Asegura Danny Alejandro Quiceno, integrante del movimiento juvenil que desde el 2012 se resiste a la minería a través de movilizaciones, campañas en redes sociales y expresiones artísticas que aluden a la defensa del territorio y sus páramos, argumentos que pasaron de las calles al debate el pasado 19 de agosto cuando el Concejo Municipal prohibió la minería metálica con el Proyecto de Acuerdo 009 del año 2017: ‘por el cual se dictan medidas para la defensa del patrimonio ecológico y cultural del municipio de Urrao, Antioquia’.
Quiceno asevera que tanto en la zona urbana como en la rural hay presencia de maquinarias, dragas, que ya están generando daños, sobre todo en la jurisdicción del corregimiento Mandé, en una zona denominada Cristalinas también en límites con el Chocó, en la vereda Pavón y Bocas del Murrí, entre otros.
“En el municipio se ha realizado minería artesanal desde hace mucho tiempo, por pequeños grupos, principalmente indígenas y afrodescendientes que a través del barequeo obtienen oro en los yacimientos de aluvión que están presentes en los ríos del territorio. Esta actividad está tomando cada vez más fuerza por el auge minero del país y del departamento y por el interés de grandes empresas mineras en realizar exploración en el municipio. Además ya se han registrado casos de minería ilegal que usa maquinaria pesada para obtener los metales en los lechos de los ríos”. La defensa del territorio,entre la conservación y el desarrollo. Estudio de caso: Movimiento ‘No a la minería en Urrao’. Por Karen Lucía Herrera.
El Proyecto de Acuerdo solo tuvo un voto a favor de la actividad minera por parte de uno de los 13 concejales, se trata de Javier Urrego, quien argumentó que las comunidades afro que actualmente se dedican a extraer oro en el corregimiento citado -ubicado a tres días a lomo de mula del casco urbano- se verán muy afectadas: “de todas maneras ellos dijeron que van a seguir lavando su oro porque no tienen de qué más vivir para sostener a sus familias. Las multinacionales son apoyadas por el Gobierno, la minería es un tema muy delicado, y no estoy de acuerdo en que a las personas se les quite ese derecho al trabajo”.
El alcalde Herbert Henry Holguín Díaz alabó la decisión: “esto conlleva a que Urrao pueda conservar su parte ecológica, sus paisajes, la riqueza agrícola de nuestro pueblo que es en sínuestra razón natural. Estamos muy contentos porque el Concejo se puso en contacto con la Administración y de una manera articulada decidimos darle total apoyo a este Proyecto de Acuerdo que esperamos sancionar para llevarlo a revisión a la Gobernación. Habrá algunas personas que son las que ejercen las actividades ilegales que no están de acuerdo, pero en un alto porcentaje, diría yo el 95% de la población quería que esto fuera realidad”. (Urrao tiene 50 mil habitantes aproximadamente).
“Muchísimas veces he escuchado frases como ¡la minería es un beneficio inmenso en los municipios! Y sí, puede serlo los primeros años que nos inundan de infinidad de cosas buenas como turismo, economía y comercio, pero con una visión a largo plazo y pensando un poquitico más en el bienestar general, nuestra mayor riqueza que es la naturaleza estaría totalmente estropeada. Apoyo totalmente las decisiones del ‘No a la minería’ en los municipios vecinos”, dice la estudiante Estefanía Vanegas, y su amiga María José Cano integrante de la Plataforma Juvenil de Jericó, también comparte su opinión: “me enorgullece saber que este municipio esté tomando el ejemplo del mío y de Támesis, saber qué les conviene. Que desde Urrao los jóvenes estén interviniendo en estas decisiones me parece muy importante, están defendiendo todos los aspectos de la vida”.
En la llamada Atenas del Suroeste, Jericó, el alcalde Jorge Pérez sancionó el acuerdo el 24 de junio en un acto público celebrado en el Teatro Santamaría. Támesis tuvo la delantera, allí el 16 de junio el mandatario Iván Alexander Zuluaga sancionó el acuerdo que prohíbe la minería de socavón, a cielo abierto o de barequeo de todo metal. El Alcalde de Támesis celebra que Urrao sea el tercer municipio de la región que toma esta determinación:
“Somos totalmente solidarios y apoyamos la decisión que toma la comunidad. Consideramos que sigue siendo muy importante que las autonomías territoriales decidan las vocaciones y cuál es la mejor manera para proteger la calidad de vida de sus habitantes. Felicitamos al Concejo y apoyamos al alcalde para que sancione el acuerdo sin ningún tipo de impedimento”.
Agrega que en Valparaíso por ejemplo ya están hablando sobre el tema y han solicitado copia de los acuerdos para evaluar la situación “incluso municipios de otras regiones han pedido asesoría”.
Al respecto, Fernando Jaramillo, coordinador de la Mesa Ambiental de Jericó señala que Salgar y Concordia preparan una consulta popular para prohibir la minería: “es la ratificación del sentir de muchos habitantes en oposición a la destrucción de una vocación y un patrimonio construidos por generaciones”.
Otros municipios que también estarían considerando las opciones son Ciudad Bolívar, Andes y Tarso. En entrevista dada a este medio, el abogado Rodrigo Negrete, exasesor jurídico del Ministerio de Ambiente, y quien fue uno de los autores de la demanda que produjo la Sentencia C-398 de 2016 que determina la participación de los pueblos, tener voz y voto en lo que respecta a los títulos mineros en sus territorios; dijo que: “esto es una bola de nieve que va a seguir creciendo porque no solamente son las consultas populares, hay otros mecanismos a los cuales se pueden acudir para ir consolidando la democracia. De hecho ya estuvimos en Fredonia hablando con los concejales, mostrándoles este proceso, hay municipios mineros y reconocemos esta situación, pero el tema es qué minería se puede hacer y cómo”.
¿Y qué ha pasado con los acuerdos de Támesis y Jericó?
Según el alcalde de Támesis, Iván Alexander Zuluaga, tanto el de su municipio como el del vecino “están siendo revisados por el Tribunal luego de que la Gobernación les hizo control jurídico. Hemos avanzado en el proceso ordinario de acuerdo con los tiempos que nos corresponda para responder y hacer las defensas pertinentes. Somos respetuosos de las decisiones que en derecho se tomen, las acataremos, pero obviamente seguiremos el camino de la defensa del territorio hasta que podamos llegar a hacer actualización de los esquemas de ordenamiento territorial donde se definan con muchos más argumentos zonas de exclusión minera y que ese instrumento de planeación en los municipios sea el que defina jurídica, legal y constitucionalmente las verdaderas vocaciones y usos del suelo”.
Hace seis años la circulación de unos mapas con la totalidad de títulos mineros que estaban solicitando varias empresas en el municipio, encendió las alarmas de unos jóvenes preocupados por defender la tierra que los vio nacer, y entonces en Facebook surgió el grupo ¡No a la Minería en Urrao!
“El 29 de septiembre de 2012 se realizó la primera marcha en contra de la minería, esta actividad contó con el acompañamiento de la Policía debido a que había algunas amenazas en contra de los miembros del grupo”. La defensa del territorio, entre la conservación y el desarrollo. Estudio de caso: Movimiento ‘No a la minería en Urrao’. Por Karen Lucía Herrera.
Desde ese entonces, los jóvenes no han parado de ejecutar acciones para sensibilizar a los habitantes sobre la importancia de defender la identidad, la cultura y la biodiversidad: “este movimiento busca que nos apropiemos de lo nuestro. Hemos hecho tres marchas en las que la asistencia ha sido masiva”, dice Danny Alejandro Quiceno.
“Aquí hay unos jóvenes muy inquietos por el medioambiente. En el 2015 se sacó un acuerdo que era basado en el llamado ‘decreto navideño’. Ese acuerdo fue demandado por la jurídica del departamento y el Tribunal lo declaró inválido, pero el grupo siguió trabajando activamente por la defensa del patrimonio ecológico, y ante los últimos pronunciamientos de la Corte y con el ejemplo de Támesis y Jericó latentes, continuaron luchando”, cuenta el concejal Ricardo Mauricio Cossio, quien apoya la idea de que todo el departamento de Antioquia se una a la prohibición: “ha existido mucha presión por parte de la Secretaría de Minas y por parte del Gobierno central, pero estas presiones no son válidas. Ojalá que todos los municipios se den cuenta que vale más los recursos naturales y un ambiente sano, que cualquier regalía o cualquier impuesto que pueda pagar la minería”.
No obstante, reconoce que a la población de Mandé hay que prestarle atención: “es verdad que estas comunidades se han visto abandonadas por el Estado, el compromiso es empezar a gestionar más recursos y que así no tengan que sobrevivir con actividades ilegales”.
¿Y qué pasa en Mandé?
Desde el 2016, aproximadamente 500 familias de Mandé disfrutan del servicio de la energía eléctrica, antes se las arreglaban como pudieran, como ahora ante la falta de vías que los acerquen a la zona urbana y a otras posibilidades laborales diferentes al rebusque de oro en el agua y en las tierras de Urrao, pues tal como lo manifestó la delegación afro que asistió al segundo debate del Proyecto de Acuerdo 009, las familias estarían dispuestas a dejar la ilegalidad siempre y cuando les brinden las garantías necesarias para llevar una vida digna.
El concejal Javier Urrego se muestra escéptico ante dichas garantías:
“Ellos dieron unas razones en las que expresaron que se sentían perseguidos por parte de nosotros. Es muy difícil que el municipio les colabore con trabajo, el municipio no tiene en qué emplear a tanta gente. La minería nunca se va acabar aquí”.
La historia del corregimiento que limita al Norte con el río Murrí, al Oriente con el río Mandé y al sur con los sectores Vásquez y Barrancón, también lleva impresa la huella del conflicto armado, de enfrentamientos entre grupos armados al margen de la ley, desplazamientos forzados y hechos relacionados con minas antipersona.
En su mayoría, las veredas de esta zona son habitadas por comunidades afro e indígenas, siendo las primeras más vulnerables a las promesas de las empresas mineras, según explica el joven Danny Alejandro Quiceno: “aquí están haciendo exploraciones una -empresa- que se llama Chocó Colombia S.A.S. y uno de los títulos se llama Mandé Norte de una empresa que se llama DOWEA S.A.S., y de manera arbitraria cuando llegaron a la zona le cerraron servidumbres a los habitantes, ponían a la gente a dar unas vueltas muy largas, les decían que donde ellos estaban no se podía ingresar. Como no han podido legalizar los títulos, tienen a la comunidad afro trabajando en minería ilegal, aunque en Urrao son muchas las personas que lo están haciendo. Es muy lamentable esta situación porque las personas que son dueñas de las máquinas solo se están aprovechando de estas personas. Los concejales se comprometieron a revisar muy bien el tema del presupuesto y tengo entendido que invertirán unos recursos para el estudio de las vías que necesitan”.
El concejal Cossio aseguró que quedaron “comprometidos con la gestión para apoyarlos como una comunidad vulnerable”.
Para el alcalde Herbert Henry Holguín Díaz, es preciso aclarar que “Urrao no había sido un municipio minero, hace por ahí unos seis o siete años empieza a ingresar minería ilegal. Ya teníamos los barequeros, los mineros artesanales, que esos de todas formas están cobijados por el Código Minero y podrán seguir haciéndolo sin que perjudiquen el ambiente. Pero estas personas que se habían dedicado estos últimos años a la actividad ilegal deben regresar a las mismas actividades que hacían antes”.
Y reitera el compromiso de su administración para acortar las distancias y posibilitar así que las familias afro e indígenas le sigan apostando a la vocación agrícola: “muchas veredas están ubicadas a dos o tres días de camino a lomo de mula, y es en las partes más alejadas donde se está haciendo la extracción ilegal, entonces nosotros hemos acatado su solicitud para arreglar la vía que fue abierta como un camino, para que sea transitable y las personas puedan sacar sus productos. El Concejo está de acuerdo en que esta obra se haga con dineros de regalías”.
El Alcalde también pone de manifiesto el aprovechamiento de las tierras urraeñas para cultivar alimentos:
“Esta zona es templada, donde el cacao, el arroz, el plátano pueden ser alternativas que generen más bienestar, entonces estamos decididos a apoyarlos para que dejemos este territorio libre de explotación minera”.
La defensa de los páramos
La tierra del Cacique Toné conformada por 2.256 kilómetros de extensiónes bendecida por su ubicación geográfica, tiene diversas fuentes hídricas, suelos aptos para el cultivo de diferentes productos agrícolas, entre los que este año se destaca el aguacate con aproximadamente 3 mil hectáreas; también es cobijada por un amplio complejo de páramos que además de riqueza en fauna y flora, retienen humedad por lo que son llamados fábricas de agua: “asimilan gran parte del CO2 atmosférico, y son agente regulador de la vida y del equilibrio de la naturaleza”, según datos de Corantioquia.
Aunque en el artículo 173 de la Ley 1753 de 2015 se determina que “en los ecosistemas de páramos no se podrán adelantar actividades agropecuarias, ni de exploración o explotación de hidrocarburos y minerales, ni construcción de refinerías de hidrocarburos”, lo cierto es que en Urrao no se quieren arriesgar y prefieren blindarse con un acuerdo municipal ante cualquier posible amenaza.
Vale la pena destacar que en el informe Análisis de los Títulos Mineros y las Reservas Ambientales en el departamento de Antioquia realizado en el 2016 (Universidad Militar Nueva Granada), la geóloga Angélica Castaño López expone que en la región “se presenta una superposición de títulos mineros con las restricciones ambientales que están vigentes en el Código de Minas, especialmente visible en el Páramo Frontino-Urrao (El Sol, Las Alegrías)”, y agrega que dicho páramo “tiene el porcentaje más alto de títulos mineros equivalente a: 4.85%”.
También en el 2016, para dar cumplimiento a la orden de la Corte Constitucional, el Gobierno Nacional presentó la delimitación de ocho páramos entre los que estaba el de ‘Frontino-Urrao’, que tiene un área de 15.396 hectáreas y fue delimitado por Corpourabá, Codechocó y Corantioquia. Es el pico más alto de Antioquia con 4.080 metros sobre el nivel del mar.
El pasado primero de septiembre en el marco del encuentro “Un Café con el Gobernador”, la Administración Municipal y la Gobernación de Antioquia acordaron adelantar la labor que permita que el Páramo Frontino-Urrao, se convierta en una zona de reserva natural.
Colombia posee el 60 por ciento de páramos en el mundo, convirtiéndose en el país con la mayor superficie de estos ecosistemas.
*La regulación hídrica es el valor más notable de los páramos, a pesar de que los páramos en extensión son el 1,3% del territorio colombiano, aportan el 85% de las fuentes de agua potable. Se puede decir que cada metro cuadrado de páramo “produce” 1 litro de agua por día. |
*El frailejón, planta típica de estos ecosistemas crece entre 1 a 2,5 cm al año. |
*Muchas plantas del páramo pueden absorber o retener hasta 40 veces su peso en agua. |
*Seis de cada diez especies de plantas propias de los páramos no crecen en ningún otro ecosistema. |
*La temperatura promedio de estos páramos es de 8ºC a 10°C. |
Fuente: ‘Páramos, islas en las altas montañas’. Helena Cortés / Juan Lázaro Toro. Corantioquia (2011).
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