En nuestro editorial de mayo pedimos ¡Ni una menos! y recordamos a Blanca Luz, Liliana Patricia, María Bernarda y a Olga Luz, porque sus sueños quedaron truncados, sus libertades no fueron respetadas, sus cuerpos fueron agredidos y sus voces fueron acalladas.
Ellas eran del Suroeste, fueron víctimas de feminicidio -asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres- una de las formas de violencia que en lo que va corrido del año ha cobrado más de 200 vidas en el país. En la región, los 4 municipios que son escenarios predominantes de estos asesinatos son: Fredonia, Santa Bárbara, Urrao y Salgar, según datos de la Corporación Vamos Mujer.
Esta organización feminista de Medellín trabaja desde hace 38 años por la defensa de sus derechos humanos, entre ellos, el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias. Su labor no solo se ha quedado en la ciudad, sino, que ha extendido sus brazos hacia regiones como el Nordeste, Oriente y Suroeste del departamento.
Las violencias contra las mujeres son diversas y muchas de ellas incluso han sido normalizadas, legitimadas por la sociedad, aludiendo a la cultura, la religión, y a las tradiciones, desde una perspectiva patriarcal.
En el informe XIV, una investigación que realizan en conjunto con la corporación Mujeres Que Crean, sobre el panorama de las violencias contra ellas en esta región, encontraron que:
*Para el año 2015 hubo 24 asesinatos de mujeres y en 2016 fueron 15. Siendo en 2015 Salgar el municipio con más casos, es decir 4, y en 2016 fue La Pintada con la misma cantidad (4). |
*En materia de violencia sexual para el año 2015 se presentaron un total de 200 delitos, de los cuales el 12% tiene a hombres como víctimas (24) y el 88% tiene mujeres como víctimas. En el 2016 se presentaron un total de 74 delitos sexuales, de los cuales 11 correspondieron a hombres (15%) y 63 a mujeres (85%). Para presuntos delitos sexuales los principales agresores son hombres conocidos y familiares. En 2015 en primer lugar fueron personas conocidas con un 44%, y en 2016 son los familiares los principales victimarios con un 33%, siendo los padres los mayores agresores. |
*Con relación a la violencia intrafamiliar las más afectadas son las mujeres. En 2015 se produjeron 460 casos con el 82% con mujeres como víctimas y en 2016 se produjeron 115 con el 76.1% de los casos con mujeres como víctimas. La violencia de pareja y expareja es la que más se presenta y el agresor más predominante es el compañero permanente. |
Con la meta de que integrantes de algunos grupos del Suroeste se apropiaran de lo que dice y significa la ley 1257 de 2008, que busca: prevenir y sancionar violencias y discriminaciones contra las mujeres, la corporación implementó desde el 2015 un proceso de formación jurídica “durante este tiempo se logra la implementación de dos rutas de atención en Urrao y Santa Bárbara, a través de acuerdos municipales, todo ello gracias a un proceso de incidencia, promoción y articulación con las autoridades locales. Ya en el seguimiento a la ruta, las mujeres se dieron cuenta de que a pesar de que esta existía, así como la ley, no era suficiente, en tanto un gran número de funcionarias y funcionarios de dichas instituciones, no conocen ni están sensibilizadas (os) con la realidad de las violencias que las mujeres viven. Esta realidad nos llevó a pensar en una estrategia”, afirma Erika Cardona Zapata, trabajadora social.
Y fue así como nació Ali-hadas, un grupo de 22 mujeres que “vienen reflexionando sobre el ser y el hacer por sí mismas que dé paso al acompañamiento a otras”, ellas tejen un puente entre las mujeres que requieren atención y garantía de sus derechos y las instancias estatales que intervienen en la operación de la ruta de atención, Emilse Cardona, habitante de Santa Bárbara explica en qué consiste este rol: “somos mujeres sensibles, con capacidades instaladas, damos a conocer las rutas de atención integral a la que tienen derecho y las encaminamos con la finalidad de que haya justicia, reparación y puedan vivir en paz”.
En la formación de estas Ali-hadas intervienen profesionales de diversas áreas del saber que están convencidas de que sí se pueden eliminar las violencias contra las mujeres, y que desde las regiones se pueden ir conquistando muchos espacios para lograrlo, la sicóloga Rosalba Osorno Ospina, la otra coordinadora de este proceso, cuenta que: “las temáticas abordadas durante la formación involucran asuntos de historias de vida teniendo en cuenta el Yo, los otros y el ámbito cultural, social, político y económico. Se tramitaron sentimientos como el miedo, la rabia y la frustración. Se trataron las violencias y se hace acompañamiento psicológico individual y grupal. Se llevan a cabo sesiones de entrenamiento grupal; y en el territorio se trabajaron los estereotipos, el género, la paz y los derechos, todo mediante una metodología propia de Vamos Mujer”.
Aunque por ahora, las Ali-hadas solo están en Urrao, Venecia, Jardín (Cristianía) y Santa Bárbara, la corporación tiene proyectado extender sus alas hacia otros municipios, y ojalá a todas las subregiones de Antioquia, puesto que: “las cifras muestran que las violencias hacia las mujeres aumentan en sevicia y crueldad, pareciera que lo único que cambia son los mecanismos de tortura utilizados para aleccionarlas o incluso castigarlas por aquello que los hombres consideran una afrenta y que comprenden todas las decisiones que las mujeres toman sobre sus propias vidas y sus cuerpos”.
¿Y sí ha servido la Ley 1257 del 2008?
Precisamente sobre la aplicación de esta ley en los municipios del Suroeste, Vamos Mujer ha encontrado que: “aunque se tramitan las denuncias, los procedimientos para darle solución a la problemática responden más a inmediateces funcionales y no representan lo mejor para solventar el problema de las mujeres, por ejemplo, la conciliación sigue siendo la estrategia a la que más se acude sabiendo que vulnera el derecho de las mujeres, establecido por la ley 1257, a no ser confrontadas con su agresor; otro de los hallazgos es que no son registrados todos los tipos de violencia, es decir, si en las denuncias las mujeres dan cuenta de los episodios de violencia se registran aquellos hechos más escabrosos y no temas de violencia psicológica; también los procesos investigativos se dilatan por diversas razones, lo que pone en riesgo la vida de las mujeres y ha dado pie a casos de desplazamiento de las víctimas y a feminicidios”.
La corporación invita a que se reconozcan estas violencias como un asunto de salud pública, que compete a todos y todas, y que debe ser una prioridad en la agenda de todas las administraciones municipales.
Si usted es víctima de violencia sexual, física y/o psicológica puede acudir a:
- Fiscalía: Recibe la denuncia y adelanta la investigación penal por el delito de violencia. Impone sanción al agresor.
- Comisaría de Familia: Recibe la denuncia y adelanta acción de protección para la víctima. Protege a menores de edad. Dicta medidas de protección y brinda acompañamiento psicosocial. Define custodias y visitas, así como cuotas alimentarias.
- Estación de Policía, Inspección de Policía y SIJIN: reciben la denuncia y remiten a la Fiscalía. Brindan acompañamiento y medidas asistenciales.
- Centro de Salud IPS-ESE Hospital: Brinda atención física, psicológica, integral y gratuita, además debe dar continuidad al tratamiento médico en caso de ser necesario. Hace examen médico legal. Reporta el caso a Comisarías de Familia, al ICBF o a la Fiscalía y remite a la autoridad competente. Da la incapacidad legal dependiendo de la gravedad de las lesiones.