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Suroeste ¿Verdad que podemos?


 

Por Sara Manuela Álvarez Tangarife
Lideresa joven

 La Semana por la Paz en el Suroeste antioqueño destacó a la mujer como protagonista de una de las jornadas desarrollada en el municipio de Venecia, reconociendo su valor en nuestra tierra, entendiendo que por estas mismas montañas, la energía femenina ha sido el impulso de grandes retos que no merecen quedar en el pasado, al contrario, deben ser un impulso para que las mujeres de hoy tomemos la batuta de una comunidad digna de nuestra valentía, porque sí, ser mujer es sinónimo de valentía, poder y amor.

La memoria colectiva de las mujeres de esta tierra se ha visto ensombrecida por tiempos de violencia y desigualdad, la lucha por nuestros derechos no solo empezó desde 1920, donde los primero grupos de mujeres y colectivos feministas surgían en el país, sino que a lo largo de nuestras vidas las mujeres hemos entendido nuestro valor, no solo por ser mujeres, sino, por el simple hecho de ser seres humanos; como María Cano, la primera en ser una lideresa política, en medio de una país clerical y patriarcal, donde los hombres eran los únicos aptos para hablar de los derechos fundamentales. “Compañeros en pie. Listos para defendernos, seamos un solo corazón, un solo brazo”, como ella han existido muchas otras que en sus discursos nunca se vieron ni como más, ni como menos que el otro.

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Este es un mensaje para todo el país, hombres, mujeres, niños y niñas; pues para hablar de nuestros derechos como mujeres, para hablar de nuestros vestigios en la historia, y hasta para hablar de mujeres maravillosas como María Cano, debemos aprender a reconocernos como personas, con los mismos derechos y oportunidades en nuestro territorio. Para esto, la energía femenina es sumamente importante, pues contamos con algunos dones naturales que nos han permitido seguir de pie, y sorprendiendo a todo un mundo, abriendo cada vez más caminos para las futuras y presentes generaciones.

Hace años era una locura ver a tantas mujeres reunidas, hablando de nuestros derechos y el papel en la sociedad, era casi un tabú, pero el 9 de septiembre del 2021, en el municipio Venecia, conversamos, nos miramos a los ojos y supimos que cada una, junto a su mamá, abuela, tatarabuela y todas sus antepasadas, pasan y pasaron por momentos grises, donde en muchos escenarios ha persistido el discurso machista y la violencia; pero hay una verdad: podemos vivir sin feminicidios; verdad que podemos vivir sin violencias hacia las mujeres, verdad que podemos vivir sin ver el cuerpo de la mujer como botín de guerra, verdad que podemos vivir distribuyendo el trabajo doméstico, y verdad que podemos vivir formulando e implementado políticas públicas favorables a los derechos de las mujeres.

Es el momento de que la sororidad sea nuestro grito de independencia y empoderamiento de las MUJERES.

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