Historia de una herencia – El San Gregorio que forjaron nuestros abuelos

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Entrega 35

Por Rubén Darío González Zapata
Nacido en la vereda La Lindaja
Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)
Ciudad Bolívar

Las necesidades religiosas y la iglesia

Primera capilla de San Gregorio. (Foto Facebook, Historia de San Gregorio – Alfonso López)

Cualquier consideración que se haga sobre la naturaleza de la vida espiritual de las gentes de San Gregorio, debe partir del hecho de que éstas, especialmente para estos años en los que empieza a conformarse la incipiente comunidad, son personas que han nacido, están creciendo o han crecido ya, dentro de una cosmovisión profundamente marcada por los principios y mandamientos cristianos de la Iglesia Católica. Dentro de esta perspectiva, no es exagerado decir que un habitante de nuestro corregimiento, de hecho, es católico (o católica) por nacimiento y todo el entorno del que se está rodeado es un recordatorio y refuerzo constante de esta condición. Por consiguiente, las costumbres, la educación, las relaciones familiares y sociales, así como muchas de las relaciones con el Estado mismo, son aspectos de la existencia en los que la mano omnipresente de la Iglesia lo impregna todo. Así, por ejemplo, la partida de bautismo es el documento oficial con el cual se identifica a una persona hasta cumplir los 21 años de edad, momento éste en el que será reemplazado por la cédula de ciudadanía y, aun así, después de esa edad, éste seguirá siendo el documento de identificación civil para las mujeres hasta el 1956, año en el que las colombianas mayores de edad adquieren el derecho a obtener cédula de ciudadanía y, por tanto, a votar, siendo presidente Gustavo Rojas Pinilla. De aquí que cosas como la excomunión (ser excluido de la Iglesia Católica) o no ser enterrado en el cementerio bendecido por el sacerdote luego de la muerte de una persona, por decisión de la Iglesia como castigo por delitos que ésta considera especialmente graves, sea algo por lo que se sienta tanto terror. Dentro de un escenario como éste, por consiguiente, la figura del sacerdote es un elemento clave para la estabilidad y el bienestar psicológico de la comunidad y un factor aglutinador de muchísima importancia.

No es de extrañar por tanto que, ya obtenido el reconocimiento jurídico de San Gregorio como corregimiento por parte de la administración municipal, a cuya cabeza en calidad de corregidor quedó puesto el señor José Félix Restrepo — al que le sucedería más adelante su hermano Samuel – los habitantes de San Gregorio sientan también la necesidad de obtener el reconocimiento oficial en el aspecto eclesiástico por parte de la diócesis de Jericó, que es la institución católica de más alta jerarquía de la Iglesia en la región. Es posible igualmente que para comienzos de los años 30 ya el lugar haya estado recibiendo visitas ocasionales de algún sacerdote para la prestación de servicios sacramentales, según lo señala Róguell Sánchez; sin embargo, no hay documentos en los que consten nombres y actividades religiosas específicas de esta naturaleza. Habrá que esperar hasta el año 1942, año en el que se conformaría la primera junta pro capilla, encabezada por los esposos Santiago Gil y Margarita Saldarriaga, con el apoyo de los vecinos que conforman el caserío y el primer proyecto que, bajo el liderazgo de esta junta, se puso en marcha fue precisamente la obra de construcción de la capilla en un terreno donado por la misma familia Gil Saldarriaga,1 obra que, a pesar de los tropiezos iniciales que sufrió en sus inicios, — las primeras paredes de tapia se fueron al suelo — fue llevada a cabo hasta el final con la participación de los vecinos que, mediante la modalidad del convite, aportaron los recursos para los materiales y el pago del constructor.

La iniciativa de la capilla fue – imagino yo — el primer (o uno de los primeros) trabajo de importancia del que se tenga noticia que habrían llevado a cabo los habitantes del ya flamante corregimiento Alfonso López, como proyecto de toda la comunidad. Desafortunadamente, la información que se tiene con respecto a la misma es muy escasa y, aparte de lo relatado por Miguel A. Herrera y las referencias que hace Róguel Sánchez, no se tienen documentos sobre aspectos interesantes, tales como el nombre del autor del diseño arquitectónico de la construcción y el del maestro de obra responsable de su ejecución. Recuerdo mucho ese mueble impresionante al que llamaban púlpito (hoy en completo desuso en todas las iglesias), ¿fue fabricado por un carpintero de San Gregorio?

Iglesia actual. Una edificación moderna que se destaca por su diseño austero, pero con buen gusto estético. Al frente, el busto del padre José de Los Santos Zapata. (Foto Facebook, Historia de San Gregorio-Alfonso López)

Una vez más, la familia Gil jugó un papel determinante en lo que al aspecto religioso hace referencia, por cuanto fue Santiago Gil quien donó el terreno en donde habría de construirse la capilla, construcción ésta que prestó sus servicios religiosos probablemente hasta mediados de la década de los 70, cuando una nueva y moderna construcción (la que se puede observar actualmente) entró a reemplazarla. Son inimaginables las peripecias en las que debieron incurrir los primeros habitantes del corregimiento y sus veredas para dar solución a sus necesidades espirituales en estos tiempos, debido a la lejanía a la que se encontraban los pueblos más cercanos (Bolívar, Salgar y Andes) a donde tendrían que desplazarse para atender casos como la sepultura de quienes morían, recibir los sacramentos más inmediatos como el bautismo, la confesión o asistir a una misa u otros actos cristianos. Casi siempre fue Salgar – seguido de Bolívar — el sitio más cercano para atender estas necesidades, pero, aun así, esto debió ser todo un sacrificio.2 Disponer, por tanto, de un servicio parroquial de manera formal debió ser para los habitantes de San Gregorio una de sus más acuciantes prioridades.

A finales de los años 40 y comienzos de los 50 este era probablemente el aspecto del caserío de San Gregorio, aunque en la foto se haya registrado a mano la fecha del 1930, algo que no concuerda con el relato de Miguel A. Herrera, quien asegura que el loteo de la futura aldea se llevó a cabo durante los primeros años de la década de los 30.

Fue a partir del año de 1947 que el corregimiento contó ya con un sacerdote de planta, el padre José de los Santos Zapata, quien actuó como rector de lo que, por el momento, era una vicaría, hasta que, finalmente y bajo la batuta del padre Pedro Nel Ramírez, la comarca de San Gregorio adquirió la categoría de Parroquia bajo la advocación de San Pío X, el papa que hacía pocos años había sido canonizado por el papa Pío XII. A partir, pues, del padre Zapata, San Gregorio ha contado siempre que los servicios eclesiásticos de un sacerdote.3

Notas:

1 – Sánchez A., Róguell, Historia de mi Pueblo; monografía y reseña histórica, corregimiento Alfonso López – San Gregorio, Ciudad Bolívar – Antioquia, 1935 – 2014. 

2 – Ibidem

3 – La importancia y las características de la acción pastoral de los sacerdotes que han desempeñado su labor a parir del año de 1947 quedaron brevemente esbozadas en el apartado 4, “San Gregorio y el párroco”, del capítulo “Personajes de San Gregorio”, de este mismo escrito.

Fe de erratas:

  1. En el aparte “Esos duros años de la violencia”, incurrí en un error, al cambiar el nombre de Aureliano Sánchez por el de Laureano Sánchez. 2. En la publicación de la reseña del libro “El paraíso de los desterrados”, el nombre de uno de los autores de la obra, el del señor Dionel Benítez, resultó cambiado en algunas partes por el de Daniel Benítez. Ofrezco mis disculpas.

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Por Rubén Darío González Zapata
Nacido en la vereda La Lindaja
Corregimiento Alfonso López (San Gregorio)

 

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