Una investigación interinstitucional abre la puerta al aprovechamiento de la biomasa cafetera y el carbón de la Cuenca de La Sinifaná para producir hidrógeno con bajas emisiones.
En el Suroeste antioqueño, entre montañas cafeteras y minas históricas, se gesta una oportunidad energética que podría posicionar a la región en el mapa de la transición hacia fuentes sostenibles: la producción de hidrógeno azul a partir del carbón y los residuos del cultivo de café. El proyecto se enmarca en el estudio Prospectivas de la producción y uso del hidrógeno en Antioquia: una mirada integral.
“Tanto el carbón como los residuos del cultivo del café poseen una estructura carbonosa que, mediante reacciones con el vapor de agua, el oxígeno y otros agentes gasificantes como el mismo CO₂, facilitan su conversión mediante pirólisis o gasificación. Estos procesos generan gas de síntesis o syngas, rico en hidrógeno. Para que el hidrógeno resultante se clasifique como azul, es necesario capturar el CO₂ mediante aminas u otras técnicas especiales de captura, evitando así la emisión de gases de efecto invernadero y otros compuestos nocivos”, explicó el profesor Farid Chejne Janna, físico, ingeniero mecánico y doctor en Ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid. Su labor como profesor titular en el Departamento de Procesos y Energía de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, ha sido fundamental para impulsar estudios sobre fuentes de energía renovables y el aprovechamiento de recursos naturales para la generación de energía limpia en Colombia.
Chejne, profesor titular del Departamento de Procesos y Energía de la Facultad de Minas, ha sido una de las voces más destacadas en el país en temas de energías alternativas. En esta ocasión, su liderazgo se da en conjunto con el grupo de investigación en Termodinámica Aplicada y Energías Alternativas -TAYEA, la Universidad de Antioquia (a través del grupo GASURE y el profesor Andrés Amell Arrieta), la Institución Universitaria Pascual Bravo, la Universidad de La Guajira, y el respaldo del Ministerio de Educación Nacional, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, e Icetex.
¿Por qué el Suroeste?
Antioquia produce anualmente unas 4.000.000 de toneladas de biomasa, según datos de la Gobernación. De este volumen, una porción importante proviene de los residuos del cultivo del café, especialmente en el Suroeste, donde se concentran cerca del 70 % de las hectáreas cultivadas del grano en el departamento.
Este material tiene un valor energético importante. Según la investigación, esas 4 millones de toneladas podrían transformarse en aproximadamente 170.000 toneladas de hidrógeno al año.
Por su parte, la cuenca carbonífera del Sinifaná -una zona histórica de explotación minera que abarca municipios como Titiribí, Venecia y Amagá– cuenta con unas 1.900.000 toneladas de carbón disponibles, que podrían traducirse en 76.000 toneladas de hidrógeno anuales.
“Tenemos un potencial significativo para la producción de hidrógeno, especialmente en la cuenca carbonífera del Sinifaná, que alberga gran parte de la producción cafetera del departamento. Esto posiciona a Antioquia como un posible centro de producción de hidrógeno para aplicaciones como el transporte pesado y la generación de electricidad”, explicó Andrés Gómez, estudiante de Ingeniería Biológica y miembro del grupo TAYEA.
¿Por qué es importante el hidrógeno azul?
Aunque aún tiene costos elevados, el hidrógeno azul es una opción viable para descarbonizar sectores clave de la economía, como el transporte pesado, la industria y la generación eléctrica. En comparación con el hidrógeno gris (que se produce a partir de combustibles fósiles sin captura de emisiones), el azul representa una alternativa con menor huella ambiental. Además, la captura del CO₂ puede generar productos valiosos como fertilizantes, urea y metanol, lo que abre nuevas posibilidades económicas para las regiones productoras. “El carbón puede ser útil, pero debe emplearse de manera responsable, mitigar sus emisiones y evaluar los costos asociados con la limpieza de los efluentes para garantizar su uso adecuado”, subrayó el profesor Chejne.
Además de su valor investigativo, este estudio sugiere escenarios potenciales para el desarrollo territorial en el Suroeste antioqueño. Municipios como Amagá, Venecia y Titiribí se identifican como zonas con disponibilidad de recursos como carbón y biomasa de café, lo que podría facilitar la evaluación de alternativas para la producción de hidrógeno con bajas emisiones. La implementación de este tipo de tecnologías requeriría, sin embargo, condiciones adecuadas en términos de infraestructura, formación técnica, diseño de políticas públicas y acompañamiento institucional. La producción de hidrógeno en la región dependerá de la articulación entre capacidades locales, decisiones estratégicas e inversión sostenida en ciencia y tecnología.
Alineación con la Hoja de Ruta del Hidrógeno
Colombia cuenta con una Hoja de Ruta del Hidrógeno, construida por los Ministerios de Ambiente y Minas y Energía, como parte de su estrategia de transición energética. Esta investigación aporta evidencia científica clave para consolidar políticas nacionales, pero también para pensar estrategias a escala regional, basadas en recursos y capacidades locales.