Zapata Nacido en la vereda La Lindaja Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)