Comparta esta noticia

 

Foto de portada: Diglosa de antifaz – Diglossa cyanea / Por la autora. 

Esta es la segunda de tres entregas sobre buenas prácticas para la fotografía y observación de aves y que puedes encontrar también en nuestra edición digital N°179 ¡Te invitamos a coleccionar nuestras ediciones y completar esta guía! Haz click aquí para leer Buenas prácticas para la observación y fotografía de aves (Parte 1), disponible también en nuestra edición impresa 178. 

Caminando por el territorio y conversando con la gente, encontramos que el avistamiento de aves en municipios como Caramanta, Jericó, Támesis, Santa Bárbara, Venecia, Montebello, entre otros; es una actividad que está cogiendo mucha fuerza. Queremos responder a lo que pasa en la región: sus movimientos, cambios y necesidades con herramientas para la toma de decisiones, en este caso, para contribuir también al respeto y a la conservación de los animales que comparten las montañas con nosotros. 

Por María Teresa Matijasevic Arcila
Observadora de la naturaleza

Contenido tomado/adaptado de los manuales de buenas prácticas de aviturismo y códigos éticos para la observación de aves, publicados en Colombia, Ecuador, Guatemala, Chile, España, Islas Azores y Estados Unidos.

Observar y fotografiar aves parece una acción inofensiva, pero puede no serlo. Aquí, un resumen de las buenas prácticas que proponen manuales y códigos (en español y disponibles en internet) nombrados al inicio; orientadas a disminuir el impacto que podemos generar con estas actividades. 

Buena práctica 4: Enriquecer el hábitat, en lugar de instalar comederos y bebederos 

La motivación original de los comederos fue alimentar aves en lugares donde las inclemencias del tiempo ponen en riesgo su supervivencia. Ahora existen comederos y bebederos incluso al lado de bosques llenos de comida, básicamente para facilitar su avistamiento y fotografía. Es decir, más para beneficio de los humanos que de las aves.

La investigación sobre el tema es muy escasa, pero se han identificado algunos impactos negativos. En el caso de los bebederos para colibríes se considera que pueden ocasionar una disminución de sus visitas a las flores y, por tanto, afectar la polinización; provocar sedentarismo; motivar disputas por territorio y facilitar la transmisión de enfermedades.

También se señalan posibles efectos indeseados de los comederos: exposición a depredadores, malnutrición, dependencia, proliferación de enfermedades, extensión del rango de distribución de algunas especies por la abundancia de alimento que antes no estaba disponible (lo que genera desequilibrio en algunas poblaciones de aves) y cambios en el comportamiento migratorio al obtener alimento seguro.

En general, se recomienda no instalar comederos ni bebederos sino enriquecer el hábitat: “la mejor práctica es no poner comederos para las aves, sino sembrar las plantas nativas o locales que proveen el alimento natural para las especies existentes en la localidad” (Guatemala).

“Es mejor desestimular el uso de comederos, libaderos y cebaderos, y procurar que se siembren o conserven especies vegetales nativas que proporcionen alimento de modo natural” (Colombia).

Si de todas maneras se van a instalar comederos o bebederos, estos deben ser pensados como un elemento complementario y no como la principal fuente de alimentación de las aves. Lo que recomiendan los manuales de buenas prácticas para el avistamiento de aves en torno a los comederos y bebederos, es lo siguiente: 

  • Ubicarlos en lugares que no pongan en riesgo las aves (por ejemplo, fuera del acceso de gatos)
  • Ubicarlos en un lugar donde las personas puedan observar las aves sin estar muy cerca de ellas 
  • Ubicarlos en espacios protegidos del sol o el viento 
  • No ubicarlos cerca de ventanas, pues las aves pueden chocar
  • Colocarlos separadamente para disminuir la agresividad
  • Asegurarse de que especies más pequeñas puedan encontrar refugio fácilmente si son atacadas
  • No ponerlos en el bosque: es innecesario y su mantenimiento es más difícil 
  • Enriquecer el área donde se ubican con plantas nativas atractivas para las aves
  • Procurar que el comedero no sea demasiado pequeño para evitar peleas
  • Asegurarse de que no existan elementos cortantes o punzantes, para evitar que se lastimen 
  • Mantener una buena limpieza (máximo 2 días para bebederos y entre 3 y 5 para comederos)
  • Ofrecer alimento fresco y cambiarlo con frecuencia (ojalá diariamente) 
  • Evitar alimentos procesados para humanos
  • Ofrecer alimentos acordes con la dieta de las especies 
  • ¡No alimentar de la mano!

Colibrí amazilia colirrufa – Amazilia tzacatl / Foto por la autora.

Buena práctica 5: No acercarnos a los nidos

Siento fascinación por los nidos y los pichones de aves, pero es precisamente a ellos a quienes menos debemos acercarnos. Las molestias directas o indirectas a un ave que está anidando puede llevar a que abandone el nido temporal o definitivamente. El abandono temporal también tiene riesgos (el enfriamiento de huevos o polluelos y la depredación), a lo que se suma el estrés y gasto energético de los padres. 

¿Qué se recomienda al encontrar un nido de una especie que no se considera vulnerable ni está en peligro de extinción?

  • Mantenerse al menos a 4 metros de distancia 
  • No quedarse mucho tiempo cerca del área. Si se reconoce alguna señal de perturbación, seguir rápidamente nuestro camino 
  • Nunca manipular los nidos, los huevos ni los polluelos 
  • No arrancar la cubierta vegetal que protege los lugares de anidación
  • Permanecer en silencio para minimizar las molestias
  • Si es necesario permanecer mucho tiempo por motivos de estudio, camuflarse con la vegetación natural
  • No divulgar la ubicación exacta de nidos en redes sociales

Al encontrar un nido de un ave vulnerable o en peligro de extinción, es importante abandonar rápidamente el área.

Esta es la segunda de tres entregas sobre buenas prácticas para la fotografía y observación de aves y que puedes encontrar también en nuestra edición digital N°179 ¡Te invitamos a coleccionar nuestras ediciones y completar esta guía! Haz click aquí para leer Buenas prácticas para la observación y fotografía de aves (Parte 1), disponible también en nuestra edición impresa 178. 

Comentarios
Comparta esta noticia