Eran las siete de la noche del 1 de diciembre de 2016 y la niña patinadora se confundía en medio de la marea de niños y niñas que desfilaban sobre la pista de ruta del patinódromo de Guadalajara de Buga.
El bullicio y las risas se confundían con los diversos acentos que provenían de distintos países del continente. Y ahí estaba ella, la niña patinadora de Andes, que con su acento paisa también hacia parte de la algarabía. Más de 400 deportistas participaban a esa hora de la ceremonia de inauguración del campeonato panamericano de patinaje de velocidad.
Emelith Rodríguez Flórez, la niña patinadora de Andes, fue la única representante del Suroeste antioqueño en este campeonato internacional en la categoría de siete años. A las justas llegaron niñas de Guatemala, Perú, Costa Rica y Venezuela y por supuesto de Colombia; el Panamericano de Buga fue el torneo más importante en la categoría menores realizado en el 2016, y según conocedores del tema, uno de los más relevantes en los últimos años.
Emelith nació el 22 de agosto de 2008 en Medellín pero vive en Andes hace cinco años. El próximo año cursará 3ro de primaria. Además de patinar, está en clases de natación, disfruta jugar con sus amigas, ver tv y acariciar a su gato pelusa. “Le encanta el mar y si pudiera iría a San Andrés todos los fines de semana”, confiesa su padre.
Se sueña, se entrena y se logra
Pero para llegar a Guadalajara de Buga, Emelith, sus padres y su entrenador tuvieron que recorrer mucho más que 353 kilómetros, la distancia que separa a Andes de la ciudad del milagroso. En realidad fueron ocho meses de arduo entrenamiento y aprendizaje. Durante el segundo semestre del año las competencias se incrementaron y los resultados obtenidos en dos copas Antioquia y un campeonato nacional ilusionaban sobre todo al profesor Jhon Jairo Salgado, expatinador y quien alguna vez vistiera los colores de la selección Colombia y la persona encargada de entrenar a los niños y niñas del Club Sin Fronteras de Andes, al que pertenece Emelith.
4 de 5
Finalizada la ceremonia de inauguración era tiempo de arrancar las competencias. La mañana del viernes 2 de diciembre Emelith iniciaba su participación en las dos primeras pruebas, velocidad por carriles y prueba en línea 600 metros; las expectativas eran muchas sobre todo en velocidad por carriles donde la rapidez en la salida presagiaban un buen tiempo, y así fue, en elprimer intento los cronómetros se detuvieron mucho antes de los 5 segundos, sin embargo y por disposición de los jueces la prueba se repitió hasta en tres ocasiones y a la tercera fueron las piernas de Emelith las que no respondieron, el tiempo no fue el mejor y la posibilidad de la primera medalla se esfumaba.
Pero el carácter de esta niña de tan solo 8 años le ayudó para levantar cabeza y tan solo una hora después logró ubicarse séptima en la prueba en línea, un buen registro y como premio la medalla que abrió el camino para las otras tres. Al final del campeonato, la niña patinadora de Andes obtuvo 4 medallas panamericanas de 5 posibles, dos en pruebas de habilidad y dos en velocidad en pista, lo que da cuenta de la formación y el entrenamiento integral.
Gracias Buga
Y llegó el final del campeonato panamericano, con orgullo, la niña patinadora se colgó sus cuatro medallas y caminó sobre la pista del Patinódromo Internacional Ciudadela Agrícola de Guadalajara de Buga, como queriendo decir: vine, corrí y vencí, orgullosa de los resultados, pero sobre todo orgullosa de pertenecer al club que se hace llamar el club de los campeones.
Los triunfos de esta joven deportista son el resultado de la perseverancia y la disciplina, del acertado entrenamiento de su profesor Jhon Jairo Salgado y la muestra clara de que aquí, en el Suroeste antioqueño, contamos con el talento suficiente para destacar, incluso, en las esferas internacionales, lo único que debemos hacer es soñar, entrenar y con seguridad después se podrá celebrar. Como un homenaje a la ternura de su bisabuela paterna Emelith lleva este nombre de origen palestino, en el Oriente medio.