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Este es nuestro deseo para los habitantes del Suroeste antioqueño, y para que este tampoco se pierda en ese saco roto hay que ejercitar una actitud empática.

Según la Real Academia Española, la empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Hacemos énfasis en esta actitud, en compartirla con ustedes desde este medio, desde los primeros días del año, porque confiamos en la disciplina del buen acto y en el amor que se despliega con él, esa fuerza vital que une a hombres y mujeres en la esperanza de un mejor porvenir.

Que este año mejore la calidad de vida de todos los habitantes de esta bella región ¡Nos identificamos con sus deseos de bienestar!

Desde el Periódico EL SUROESTE trabajamos para ser una herramienta particularmente útil a los ciudadanos de esta región. Mucho de lo que hacemos; contar la región, transmitir la información, relatar los hechos de manera imparcial, ser un medio que propicie el encuentro de todas las opiniones (frente a temas de gran importancia para el acontecer de la calidad de vida en nuestros municipios); podemos apreciarlo como aquello que de ordinario esperamos de un buen medio periodístico, pero esa función tan importante que tienen los medios de comunicación en la construcción y mantenimiento de las sociedades democráticas, descansa sobre ciertas condiciones elementales en cada ser humano. La actitud empática es una ellas.

Para bien o para mal nadie ha llegado solo a ningún lado, necesitamos de los otros, sobre todo de los de más acá: la familia, pero también de los de más allá: de los vecinos, de los conciudadanos. Está en nuestros genes ayudarnos a subsistir.

Si lo analizamos detenidamente con cada persona que nos encontramos en la vida tenemos algo que nos identifica, algo en común. Esto se potencia con quienes vivimos de manera más cercana lo cotidiano.

Sin embargo, no siempre la cercanía es sinónimo de comunión y bienestar con los otros. La historia de Colombia es una muestra de ello, millones de colombianos han muerto, han desaparecido y lo siguen haciendo, por voluntad de sus compatriotas.

La invitación es a recordar, a mantener la memoria, para no repetir historias de dolor. El mensaje que entre todos podemos propagar es el de humanizar la relación con el otro. Cada día estamos invitados a compartir las buenas energías y los buenos deseos, a ser humildes y responsables.

En este nuevo año, en esta nueva oportunidad que la vida nos brinda en común, la consigna más sencilla y elemental, pero no por ello la más fácil de aplicar, es la de ponernos en el lugar del otro, ser considerados con los sentimientos y posibilidades del otro, con el sufrimiento del otro.

Si es que de verdad aspiramos al cumplimiento de nuestros deseos, mantener y fomentar una actitud empática es la parte más trabajosa. Si nuestros deseos son altos, grandiosos, bellos de verdad, suponen también un esfuerzo de verdad.

La actitud empática es un elemento infaltable en la receta para cumplir los buenos deseos. Es un elemento necesario para empezar a fisurar una cultura que no debería identificarnos; la de dejar atrás mentalidades egoístas in extremis, como la del triunfador por encima de todas las cosas y de los otros, la del que aprovecha la papaya, sin importar a quién esta dejando sin nada en la mesa, la que aplaude al supuesto vivo que vive del …, la que justifica que cualquier fin justifique cualquier medio.

Nosotros como medio comunitario regional trabajamos a diario, esperando que el empeño y la constancia entregada sea un producto que contribuya de manera gradual, sostenida y progresiva a ese cambio cultural. Ciudadanos más conscientes de su entorno y de las necesidades que comparten con los otros, más humanos, más comprometidos con la transformación positiva de sus condiciones básicas vitales y las de sus semejantes. Vivir en democracia es vivir en paz, y la paz es una aspiración que germina en las condiciones de vida digna de cada conciudadano.

El deseo de mi bienestar personal y familiar necesariamente está articulado con los deseos de bienestar personal y familiar de cada conciudadano, esto que parece una verdad de perogrullo, no es la realidad. El bienestar social es a su vez la base y reflejo del bienestar individual.

El desafío es grande, pero la esperanza también; tenemos las herramientas para transformarnos positivamente ¡Compartimos este deseo con ustedes!

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